Barcos Copa del América Barcelona
Equipos de la Copa del América entrenando en Barcelona. © America's Cup

La Copa del América se sumerge en el mar de Barcelona

La histórica regata se estrena este jueves en la ciudad catalana después de meses de entrenamiento y se alargará hasta finales de octubre

Tras mucho tiempo hablando de este momento, la Copa del América se estrena este jueves en aguas barcelonesas. Será con la tercera y última regata preliminar, después de las celebradas en Vilanova i la Geltrú y Yeda (Arabia Saudita). Una de las escenas más esperadas la protagonizarán los mejores equipos de la última edición: el ganador, el neozelandés Emirates Team New Zealand, y el que estuvo más cerca de arrebatarle el histórico trofeo, el italiano Luna Rossa Prada Pirelli. Cuatro días en los que se verán las caras los seis equipos participantes, completando la lista el francés Orient Express Racing Team, el suizo Alinghi Red Bull Racing, el británico Ineos Britannia y el estadounidense New York Yacht Club American Magic. Habrá que ver cómo lo afronta el Alinghi después de haber roto el mástil por segunda vez.

Con un campo de regatas que se ubicará entre el Hotel W y el Port Olímpic, las playas de Barcelona, especialmente las de Sant Miquel, la Barceloneta y Somorrostro, se postulan como las mejores gradas desde donde seguir la 37a edición de una competición que se alargará hasta finales de octubre. También ofrecerán buenas vistas miradores como la nueva rambla del Rompeolas y el renovado Port Olímpic, sin olvidar que se han habilitado pantallas en el Moll de la Fusta, la plaza del Mar y la playa de Bogatell, con foodtrucks incluidas. El plato fuerte vendrá con la final, entre los neozelandeses, conocidos como kiwis, y el equipo que resulte ganador de las diferentes fases de la competición. Con gala de inauguración previa en la playa, se celebrará a partir del 12 de octubre, con un máximo de 13 regatas y llevándose el premio el primer equipo que consiga sumar siete puntos. Hay que poner el foco también en la competición femenina, la primera que se organiza y que dará un impulso a un deporte con mucho por hacer para la igualdad.

Una regata que se alargará durante dos meses y que tendrá que ver si es capaz de seducir a los barceloneses, para quienes continúa siendo una gran desconocida. Fue a principios de marzo de 2022 cuando se empezó a escuchar eso de la Copa del América en Barcelona. La ciudad había decidido sumarse a la carrera para conseguir ser la sede de la siguiente edición de esta competición, que se decía que era la más antigua del mundo y uno de los acontecimientos deportivos que genera más impacto económico y mediático, solo por detrás de los Juegos Olímpicos y los mundiales de futbol.

Copa del América
El trofeo histórico por el que competirán en Barcelona los equipos de la Copa del América. © María Muiña – Sailing Shots

Poco se conocía esta regata, más allá de entre los fans locales de la náutica, vista como demasiado exclusiva para la gran mayoría. La competición había recalado previamente en España, concretamente en Valencia en los años 2007 y 2010, dejando una deuda millonaria que levantó muchas críticas. Es por ello que las autoridades barcelonesas no tardaron en decir que aquí no pasaría lo mismo, que no se tendrían que hacer obras faraónicas ni habría una gran movilización de recursos públicos. De hecho, la capital catalana ya había querido atraerla en la primera edición que se había acabado yendo para Valencia.

Barcelona no estaba sola en esta carrera para convencer al Emirates Team New Zealand, el vencedor en la edición celebrada en Auckland en 2021 y el encargado de organizar la siguiente. Málaga también la quería, así como Cork (Irlanda) y Yeda (Arabia Saudita), mientras que Valencia se había acabado desmarcando, teniendo aún muy presente el mal recuerdo de años atrás.

