En los mares del sur, flotando en algún lugar del Golfo de Bengala, existe una isla llamada Little Andaman. El atolón, ubicado a más de mil kilómetros de la costa continental de la India, pertenece a uno de los archipiélagos más remotos de la tierra. Una de las islas vecinas es Sentinel del Norte, cuyos habitantes recibieron al último visitante que se acercó a sus costas con el “Tourist go home” definitivo: a flechazos. John Allen Chau —que así se llamaba el misionero norteamericano que pretendía evangelizar a los sentineleses— murió fulminado por una ráfaga de saetas locales antes de alcanzar la orilla, y lo que es peor, sin llegar a probar la gastronomía local.
Menor desventura ha corrido este cronista en el restaurante Little Andaman, un lugar acogedor, cálido y confortable, a las antípodas de la hostilidad sentinelesa. El interiorismo del local —obra del estudio Genialidades y ubicado en la calle Muntaner, 182— nos traslada a los mares del sur a través de buena arquitectura y múltiples aciertos estéticos. La iluminación, la distancia entre mesas y el buen gusto en la integración del conjunto predisponen a adentrarse en una gastronomía muy desconocida y a menudo maltratada en nuestro país.
¿Por qué en Barcelona tenemos sushi tan bueno y nos cuesta tanto saber dónde comer un buen curri? A nivel de comida callejera, no faltan hamburguesas, pizzas o tacos de calidad, pero nuestra relación con las samosas se reduce a unas coordenadas muy concretas en el espacio y en el tiempo. La salida del Apolo a las 6 de la mañana. Ningún paladar de los ahí presentes estaba en condiciones de valorar en su justa medida aquella masa frita rellena de patata, guisantes y comino, así que no entraremos en si estaban malas o buenas. Lo único cierto es que, a aquellas horas, nuestros maltrechos estómagos reclamaban algo sólido tras haberlo castigado toda la noche a base de cubatas.
En definitiva, resulta muy difícil formarse una idea adecuada de la gastronomía del país más poblado del mundo —al parecer, la India ya supera a China— en una ciudad que ofrece tan pocas demostraciones interesantes de su cocina. Pero por suerte siempre hay excepciones, y algunas familias llevan años dignificando el recetario indio con propuestas que vale la pena conocer. Surinder, Alam o Das Gupta son algunos de los nombres propios que se esfuerzan por ofrecer cocina india de calidad en Barcelona.
Antes de abrir Little Andaman en 2020, la familia Das Gupta ya tenía dos restaurantes en la ciudad. El primero fue Bembi, inaugurado en 2005 y enfocado en la cocina tradicional india. Más tarde vino Rangoli, cuya oferta está más centrada en la comida callejera del país. Sanjay Das Gupta ha sido el impulsor de estos proyectos y también de Mumak, el cuarto restaurante de la familia, ubicado en Ibiza y que fusiona especialidades del sudeste asiático con sabores caribeños.
Pero la cara visible de Little Andaman es Anoushka, la hija mayor de Sanjay, que se ocupa de la sala del restaurante. Políglota, judoka y bailarina, la polifacética Anoushka también ha aparecido en un episodio de Joc de Cartes, concretamente en la edición del concurso que buscaba el mejor restaurante asiático de Barcelona. En dicho programa, el dúo Anoushka-Little Andaman barrió a sus rivales a base de profesionalidad, carisma y platos estimulantes.
La propuesta gastronómica de Little Andaman, tal y como comentábamos unas líneas más arriba, está inspirada en la cocina de las costas del sur de la India, lo que se traduce en platos ligeros y no excesivamente condimentados, a diferencia de la cocina del norte del país, más picante. La mayoría de los platos de la carta están pensados para ser compartidos y en algunos de ellos se incorporan ingredientes de la cocina local a elaboraciones o técnicas típicamente indias. Pienso en los adictivoss naans de queso azul o en el delicioso pulpo cocinado al tandoor.
Son muy importantes las verduras en este restaurante, que ofrece múltiples opciones para vegetarianos, veganos y otras tonalidades de la pantonera dietética. Para picar, son recomendables las croquetas Chowringhee —rellenas de remolacha, setas y zanahoria, y rebozadas con panko— o las Masala Uttapam, unas tortitas de arroz que recuerdan en su mordida a las arepas.
Pero uno de los platos más destacables de Little Andaman es quizá el más clásico en su estructura: un curry de pescado acompañado de un poco de arroz blanco. El Kerala Boatman’s curry es algo tan sencillo como una suprema de merluza incorporada a un guiso ligero y aromático. Dos, tres bocados, y una idea: Si Kerala fuera un puerto del Mediterráneo, a este plato le llamarían suquet o caldereta.
Y, ¿para beber? Anoushka nos comenta que su cocktail preferido es el Shirley Meister: ácido, especiado y con un toque de Jäger. Un flechazo.