Dic de Recer del Port Olímpic
Imagen simulada del Dic de Recer del Port Olímpic de Barcelona una vez terminen las obras.

El Port Olímpic avanza en su transformación con la Copa América en el horizonte

La transformación del recinto avanza a una velocidad de crucero, acelerada por la Copa América, y culminará en verano su conversión en un polo de economía azul y de gastronomía abierto a la ciudad

Las grúas y los esqueletos de edificios en construcción se mezclan con los mástiles y las velas en el perfil del Port Olímpic. El zumbido de las máquinas y los golpes de las obras acallan el tintineo de los cables metálicos y el sonido de los cabos de amarre al tensarse. Pese al movimiento de las obras y al ir y venir de camiones, el pequeño puerto desprende un ambiente de serenidad que invita a la contemplación, tal vez del vaivén las propias obras. Las siluetas de los obreros se recortan como sombras chinas sobre los edificios en construcción, en un baile incesante y acelerado. Con prisa y sin pausa, prosiguen con la reformulación integral del Port Olímpic. ¿El objetivo? Tenerlo listo como tarde en septiembre de 2024, cuando el puerto acogerá las competiciones femenina y juvenil de la Copa América. La transformación tiene en el horizonte esta competición y, como faro, la sostenibilidad, la economía azul y la apertura a la ciudad.

“Lo que buscamos es la permeabilidad” y que el puerto mantenga un diálogo abierto con la ciudad y su entorno, dictamina la directora del Port Olímpic, Olga Cerezo. Con la transformación, pretenden que el puerto se cuele en el imaginario de los barceloneses como un lugar en el que pasear y como punto de encuentro social y familiar. ¿Cómo lograrlo? Modificando sus usos y conectándolo mejor con el resto de la ciudad. Para ello, han proyectado nuevos accesos y plazas públicas, como explica Cerezo desde el edificio de la Capitanía del Port Olímpic.

La llegada al equipamiento ya ha puesto de manifiesto la magnitud de la transformación y el ritmo al que avanza: para entrar al puerto ya no se utiliza la rampa que partía de la calle Marina, que se ha convertido en una pieza de scalextric de hormigón sin uso y con los días contados. El acceso se ha sustituido por una nueva rampa que conecta la avenida Litoral con el Moll de Mestral, dominado por locales de ocio nocturno antes de emprender esta reconfiguración del puerto y sus usos. 

La transformación pretende abrir el Port Olímpic a la ciudad, haciéndolo tan poroso que permita que uno llegue al puerto sin proponérselo

Este nuevo acceso, abierto en septiembre, no será el único mediante el que llegar al Port Olímpic: un vial unirán la Platja de la Nova Icària con el Moll de Gregal, que albergará gastronomía esponjada por grandes plazas. Así, la antes compacta zona de restaurantes da paso a cuatro edificios luminosos separados por extensos espacios públicos que permitirán que la luz se cuele en todos los locales de restauración. Buscando la “permeabilidad” y la interconexión entre espacios, las plazas del piso superior conectarán con la cota inferior del puerto mediante ascensores, como explica Cerezo. Todo ello, con una meta: abrir el Port Olímpic a la ciudad y a sus ciudadanos, haciéndolo tan poroso que permita que, ya sea durante un espontáneo paseo o entre quehaceres cotidianos, uno llegue al puerto sin proponérselo. 

Que uno llegue y que, además, se quede. ¿Cómo? Ofreciendo un espacio ciudadano con bancos, tumbonas, zonas verdes y menos coches, que podrán entrar directamente desde el nuevo acceso a un aparcamiento que abrirá en 2024. Con su remodelación, el puerto gana otra flamante zona de paseo: la pasarela superior del dique de abrigo se abrirá a los ciudadanos como un balcón hacia el mar, y como palco privilegiado para contemplar las regatas de la Copa América. Sin embargo, pasear no será la única actividad con la que el puerto quiere atraer a los barceloneses: la gastronomía, la economía azul y la náutica serán también clave en el Port Olímpic, “un puerto pequeño con espíritu de náutica popular”, según Cerezo. 

Una empresa de embarcaciones propulsadas por energía solar y otra de materiales no contaminantes para el mantenimiento de barcos son ejemplos de los proyectos que quiere atraer el Port Olímpic

Precisamente, el espíritu portuario del entorno llevó a definir la economía azul como eje central de la transformación, ejecutada por Barcelona de Serveis Municipals (B:SM). De hecho, el Port Olímpic quiere convertirse en el primer hub centrado en este sector de la ciudad, aunque no será el único. Con este objetivo, cualquier empresa que quiera operar desde este puerto deberá enmarcarse en la economía referente al mar, ya sea desde el ámbito de servicios, del recreativo, divulgativo o formativo. Sin embargo, la tipología de empresa que prioriza el Port Olímpic va más allá: ambiciona albergar empresas y proyectos innovadores y tecnológicos que generen un impacto positivo en el agua y el mar. 

Local del Dic de Recer del Port Olímpic de Barcelona
Futuro local para la economía azul en el Port Olímpic de Barcelona.

Cerezo lo cuenta mientras, por la ventana, se atisba a una pequeña embarcación navegando silenciosamente en las aguas del puerto. Es el típico llaüt catalán, salvo por una particularidad: dispone de placas solares. Ubicadas sobre un pequeño toldo, son la única fuente de energía que alimenta el motor puramente eléctrico que propulsa la barca. Esta es una de las empresas que opera desde el puerto, y un ejemplo de las que quiere atraer con su renovación. “Que tengamos aquí el prototipo nos ayuda a visualizar y a traccionar” en este sentido y en la senda de la sostenibilidad, destaca Cerezo. Lo mismo ocurre con otra de las empresas, focalizada en la creación de materiales no contaminantes para el mantenimiento de las embarcaciones. 

