El Port de Barcelona quiere aprovechar la celebración de la Copa América para seguir abriéndose a la ciudad. “Barcelona hizo un salto con la apertura del Port Vell con las Olimpiadas y ahora la Copa América tiene que iniciar una segunda fase”, ha sostenido su presidente, Lluís Salvadó. Para hacerlo posible, se invertirán un total de 86 millones en la ejecución de casi una veintena de actuaciones que permitirán hacer más accesibles zonas como la Nova Bocana y el muelle Drassanes. La aportación pública recaerá en la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) y será de 51 millones de euros, mientras que el resto lo aportarán concesionarios de la infraestructura y empresas. Los trabajos se desarrollarán en un año para tenerlo todo listo con la llegada de las primeras regatas, previstas para agosto de 2024. “El objetivo es llegar a la Copa América con el Port Vell más actualizado y ordenado”, ha defendido Salvadó.
Una de las zonas del Port Vell donde más se incidirá en los próximos meses será en la Nova Bocana, con actuaciones que sumarán una inversión agregada de más de 21 millones de euros. Según ha explicado el director de gerencia urbanística del Port Vell, David Pino, se continuará con el desarrollo de la Nova Bocana con la rehabilitación del muro espaldero, degradado por los temporales, y la construcción de un paseo y un mirador, que supondrá la urbanización de más de 10.000 metros cuadrados para uso ciudadano. En el nuevo mirador, se incluirá un restaurante y un espacio en el que se explicará la historia del rompeolas. Para conectar esta zona con la trama urbana, se creará un servicio de bus náutico, que saldrá desde Portal de la Pau, al final de la Rambla. También se rehabilitarán los tinglados del muelle Oriental y se alargará el espigón de la playa de Sant Sebastià.
Algunas de las actuaciones previstas en este plan inversión están directamente relacionadas con la celebración de la Copa América, como la transformación de los antiguos cines Imax, que pospondrán su derribo para la construcción de una nueva sede del Liceu y se transformarán en un espacio donde explicar en qué consiste esta competición náutica. Con un desembolso de 4,6 millones de euros para ponerla en marcha, la America’s Cup House se espera que abra el segundo trimestre de este 2023 y que reciba 1,5 millones de personas.
Unos cines que no han podido retrasar su derribo han sido los Cinesa del Maremagnum, que también cerraron hace tiempo. En el espacio que ocupaban, se construirá la base del equipo suizo, el único que ya está entrenando en aguas barcelonesas. Muy cerca, el centro comercial en sí también se está sometiendo a una actualización que estará terminada el año que viene y servirá para acoger el mercado gastronómico Time Out Market.
La última zona del Port Vell que se actualizará para acoger las regatas serán los alrededores del World Trade Center (WTC). El muelle Drassanes se liberará para poder instalar la base del equipo organizador, el Emirates Team New Zealand, por lo que la operativa de Baleària se trasladará al muelle Adossat. Durante los preparativos de la competición y su celebración, los cruceros que amarran en este muelle también se llevarán a la zona sur del puerto. Muy cerca, la Torre Jaume I se ha actualizado para solventar el riesgo de desprendimientos que tenía su estructura. Asimismo, el WTC reformará su plaza pública para facilitar el acceso a los barceloneses.
Otras actuaciones que se aceleran con la Copa América son la nueva lonja de pescadores, que se espera que esté lista en febrero de 2024, y la habilitación de nuevos espacios para el Institut de la Nàutica, que se ha tenido que trasladar para ubicar la base del equipo italiano y ahora podrá concentrar más cerca sus diferentes sedes. También se rehabilitará el edificio histórico de Portal de la Pau, aunque solo se prevé que se pueda actuar en su fachada y quedará para más adelante el interior. Estos trabajos se llevan una de las partidas más elevadas, con una dotación de 17,3 millones de euros.
Todas estas intervenciones son una primera fase de una transformación más a largo plazo que el Port de Barcelona quiere para los espacios de los que dispone más cerca de la trama urbana. Con la mirada puesta en 2030, se contempla la remodelación del muelle Espanya y la conversión de los tinglados de Sant Bertran en el Blue Tech Port, un centro dedicado a desarrollar nuevos modelos de negocio para la economía azul, donde convivirán startups, instituciones y corporaciones bajo un mismo techo.