Las líneas 1 y 3 del metro de Barcelona estrenarán este verano nuevos vagones, que serán más accesibles y cómodos, y permitirán eliminar completamente la presencia de amianto en la red. La multinacional francesa Alstom los está fabricando en la planta de Santa Perpètua de Mogoda, con un equipo de 60 trabajadores dedicado a construir los 50 trenes que les ha encargado TMB. Se trata de la compra de material móvil ferroviario más importante de la historia del operador de transporte público, por un importe de 318,85 millones de euros.
Los convoyes se empezarán a poner en marcha a finales de mayo con la llegada de la primera unidad a la L3, así como a la L1 a finales de junio. A partir de esta fecha, el ritmo de entrega será de cuatro trenes al mes, dos por línea. De cara al verano de 2023, se espera haber incorporado ya a todas las nuevas unidades. Actualmente, cuatro trenes ya están pasando las últimas pruebas de validación, comprobando el frenado y la tracción o testeando el sistema de señalización. Una cuarta unidad ya está lista para ser entregada en las próximas semanas a TMB para empezar con las pruebas de circulación.
Los nuevos vagones, de las series 7000 y 8000, servirán para sustituir los vehículos más antiguos del metro de Barcelona. Concretamente, se retirarán 48 trenes de las series 2000, 3000 y 4000, que representan la mayoría de material rodante que conforma las líneas 1 y 3. La presencia de amianto en estos convoyes evitará que sean reutilizados y se desguazarán. Por otro lado, la compra hecha por TMB permitirá ampliar la flota de la línea 3 con dos trenes más.
Los nuevos vagones servirán para sustituir los vehículos más antiguos del metro de Barcelona.
En una visita a la planta de Alstom y las líneas de producción, la presidenta de TMB, Laia Bonet, ha puesto en valor el avance en accesibilidad que supondrán los nuevos trenes, cumpliendo no solo con la normativa española y catalana sino también con las directrices de países vecinos. Según ha remarcado Bonet, se ha incorporado a diferentes colectivos de personas con discapacidad para participar en el diseño de los vehículos desde el principio, con el objetivo de contemplar todas las necesidades que pueden tener cuando usan el metro.
Entidades como la ONCE, Ecom, Dincat y Cocemfe han contribuido en este proceso. Gracias a sus aportaciones, las puertas y los pasillos de los vagones serán más anchos, y los espacios para personas con movilidad reducida se distinguirán claramente y las puertas que les queden más cerca tendrán apertura automática en todas las estaciones. Asimismo, los asientos para personas mayores o embarazadas serán de color rojo, para diferenciarlos mejor. Los botones para los interfonos o las emergencias se han colocado de manera que también sean accesibles para todo el mundo.
Como ya se hace en otros vagones, las puertas exteriores de los convoyes estarán pintadas de color rojo para facilitar su identificación a las personas con problemas visuales. También se incorporará la tecnología Navilens, un sistema para guiar a personas ciegas a través de códigos QR y el móvil, presente en toda la red de metro y bus de Barcelona. Desarrollada por la compañía murciana Neosistec, esta innovación se probó por primera vez, precisamente, en la capital catalana en el marco del Mobile World Congress (MWC) de 2018 y desde entonces se ha exportado a otras muchas ciudades y países del mundo.
Una mayor comodidad para los usuarios será otra de las características de los nuevos trenes de la L1 y la L3, con una apariencia exterior similar a la de los actuales. Tal y como ha expuesto Bonet, no se ha buscado aumentar la capacidad de los trenes, formados por cinco vagones interconectados, sino hacerlos más confortables “en un momento de máxima exigencia para el transporte público” y en dos de las líneas de metro más frecuentadas.
De este modo, se han incorporado asientos más ergonómicos y unos asideros laterales encima de los asientos para las personas que vayan de pie, según ha indicado el director de la red de metro de TMB, Òscar Playa. Los clásicos termómetros de luces rojas que ahora indican las paradas se sustituirán por pantallas, que permitirán dar más información. Habrá puertos USB para la carga de dispositivos móviles, servicio que ahora solo está disponible en la línea 2. También se ha trabajado para introducir nuevos sistemas de control que permitan reducir las paradas por incidencias.
“Proyecto de referencia” para Alstom
El presidente de Alstom en España y Portugal, Leopoldo Maestu, ha defendido que el pedido de 50 nuevos trenes para TMB es un “proyecto de referencia” para la compañía, como también lo fueron los trenes de la serie 9.000, que sirvieron para la línea 9 del metro, caracterizada por circular sin conductor.
El pedido de la L9 sirvió a Alstom en otros concursos, haciendo que estos vagones diseñados para TMB llegaran a metros de todo el mundo, como los de Perú, República Dominicana, Panamá o Singapur. Maestu no ha dudado en decir que los nuevos trenes para las líneas 1 y 3 también supondrán “un salto” de calidad y que la empresa los podrá exportar como hizo con los de la línea 9.