La cuenta atrás ya ha empezado. Barcelona acaba de ser designada para acoger la próxima edición de la Copa América de Vela, la competición deportiva más antigua del mundo y una de las que tiene un mayor impacto económico y mediático, solo por detrás de los Juegos Olímpicos y los mundiales de futbol. Las administraciones públicas y la sociedad civil de la ciudad se han volcado completamente para convencer a los organizadores y han salido airosos, consiguiendo captar un evento que se prevé que deje en la ciudad 1.000 millones de euros y sea seguido por 940 millones de espectadores. Lo que hizo mover la balanza a favor de la capital catalana frente a las otras candidatas fue un factor tan sencillo, y a la vez tan complicado, como lo es su forma de ser.
“Fue la emoción que sentimos como organización lo que nos hizo tomar automáticamente la decisión”, ha explicado Grant Dalton, consejero delegado del Emirates Team New Zealand, el equipo ganador de la edición anterior y el responsable de organizar la que vendrá en 2024. La calidez y el compromiso que mostró la ciudad se han convertido en las principales virtudes que le han permitido imponerse a ciudades como Málaga, Cork (Irlanda) y Yeda (Arabia Saudí).
La organización de este evento deportivo también ha tenido en cuenta las infraestructuras marítimas existentes en la ciudad, que no requerirán de una gran inversión para acoger la regata, así como su atractivo e historia. “Barcelona es una de las ciudades más reconocidas en todo el mundo, por lo que es muy emocionante que pueda albergar el evento de vela más reconocido del mundo. Como defensor de la Copa América, siempre hemos sentido la responsabilidad de hacer crecer el evento, la audiencia y el deporte de la vela a escala mundial y, sin lugar a dudas, organizar el evento en una ciudad tan importante como Barcelona nos permitirá impulsar este crecimiento”, ha expuesto Dalton en la presentación de la capital catalana como candidatura ganadora.
“Siempre hemos sentido la responsabilidad de hacer crecer el evento, la audiencia y el deporte de la vela a escala mundial y, sin lugar a dudas, organizar el evento en una ciudad tan importante como Barcelona nos permitirá impulsar este crecimiento”, defiende Grant Dalton, portavoz del equipo organizador
La apuesta por Barcelona se ha beneficiado de que la capital catalana celebrase los Juegos Olímpicos del 1992, un episodio rememorado “con orgullo” por la vela de Nueva Zelanda, puesto que fue la edición más exitosa para este país, que se llevó cuatro medallas. “Todo el mundo recuerda las Olimpiadas del 92”, ha sostenido el portavoz del New Zealand. De hecho, la capital catalana, se convertirá en la primera ciudad del mundo en acoger ambos eventos, han subrayado desde la organización de la Copa América de Vela.
A ese espíritu olímpico ha apelado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. “Del mismo modo que los Juegos del 92 fueron los mejores de la historia, ahora tenemos que hacerlo posible con la Copa América”, ha defendido. Aragonès ha aplaudido la colaboración de todas las instituciones, desde el Gobierno hasta el Ayuntamiento, así como el apoyo que ha brindado la iniciativa privada. “Cuando nos alineamos, las cosas funcionan y funcionan bien”, ha expuesto.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha subrayado que el mensaje de unidad y coordinación que ha lanzado la ciudad demuestra que está preparada para acoger la mejor edición de esta competición. Colau ha puesto en valor de la Copa América su apuesta por la innovación y la sostenibilidad, así como que la edición barcelonesa será la primera vez que tendrá una modalidad femenina y juvenil.
Barcelona Global, muy implicada en el impulso de la candidatura ganadora, a través de su agencia de inversión, Barcelona & Partners, ve el evento como un win-win para la organización y, también, para la ciudad. “Barcelona gana cuando vamos juntos; gana con el consenso; gana cuando hay colaboración y compromiso público-privado; gana cuando suma, y gana con la ilusión de los grandes retos como este”, ha expuesto la presidenta de Barcelona Global, Aurora Catà.
