La red de metro de Barcelona empieza a incorporar el pedido de 50 nuevos trenes para las líneas L1 y L3 que TMB encargó a la multinacional francesa Alstom. Con un presupuesto de 318,85 millones de euros, se trata de la compra de material ferroviario más importante de la historia del operador y servirá para eliminar todo el amianto presente en los vehículos del metro, además de modernizar el servicio y hacerlo más accesible.
El primer tren se ha puesto en marcha este lunes en la L3, casi un año más tarde del plazo previsto inicialmente, con un calendario claramente afectado por la crisis de suministros que se está produciendo a nivel global. La línea verde irá sumando progresivamente nuevas unidades hasta incorporar 26. Asimismo, se espera que la L1 reciba la primera unidad entre abril y mayo. A partir de este momento, TMB espera incorporar cada quince días un nuevo tren en cada una de las dos líneas. De este modo, se habrá incorporado el 50% de los trenes adquiridos a finales de 2023.
Los nuevos vagones, de las series 7000 y 8000, servirán para sustituir los vehículos más antiguos del metro de Barcelona. Concretamente, se retirarán 48 trenes de las series 2000, 3000 y 4000, que representan la mayoría de material rodante que conforma las líneas 1 y 3. La presencia de amianto en estos convoyes evitará que sean reutilizados y se desguazarán. Por otro lado, la compra hecha por TMB permitirá ampliar la flota de la línea 3 con dos trenes más.
La mejora de la accesibilidad ha sido uno de los principales objetivos del encargo a Alstom, que ha contado con la colaboración de entidades como la ONCE, Ecom, Dincat y Cocemfe. Gracias a sus aportaciones, las puertas y los pasillos de los vagones serán más anchos, y los espacios para personas con movilidad reducida se distinguirán claramente y las puertas que les queden más próximas tendrán apertura automática. Como ya se hace en otros trenes, las puertas exteriores de los convoyes estarán pintadas de color rojo para facilitar su identificación a las personas con problemas visuales.
Una mayor comodidad para los usuarios será otra característica de los nuevos trenes de la L1 y la L3. Se han incorporado asientos más ergonómicos y unos asideros laterales encima de los asientos para las personas que vayan de pie. Los clásicos termómetros de luces rojas que ahora indican las paradas se sustituirán por pantallas, que permitirán dar más información. Habrá puertos USB para la carga de dispositivos móviles, servicio que hasta ahora solo estaba disponible en la línea 2.