La Copa América representa una oportunidad de transformación para Barcelona. Acoger la competición de vela más reconocida a nivel mundial dará visibilidad y proyección a la capital catalana, y hacerlo con un edificio abandonado y en obras como telón de fondo no es una opción. Así lo considera el Port de Barcelona, que adjudicó en julio la rehabilitación del edificio del Portal de la Pau con el objetivo de que su exterior estuviera en un flamante perfecto estado antes de que empiece el certamen en agosto.
Las obras empezaron a principios de septiembre, y se han planeado con la intención de que la fachada delantera, las dos laterales y la estructura interior estén listas antes de la competición. De hecho, la fecha de finalización señalada en el calendario es el 31 de julio, justo antes de que dé inicio la regata, que tendrá lugar entre agosto y octubre del año que viene. Así, se trata de una rehabilitación a contrarreloj para que este emblemático edificio de la ciudad recupere su esplendor. La reforma de la fachada posterior deberá esperar, y quedará cubierta por una gran lona durante la competición.
Será después de la Copa América cuando se retomen los trabajos del singular edificio, ubicado a pocos metros de la estatua de Colón. Concretamente, se reanudarán a partir de noviembre, con la previsión de terminar toda la reforma en 2025. Una vez terminado, el edificio acogerá un centro de interpretación del puerto y de su relación con Barcelona en la planta baja. En la primera planta habrá una sala polivalente abierta a la comunidad portuaria y a la ciudad, que contará con un espacio adicional en la planta superior.
También en la primera planta, se ubicarán espacios institucionales y de reuniones para el presidente del Port de Barcelona y su consejo de administración. El organismo reservará estas instalaciones a encuentros singulares y de notoriedad, ya que mantendrá su operativa habitual en el World Trade Center. Precisamente el traslado de su actividad al parque empresarial dejó sin uso el edificio del Portal de la Pau en 2008, que ha presentado una apariencia de abandono desde entonces. Lo han explicado ante el edificio el presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, y el arquitecto encargado del proyecto, Jordi Julián.
La falta de mantenimiento desde que que el edificio se quedó sin uso ha comportado un deterioro que ha incidido en el desarrollo de la rehabilitación. Las obras empezaron en 2017 y se detuvieron con la pandemia, cuando se planteó realizar un segundo proyecto debido a que la primera fase sacó a la luz un nivel de deterioro peor del previsto inicialmente. Este parón se aprovechó para preparar el segundo proyecto, que se adjudicó la misma unión temporal de empresas (UTE) que había ganado el primer concurso, formada por Dragados, Urcotex y CRC. El importe del contrato actual es de 15,6 millones de euros, que se suman a los 1,9 millones de euros que se destinaron en la fase iniciada en 2017.
Transformación del Port Vell
Salvadó ha destacado que esta es una operación indispensable para “desarrollar el conjunto de actuaciones que se deben poner al día de aquí a la Copa América”. De hecho, la regata ha acelerado la ejecución de una veintena de actuaciones que cambiarán el aspecto del Port Vell. Con una inversión público-privada prevista de 120 millones de euros, esta transformación incluye actuaciones como la recuperación del Imax, que ha reabierto como centro de interpretación de la Copa América.
La celebración de la Copa América en Barcelona ha acelerado la ejecución de una veintena de actuaciones que cambiarán el aspecto del Port Vell
Entre las actuaciones que renovarán este entorno portuario de la ciudad también figura la apertura de la rambla de la nueva bocana, que discurrirá por el interior en paralelo al nuevo rompeolas como la mejor platea desde la que ver el tráfico de barcos del Port Vell. También incluyen la reforma de L’Àquarium, con 13 millones de euros para remodelarlo y ampliarlo antes de la Copa América.
Edificio de lujos y equipajes
El edificio de Portal de Palau, ecléctico y con aire afrancesado, se inauguró en 1907 como espacio para los pasajeros de barcos y de control aduanero de equipajes. Esta función se realizaba desde una sala de mostradores y columnas que ahora acogerá el centro de divulgación. El inmueble se proyectó para estar adosado a almacenes, que se derribaron en la transformación olímpica. Entonces quedó a la vista la fachada trasera del edificio, concebida prácticamente como una pared medianera, por el hecho de estar yuxtapuesta a estos almacenes.
La primera planta del edificio albergó un restaurante de lujo frecuentado por la burguesía del momento, el Mundial Palace. Su ambiente exclusivo llevó a que incluso el rey Alfonso XIII celebrara un banquete en este espacio en una visita a la ciudad. Ahora ese fasto da paso a los espacios que acogerán las salas para la presidencia del puerto y su consejo directivo, y a la sala polivalente, que estará presidida por un gran cuadro del pintor Eliseu Meifrèn. El artista barcelonés, fallecido en 1940, es especialmente conocido por sus paisajes marítimos y portuarios. El puerto que reflejó en sus obras poco se parece al actual, con un Port Vell en evolución y transformación con la Copa América como revulsivo.