Casa Gomis El Prat de Llobregat
La Casa Gomis, en el Prat de Llobregat, una de las sedes de la 15a edición de Manifesta. © NomadStudio

Manifesta se acercará a conflictos locales para hacer una llamada a la acción

La bienal de arte contemporáneo avanza en la definición de su programa, con investigaciones sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista

En plena Ricarda, un espacio natural históricamente maltratado, emerge la Casa Gomis, una joya racionalista desconocida para el público local. En su interior, cada vez que un avión aterriza en el cercano Aeropuerto de El Prat, el suelo tiembla. Fue entonces cuando el grupo de periodistas internacionales a los que había invitado la bienal de arte contemporáneo Manifesta para explicar su próxima edición en la Barcelona metropolitana entendieron por qué habían escogido ese espacio como sede de la cita.

“Es un símbolo de equilibrar conflictos. Es una obra arquitectónica construida durante la dictadura de Franco por libreprensadores y que fue visitada por artistas como Miró y Tàpies. Ahora mismo se encuentra en medio de un conflicto porque el aeropuerto tiene que ampliarse y eso implicará que habrá que derribarla”, explica su directora, Hedwig Fijen. “Nosotros no tenemos una opinión pero queremos plantear este dilema: ¿Qué es más importante tu vida o la del turista? ¿Les dejamos tener todo el agua o se la damos a la agricultura?”, defiende.

Esta bienal nómada europea ha llegado a Barcelona y 11 ciudades vecinas con la voluntad de aportar nuevos puntos de vista, sabiendo qué es más fácil señalar las heridas y las contradicciones de una sociedad desde la distancia que da no pertenecer a ese lugar. “Es un proyecto que te permite mirar tu propia casa con una cara diferente. Siempre digo que Manifesta observa el mundo a través de los ojos de una determinada ciudad. Por eso, no es solo un festival sobre arte, también permite plantear historias y voces diferentes, muchas veces más fáciles de ver siendo un forastero”, remarca su directora. Eso sí, implicándose con las ciudades con las que trabajan: “No venimos aquí y lo absorbemos todo, también queremos dar algo a cambio”.

No hace falta irse de La Ricarda para verlo. Manifesta 2024 pondrá el foco en el cambio climático, entre otros temas, y lo hará a través de propuestas artísticas, pensando en la subida de temperaturas y la sequía que tan presentes están a nivel local. “Es una llamada a la acción. ¿Qué puedes hacer tú? ¿Plantar un árbol? ¿Consumir menos agua? Y, ¿qué puede hacer tu madre? Y, entonces, verás lo que hacen los artistas alrededor de estas cuestiones y puede que sus creaciones te inspiren a ver el cambio climático de otra manera”, remarca Fijen. Pero también se ahondará en las historias de aquellos marginados por la sociedad en la metrópolis, con la investigación sobre perspectivas negras realizada por la investigadora Safura Adam.

Como no podía ser de otra manera, la cita de arte contemporáneo también se acercará a una de las señas de identidad local, buscando nuevas historias sobre la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista. “Vivimos entre fragmentos del pasado que no conocemos, las ciudades están construidas sobre vidas y experiencias que han desaparecido, la historia está hecha a base de rupturas de memoria. La idea es construir una exposición, que será también un archivo, con documentos, imágenes y voces, que permita ampliar el conocimiento sobre el pasado para reflexionar sobre el presente y abrir el futuro”, sostiene Germán Labrador, el profesor de Princeton que se encargará de armar lo que él llama “escuela de pasados”.

La edición más grande de la historia

Con todo, la décimoquinta edición de Manifesta será la más grande jamás organizada en su historia, teniendo en cuenta que se involucrarán un total de 11 ciudades, con la capital catalana acompañada por L’Hospitalet, Cornellà, El Prat, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs, Granollers, Mataró, Sabadell, Terrassa y Sant Cugat del Vallès. Es la primera vez que la bienal trabaja de manera descentralizada y lo hace a propuesta del Ayuntamiento de Barcelona, quien quiso extender el alcance más allá de sus fronteras sabiendo que la mayoría de sus museos y centros culturales se encuentran en el centro de la ciudad. “Esto siempre es un experimento”, resume su directora, quien no descarta exportar este modelo “más democrático” en futuras ediciones.

Manifesta contempla exportar el modelo expandido de edición barcelonesa a futuras sedes

Asimismo, avanza que ya están definidos el 70% de los proyectos que se podrán ver durante las 12 semanas que durará, desde el 8 de septiembre hasta el 24 de noviembre. Este jueves se han presentado más de 40 participantes, de los cuales 29 presentarán obras de nueva creación y más de la mitad serán locales. Binta Diaw, Lola Lasurt, Félix Blume, Carlos Bunga y el colectivo Tornen les esquelles son algunos de los nombres más destacados.

Se prevé recibir un millón de visitas, la gran mayoría locales, representando el 70% del total en ediciones anteriores. Las entradas para visitar las diferentes sedes y sus intervenciones tendrán un precio de 15 euros. Antes de pasar por Barcelona, las sedes de Manifesta han sido Rotterdam (1996), Luxemburgo (1998), Ljubljana (2000), Frankfurt (2002), San Sebastián (2004), Tirol del Sur (2008), Murcia (2010), Genk (2012), San Petersburgo (2014), Zurich (2016), Palermo (2018), Marsella (2020) y Pristina (2022).