Hace más de cuatro años que los turistas que visitan Barcelona y pasean por Colón y por el Portal de la Pau se preguntan qué es ese edificio singular que preside la plaza y que ofrece un aspecto casi fantasmagórico, sin cristales en las ventanas y con sus principales elementos arquitectónicos cubiertos por unas redes. Es el edificio histórico del Port de Barcelona, un inmueble construido en 1907 y que, en breve, después de una década de olvido, volverá a lucir su mejor cara y a integrarse en la vida de la ciudad transformada en un Centro de Interpretación del Puerto.
Esta nueva vida será posible después de que este miércoles el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) haya adjudicado las obras de rehabilitación del edificio Portal de la Pau a una unión temporal de empresas integrada por Dragados, Urcotex y CRC. El importe del contrato asciende a 15,63 millones de euros y el plazo de ejecución es de 18 meses, aunque se realizará en dos fases. La idea es que las obras empiecen después del verano y que, justo dentro de un año, antes del inicio de la Copa América de Vela, hayan finalizado todos los trabajos exteriores, es decir, la rehabilitación de las cuatro fachadas y todos los elementos arquitectónicos visibles desde fuera del edificio.
El objetivo es que los miles de visitantes de la Copa América ya puedan volver a ver el Portal de la Pau en todo su esplendor, terminando con la actual estampa de abandono en una zona que será el epicentro de la competición. Así, a partir de agosto de 2024, los trabajos de rehabilitación se paralizarán y se desmontará la grúa de obras. A finales de octubre, una vez finalizadas las regatas, las constructoras volverán a entrar en el edificio para ejecutar las obras de las tres plantas interiores, con el objetivo de dar por terminada la remodelación a finales del primer trimestre de 2025, según ha anunciado el presidente de la APB, Lluís Salvadó.
El desbloqueo definitivo de este proyecto llega después de una larga letanía administrativa, ya que es la segunda vez que el Port de Barcelona adjudica la obra. Curiosamente, la unión temporal de empresas (UTE) ganadora ha sido la misma en ambos concursos, pero por un importe muy distinto. La APB encargó la rehabilitación del Portal de la Pau a Dragados —empresa de construcción del Grupo ACS–, Urcotex y CRC en otoño del año 2016 por importe de 9,7 millones de euros y una previsión de ejecución del proyecto de 21 meses. Este plazo, sin embargo, no se cumplió y, a principios del año 2019, las obras se detuvieron, hasta hoy.
¿A qué respondió esa paralización? El problema es que las constructoras, una vez empezaron los trabajos, vieron que las obras que hacía falta realizar eran superiores y más gravosas de lo previsto y que no se correspondían con el importe de la adjudicación. Hay que tener en cuenta que se trata de un edificio centenario y protegido como Bien Cultural de Interés Local (BCIL), con muchos elementos patrimoniales que es necesario restaurar para recuperar la estética original. Las adjudicatarias intentaron renegociar con el Port, pero al tratarse de un concurso público, la estricta normativa no permitía hacer frente a tan sustancial modificación del importe de adjudicación. Esto hizo que, finalmente, la UTE desistiera de llevar a cabo la obra, lo que obligó a la APB a volver a iniciar desde cero todo el procedimiento de adjudicación.
Este trámite se dilató hasta el pasado mes de marzo, cuando el Consejo de Ministros autorizó un nuevo concurso, por un importe máximo de 17,28 millones. Finalmente, la reforma del Portal de la Pau se ha adjudicado de nuevo por 15,63 millones, a las mismas empresas que integraban la UTE original.
El proyecto de rehabilitación prevé recuperar el vestíbulo de la entrada principal, en la planta baja, así como las escaleras y la denominada sala hipóstila. La idea es instalar en este nivel a pie de calle un Centro de Interpretación del Puerto para explicar a la ciudadanía el complejo funcionamiento de esta infraestructura clave para la ciudad, así como su contribución a la economía y la sociedad.
En la primera planta se recuperará el gran salón, cubierto por una bóveda, restaurando todos los elementos decorativos originales para poder destinarlo a usos protocolarios del Port de Barcelona, que utilizó el edificio como sede corporativa hasta 2010, cuando se trasladó al World Trade Center (WTC), aunque el inmueble sigue siendo su sede oficial. En este sentido, se habilitará una nueva sala para la celebración de las sesiones del consejo de administración de la APB y también se construirá un nuevo despacho protocolario para presidencia. Por último, el Portal de la Pau tiene un altillo, donde se ubicarán diversos servicios y despachos. Según el proyecto, también se van a recuperar las terrazas de la cubierta.
El edificio del Portal de la Pau fue diseñado por el ingeniero Julio Valdés y Humarán. Se construyó entre 1903 y 1907 y en sus inicios funcionaba como una estación marítima, de modo que, en la planta baja estaban los mostradores de venta de billetes, inspección de equipajes, despachos de las empresas navieras, policía, aduana, y todo tipo de servicios, como una oficina de correos y telégrafos. En paralelo, en la primera planta se inauguró un restaurante de lujo, El Mundial Palace, que pronto se convirtió en el lugar preferido de la burguesía barcelonesa de la época y fue escenario de grandes banquetes y eventos de carácter político, deportivo, social y cultural. El restaurante funcionó hasta 1918, cuando se decidió destinar todo el edificio a la Junta de Obras del Puerto.