La directora del Port Olímpic asegura que la reforma estará lista para la Copa América: “Los plazos son justos, pero estamos cumpliendo y vamos a llegar”

Estas compañías se ubicarán en los locales hasta ahora ocupados por propuestas de ocio nocturno, con una adecuación del muelle Mestral que ha requerido una inversión de 6,8 millones de euros. Las empresas también estarán en nuevos locales del dique de abrigo, que se ha reforzado y renovado con una actuación de 7,7 millones. En total, el Port Olímpic dispondrá de más de 50 locales, 12 de los cuales se adjudicaron antes de verano. El resto están en proceso, con el objetivo de contar con al menos el 80% de los locales adjudicados cuando empiece la Copa América. “Es importante dar vida y movimiento al puerto, y queremos generar comunidad y sinergias entre las empresas”, motivo por el que se pondrá a su disposición equipamientos como un auditorio con una capacidad de 150 personas, destaca Cerezo. 

El Balcó Gastronòmic

Quienes trabajen en estas nuevas empresas del puerto compartirán con los visitantes otro de los ejes que han centrado su transformación: la gastronomía. El Balcó Gastronòmic dispondrá de 11 restaurantes y tiendas gastronómicas, tras unas obras con una inversión que ha ascendido a 20,6 millones de euros. Ya se han adjudicado diez establecimientos, que ofrecerán propuestas culinarias que irán desde la cocina mediterránea hasta aperitivos, pasando por comida flexitariana.

Balcó Gastronòmic del Port Olímpic de Barcelona
Imagen simulada del Balcó Gastronòmic del Port Olímpic, que estará listo en verano de 2024.

Faltan por definir uno de los restaurantes y las tres tiendas gastronómicas, que se adjudicarán mediante un concurso abierto en noviembre. Todo con el objetivo de que los nuevos fogones estén en marcha como tarde antes de que empiece la Copa América Juvenil el 19 de septiembre, que precederá la competición femenina, con inicio el 3 de octubre. A toda vela en un calendario acelerado por la regata, ya que inicialmente estaba previsto empezar la reconfigurar la restauración del puerto en 2024. “Los plazos son justos, pero estamos cumpliendo y vamos a llegar”, sentencia la directora del Port Olímpic. 

La sostenibilidad como telón de fondo

Los comensales que se acerquen a los restaurantes del puerto comerán bajo un peculiar techo. Los cuatro edificios que albergarán los establecimientos estarán coronados por grandes placas solares. Con una inversión de 1,9 millones, conformarán la superficie fotovoltaica con más potencia en trama urbana de Barcelona. Tanto, que prevén que abastezca de energía no sólo el puerto, sino también equipamientos del entorno, como aparcamientos e instalaciones del Zoo. “Queremos que el Port Olímpic sea referente en sostenibilidad y un puerto del siglo XXI”, proclama el responsable de Sostenibilidad de B:SM, David Serrano. Con esta finalidad, han promovido medidas que van desde el consumo de agua hasta la movilidad, pasando por el desperdicio alimentario, que se ha tenido en cuenta en la adjudicación de los restaurantes. 

El Port Olímpic utilizará el escaparate de la Copa América para demostrar que las embarcaciones eléctricas “ya no son un mito”

La refrigeración de los locales de economía azul aprovechando el agua del mar; la instalación de caparazones de hormigón a los que pueda adherirse la vida marina, y la colocación de cestas de acero con conchas de moluscos para favorecer la biodiversidad son algunos de los ejemplos de las medidas que ha impulsado el puerto en aras de la sostenibilidad. También incluyen crear una red de agua freática diferenciada de la potable para tareas como la limpieza de barcos. Estos trabajos representan un consumo anual aproximado de 7.000 metros cúbicos que ahora se consumen de agua apta para su ingesta. Esta cifra equivale a más de la mitad del consumo de agua estimado del puerto, de unos 13.000 metros cúbicos al año, que se han visto afectados también por la situación actual de sequía. 

Imagen simulada de un cargador eléctrico del Port Olímpic
El futuro cargador eléctrico de coches y embarcaciones del Port Olímpic.

La movilidad también es un elemento clave en esta apuesta por la sostenibilidad. El puerto instalará dos puntos de carga eléctrica ultrarrápida que podrán utilizarse tanto para coches como para embarcaciones, que podrán disponer de 90 kilómetros de autonomía con 20 minutos de carga, en función de sus dimensiones y potencia. Lo hará con una inversión de 1,05 milones de euros, 423.200 de los cuales provienen de una subvención enmarcada en el Plan de Recuperación de los fondos Next Generation. Instalar estos puntos de recarga representa “una forma de traccionar al sector” hacia su electrificación, según Serrano.

Este efecto se pretende amplificar con el escaparate de la Copa América: se utilizarán una decena de barcos eléctricos de industriales catalanes para desplazamientos durante la competición, con el objetivo de darles visibilidad y poner en evidencia que la movilidad marítima eléctrica “ya no es un mito y que cada vez hay más ofertas de este tipo”, sentencia Cerezo. Así, el Port Olímpic pretende convertirse en un puerto adaptado a la náutica del futuro. Y lo hace siguiendo este nuevo rumbo a toda velocidad, con un propósito: un Port Olímpic que mire a la ciudad, y una ciudad que mire al Port Olímpic.