Después de unas semanas, con visitas de los kiwis al puerto de la ciudad, la criba llegó a su fin. La ciudad se había acabado imponiendo a las demás, según decía el consejero delegado del equipo neozelandés, Grant Dalton, por su forma de ser. “Fue la emoción que sentimos como organización lo que nos hizo tomar automáticamente la decisión”, explicó en su primera comparencia pública en Barcelona. El apoyo unánime del Puerto de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno sirvió para reunir un presupuesto de 70 millones de euros, con el aval de 25 millones de euros aportado por los agentes privados, entre los que tuvo un peso destacado Barcelona Global y el empresario Dani Puig. Según un estudio elaborado por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), se estima que la 37a edición de la regata tendrá un impacto económico de un total de 1.239 millones de euros en la ciudad, aproximadamente el 0,5% del PIB de Catalunya, y la creación de unos 19.000 puestos de trabajo.  

Fue la primera muestra de que algo estaba cambiando en Barcelona, con un consenso entre las diferentes administraciones que hacía años que no se veía, con el Puerto de Barcelona de Damià Calvet, el Ayuntamiento de Ada Colau, en coalición con el futuro alcalde Jaume Collboni, la Generalitat de Pere Aragonès y el Gobierno de Pedro Sánchez yendo todos a una. La ciudad quiso rememorar su espíritu olímpico, una muletilla fácil que se ha ido repitiendo a lo largo de los años y que, probablemente, ha restado más que sumado, dadas las dimensiones más limitadas de la Copa del América y el reciente recuerdo de la emoción de los juegos de París.

Copa del América
Representantes de las instituciones y la sociedad civil de Barcelona implicados en la carrera para captar la Copa del América con el consejero delegado del Emirates Team New Zealand, Grant Dalton. © Arduino Vannucchi

Más de dos años de preparativos

A partir de la designación de Barcelona a finales de marzo de hace dos años, los preparativos se pusieron en marcha. Primero, había que colocar a los equipos, repartiendo sus bases por todo el Port Vell, con los suizos siendo los primeros en instalarse en la capital catalana para entrenar al no tener mar. Más tardaron en venir los barcos voladores de los seis equipos, que fueron llegando escalonadamente a la ciudad, por tierra, mar y aire, con los neozelandeses siendo los últimos en traerlo, este mismo junio. Desde entonces, los seis equipos han ido midiéndose unos a otros en el agua, entrenando desde hace meses. También había que buscar voluntarios para hacer posible que el evento funcionase, con el mayor equipo jamás movilizado en la historia de la regata, formado por 2.300 miembros. Hasta se abrió un centro de divulgación de la Copa del América en el antiguo Imax, salvándolo de su derribo y torpedeando los planes del Liceu de abrir una segunda sede en esos terrenos, una idea que a día de hoy el puerto descarta y traslada unos metros más abajo de los antiguos cines.

Asimismo, la ciudad aprovechó la cita para acelerar inversiones previstas en el frente marítimo, como han hecho el Puerto de Barcelona abriendo más espacios antes portuarios a la ciudadanía y el Ayuntamiento de Barcelona dando un impulso definitivo a la reforma del Port Olímpic. Muchas veces trabajando a contrarreloj, se ha llegado a tiempo, consiguiendo que los barceloneses disfruten, por lo menos, de nuevos espacios que hubieran tardado más en inaugurarse. El caso más paradigmático es la puesta en marcha de un bus náutico, un proyecto que llevaba años en los planes del puerto pero que nunca se había llegado a sacar adelante.

A un mes del inicio de la competición, el consistorio ya certificó que la ciudad estaba preparada para recibir a sus fans después de más de dos años intensos de coordinación con los organizadores, no siempre fácil. Solo ha faltado poder recuperar completamente la sede histórica del puerto de Portal de la Pau, con la fachada principal limpia de andamios pero su interior vacío, y el Balcón Gastronómico del muelle de Gregal, la nueva zona de restauración del Port Olímpic que está ultimando los trabajos para la inminente apertura de nueve restaurantes.

Entrenamiento Copa del América
El Ineos Britannia, el equipo inglés, con las Tres Chimeneas de fondo. © America’s Cup
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