“El Port de Barcelona salda una deuda histórica con los pescadores de la ciudad”. Así de contundente se ha mostrado Damià Calvet, presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) al anunciar el proyecto de construcción de una nueva Lonja de Pescadores que supondrá una inversión de 8 millones de euros y la reurbanización de un espacio portuario de 24.103 metros cuadrados que se abrirá a la ciudadanía.
El proyecto de la nueva lonja lo ha realizado el estudio de arquitectura OAB, liderado por Carlos y Lucía Ferrater, y se encuentra actualmente en proceso de licitación. Una vez adjudicado, se prevé que las obras comiencen a finales de año y que se prolonguen a lo largo de 17 meses, por lo que el nuevo edificio podría estrenarse en 2024. La principal novedad respecto a la lonja actual —que será derribada— es que podrá visitarse gracias a la construcción de una pasarela externa que permitirá compaginar la actividad de los pescadores y las subastas con la presencia de público, preservándose todas las garantías higiénicas y de seguridad alimentaria, ya que ambos mundos se verán, pero estarán separados.
El proyecto incluye, además, un espacio destinado a la apertura de un restaurante de cocina marinera y que será objeto de una licitación más adelante. Otra de las novedades es que los ciudadanos de Barcelona podrán comprar pescado en la propia lonja, ya sea para llevárselo a casa o para que se lo cocinen inmediatamente en el futuro restaurante. Además de la lonja, el gran atractivo de esta actuación urbanística es que, finalmente, la emblemática Torre del Reloj —situada en frente del Maremagnum— podrá visitarse y quedará situada en un espacio de acceso público, ya que ahora se encuentra dentro de un recinto cerrado y vigilado por la Policía Portuaria donde sólo tienen acceso los pescadores y profesionales del sector.
La Torre del Reloj es un antiguo faro construido en 1772 en el que se instaló un reloj en 1904. En el siglo XVIII, este icono del recinto portuario de Barcelona sirvió al geodésico francés Pierre Méchain para calcular la longitud del meridiano entre Dunkerque y Barcelona y determinar la medida básica del sistema decimal, el metro. Además, la torre es el punto de confluencia de la prolongación imaginaria de dos emblemáticas avenidas de la ciudad: el Paral·lel y la Meridiana, diseñadas por Ildefons Cerdà.
“Con la nueva Lonja de Pescadores, el Port de Barcelona quiere reivindicar la cultura marinera y de la pesca y acercarla a la ciudad. Se trata de un proyecto muy importante que nos llena de ilusión y que nos permite avanzar en el proceso de abrir aún más el puerto a la ciudad“, ha explicado Calvet. Según el presidente del puerto, el denominado Port Ciutat, es decir, la parte de la fachada marítima portuaria abierta a la ciudadanía, suma actualmente 70 hectáreas y la idea es ganar 18 hectáreas más durante los próximos años con proyectos como el de la Lonja de Pescadores.
“Soy consciente de que este proyecto llega tarde, pero ahora saldamos una deuda histórica con los pescadores de la ciudad, a quienes teníamos olvidados”, admite Calvet, que es, precisamente, hijo de pescadores de Vilanova i la Geltrú. El patrón mayor de la Confraría de Pescadores de Barcelona, José Manuel Juárez, denuncia “el incumplimiento reiterado de todas las Administraciones” y agradece “el aguante” que han tenido los profesionales del mar, que llevan esperando esta nueva lonja “desde las olimpiadas”.
Según Juárez, el proyecto, muy deseado, les llena de satisfacción, aunque llega “en un momento bajo” para el gremio, a pesar de que se muestra optimista “para poder vivir en el futuro de la pesca”. “Somos el único sector primario que queda en Barcelona”, reivindica el patrón de los pescadores, que pide también un impulso y mayor conocimiento a la marca Peix de la Barceloneta. “Es necesario que los consumidores sepan cuándo se compra una sardina de Barcelona. Somos ciudad y no me imagino una Barcelona sin pescadores“, afirma contundente y con ganas de abrir la lonja a las visitas y potenciar el turismo de pesca en la capital.
