La Rambla de Mar, ubicada entre la Marina Vela y el muelle de Llevant, se urbanizará y se habilitarán más de 10.000 metros cuadrados para uso ciudadano. Con una inversión de unos 2,4 millones de euros, se construirá un nuevo paseo y un mirador abierto al público, con elementos que explicarán la historia del Port de Barcelona. El presupuesto se complementará con casi un millón de euros más de gastos de mantenimiento. Se prevé que esté todo listo de cara a 2024, con la mirada puesta en la celebración de la Copa América de Vela, pensando en esta nueva zona como un mirador en el que ver competir a las embarcaciones.
Para hacer todo esto posible, el consejo de administración del Port ha aprobado ampliar la concesión de la Bocana Nord adjudicada a Marina Vela, que ahora finalizará en 2049. El acuerdo implica que la sociedad que gestiona la marina, Port Med Barcelona, será quien asumirá la urbanización de la Rambla de Mar.
De esta forma, la concesión de Marina Vela, que hasta ahora incluía la dársena y los espacios reservados para los edificios y servicios de la marina, así como parte de la extensión de la plaza Rosa dels Vents, sumará la futura Rambla de Mar hasta el mirador del paso de la Bocana Nord. Será aquí donde se ubicará un nuevo edificio que podrá acoger un restaurante.
Asimismo, el proyecto de la Rambla de Mar contempla incluir en el nuevo paseo elementos que expliquen el pasado del Port de Barcelona. Entre otros, habrá una maqueta gigante que mostrará la forma que tenía la infraestructura a mediados del siglo XX —y que también servirá de banco para los visitantes que se acerquen hasta ahí—. Junto con este elemento, se ubicarán marcas en el suelo indicando los puntos donde se encontraba el antiguo rompeolas del puerto.
El mobiliario del nuevo paseo complementará este objetivo divulgativo, con reproducciones de época con sillas y mesas escultóricas. También se instalará una pasarela que se adentrará hacia el mar en las gradas del mirador, simulando las que los pescadores construían en el pasado. Para acabarlo de redondear, al final del nuevo paseo, se instalará una estructura que servirá para indicar 16 puntos cardinales que simbolizarán los puertos internacionales con los que el de Barcelona ha mantenido una relación más estrecha.