El consenso entre las instituciones y la iniciativa privada también se ha traducido en movilizar los recursos necesarios para atraer a la Copa América de Vela. El presupuesto total se moverá alrededor de los 70 millones de euros, de los cuales 45 millones serán aportados con carácter finalista por las administraciones. El Ayuntamiento destinará diez millones de euros, una cifra similar a la que dedica al Mobile World Congress (MWC), mientras que el Gobierno y la Generalitat se tendrán que repartir el resto. Turismo de Barcelona aportará cinco millones de euros, asumidos en gran medida por la Diputación de Barcelona. Los agentes privados han contribuido con un aval de 25 millones de euros.
Primeros detalles de la competición
Aunque aún queda mucho para ver competir a los seis equipos que participarán en la 37a edición de la Copa América de Vela, que se celebrará en los meses de septiembre y octubre de 2024, la ciudad ha empezado a prepararse. El Puerto de Barcelona, una de las instituciones implicadas en captar la competición, ya tiene definidos los primeros detalles de cómo se vivirá en la ciudad. Este evento enfrentará en una fase previa, conocida como Copa Prada, a los cinco equipos aspirantes al título, en un uno contra uno, y el vencedor competirá contra el New Zealand en la gran final.
Según ha indicado su presidente, Damià Calvet, el campo de regatas se extenderá entre el Hotel W y el Port Olímpic, con una área de dos millas de largo y una milla de ancho, permitiendo que se pueda disfrutar desde todo el litoral barcelonés. El village de este evento estará en el Moll de la Fusta.
Este evento enfrentará en una fase previa a los cinco equipos aspirantes al título, en un uno contra uno, y el vencedor competirá contra el New Zealand en la gran final
Asimismo, Calvet ha explicado que cada equipo tendrá una base técnica, cercana al mar, en la que estará la embarcación con la que competirán y oficinas y salas de apoyo. Alrededor de 200 personas integran cada equipo y se prevé que unas 2.500 personas participen en la organización de todo el evento. Se calcula que los equipos empezarán a navegar por la costa barcelonesa este mismo año, con el objetivo de conocer las características de su mar, y que estarán radicados en la ciudad un año antes de que empiece la competición.
Las seis bases de los equipos se repartirán por el Port Vell, haciendo que “toda la ciudad acoja la Copa América”, ha enfatizado Calvet. Concretamente, estarán en Marina Barcelona ’92, Nàutic Center, el edificio de los antiguos Cinesa, la terminal Grimaldi y el Imax Port Vell, donde se ubicará el New Zealand y las oficinas de la Copa América. Esta última ubicación significará posponer el derribo de este cine, ha anunciado Calvet, sin que esto retrase el calendario para que el Liceu ubique su segunda sede en el puerto.
Una oportunidad para la ciudad
Barcelona, como ciudad abierta al mar, no solo se proyectará al mundo durante las 14 semanas que dure el evento, sino que pondrá en valor el tejido local alrededor del sector náutico. El presidente del Club Natació Barcelona, Bernat Antràs, ve en la Copa América una oportunidad para popularizar la vela en la capital catalana, teniendo en cuenta su disposición geográfica y condiciones climáticas. Antràs también señala que su club, en pleno puerto, se puede beneficiar de todo el tráfico que generará la competición, ofreciendo a los asistentes un espacio en el que entrenar y nadar. Precisamente, la reforma que están haciendo en las instalaciones estará lista para cuando se celebre el evento deportivo. “La Copa América nos encaja perfectamente”, recalca.
El presidente del Salón Náutico, Luis Conde, agrega que la competición significará un empujón para el sector de la náutica y la vela, que ya ha sorteado la pandemia con nota, como se constató en la última edición del evento de Fira de Barcelona, que, casualmente, también se organiza en octubre. “La Copa América es el Mobile World Congress de la náutica, para Barcelona será muy bueno”, defiende.