Dos subastas de pescado al día
Actualmente, tienen base en el Port de Barcelona once barcos cerqueros, nueve arrastreros y dos de artes menores, manejados por un total de 206 pescadores miembros de la cofradía. Todos los días en la lonja se realizan dos subastas, una a las siete de la mañana —para comercializar las capturas de los barcos cerqueros que trabajan de noche a dos millas de la costa— y otra a las cuatro y media de la tarde. Acuden a comprar el pescado directamente descargado de los barcos los pescaderos de la ciudad, empresas mayoristas de Mercabarna y la cadena de supermercados Mercadona.
La actividad de la lonja, según la Cofraría de Pescadores de Barcelona, genera un volumen de negocio anual de siete millones de euros, cifra que se mantiene estable en los últimos años a pesar de que ha bajado la cantidad de capturas. Los pescadores de la capital catalana trabajan entre Mataró y el Garraf, compartiendo los extremos de su franja con las cofradías de Arenys de Mar y Vilanova i la Geltrú, respectivamente. Por volumen, las sardinas ocupan el número uno del ránking, seguido del boquerón, el bonito del Mediterráneo, las mairas y el jurel, según explica Juárez a The New Barcelona Post.
Así será la nueva Lonja de Pescadores
La nueva Lonja de Pescadores se construirá en una explanada donde hoy hay un aparcamiento situado en el muelle Baleares e integrará, dentro del nuevo edificio, la actual fábrica de hielo, construida en 2016. El espacio donde se ubica la lonja actual —en el muelle de pescadores— se liberará para que pase a ser una zona de acceso público en conexión con la calle Escar. Este paseo es el que dará acceso a la Torre del Reloj y a una pasarela exterior para acceder a la nueva lonja sin interferir en la actividad pesquera.
El nuevo edificio firmado por los arquitectos Ferrater dispondrá de una superficie de 3.233 metros cuadrados repartida en tres módulos y planta baja más primer piso. La pasarela elevada recorrerá a modo de balcón todo el inmueble y dará acceso a unos miradores desde los que se podrá observar tanto la sala de subastas del pescado azul como la de pescado blanco. Además de los dos circuitos de subasta y de integrar la fábrica de hielo, la nueva construcción albergará dependencias de servicios, la sede de la cofradía, oficinas, una sala auditorio para eventos y formaciones y espacio para el futuro restaurante, al que se podrá acceder también desde la pasarela.
La cubierta de la futura Lonja de Pescadores acogerá 359 placas fotovoltaicas con una potencia nominal de 100 KW que se destinará a autoconsumo del edificio y de la fábrica de hielo. Según el presidente del Port de Barcelona, la lonja se convertirá en la primera comunidad energética del recinto portuario y evitará emitir 54 toneladas de CO₂ al año. Quedará para más adelante el proyecto para producir también energía solar en el actual almacén de redes y un plan para instalar pérgolas solares en la explanada de secado de las redes.
Calvet ha anunciado que el Port de Barcelona ha puesto a disposición de la Generalitat un almacén en la ZAL para recoger ayuda humanitaria destinada a Ucrania. “Vamos a ser un agente activo en la respuesta solidaria y ofreceremos los espacios logísticos y de almacenamiento que haga falta”, ha afirmado. Según el presidente de la APB, los tráficos con Rusia no son significativos, por lo que el conflicto no debería notarse en los volúmenes del puerto.
Un amarre del puerto, en manos de un oligarca ruso
Asimismo, tras condenar firmemente la invasión de Ucrania, Calvet ha asegurado que en Barcelona “no hay actualmente ningún barco con bandera rusa”. Sí que han comunicado a la Unión Europea que existe un amarre que tiene como último beneficiario —su propietario real— a un magnate incluido en la lista de oligarcas rusos sancionados por la UE. Se trataría de Alisher Usmanov, propietario del Dilbar, el superyate más grande del mundo, atracado frecuentemente en Barcelona y que esta semana ha sido confiscado por las autoridades alemanas en Hamburgo.