Alfombras de flores
Alfombra de flores hecha por la Federació Catalana de Catifaires, donde han participado una cuarentena de artistas. © theNBP
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Las alfombras de flores, a punto de encumbrarse

El Ministerio de Cultura anuncia que presentará ante la Unesco la candidatura de este arte como patrimonio inmaterial de la humanidad

El mundo de las alfombras de flores está a un paso de alcanzar la cumbre. Próximamente, y después de años de lucha, el Ministerio de Cultura presentará ante la Unesco su candidatura a patrimonio inmaterial de la humanidad. Además, la federación que agrupa a estos artesanos ha recibido una subvención comunitaria del programa Europa Creativa para impulsar un proyecto que pretende extender por todo el mundo este arte a través de diversas actividades. Una de ellas es el congreso que los catifaires celebrarán en agosto en un punto aún por decidir del área de Barcelona.

La buena noticia de la candidatura fue anunciada el pasado sábado durante un acto de catifaires celebrado en la sala capitular de la catedral de Barcelona, que se quedó pequeña ante la afluencia de estos especialistas en el diseño de alfombras de flores no solo de Catalunya, sino que también asistieron representantes de otros países europeos como Italia y Malta. Fue un acto organizado por la Federació Catalana de Catifaires y el anuncio corrió a cargo de su presidenta, Vicenta Pallarès. De hecho, la noticia ya era un secreto a voces horas antes, pues la decisión del Gobierno español ya había corrido como la pólvora entre los presentes, aunque hubo que esperar a que Pallarès lo formalizara.

Cuando esta actividad sea, probablemente en el 2025, patrimonio inmaterial de la humanidad, las alfombras de flores dejarán de ser tan solo una expresión asociada a las fiestas populares para convertirse oficialmente en un arte —efímero, eso sí— en mayúsculas. Será la culminación de un proceso de años de reivindicaciones y esperado reconocimiento. Los catifaires escogieron la sala capitular de la catedral para realizar tan solemne anuncio por razones históricas. Y es que esta tradición tuvo uno de sus orígenes hace siglos en la seo barcelonesa asociada a las procesiones del Corpus.

El hecho de que sea un arte efímero no le resta ningún mérito, al contrario. Como muestra, la magnífica alfombra que recibía a los participantes del acto en el claustro, frente a la puerta de acceso a la sala capitular. Una cuarentena de artistas participaron en su confección durante dos días. El resultado, obviamente espectacular.

Durante los próximos dos años, y en el marco del proyecto europeo Flower Carpets Art, la práctica de las alfombras de flores se vestirá de gala con un programa de actividades que será el gran escaparate de este arte como anticipo a la esperada nominación de la Unesco. La iniciativa ha sido impulsada por la citada federación catalana, conjuntamente con la asociación siciliana CulturArte de Noto y el ayuntamiento maltés de Gharb. El reto es expandir internacionalmente la cultura catifaire, que se calcula que tiene 100.000 practicantes en todo el mundo. Se trata de promover la cooperación entre ellos y compartir conocimientos.

Una de las actividades más importantes será el congreso mundial de catifaires que se prevé celebrar en Barcelona o en su área metropolitana. Es un aspecto que aún no está cerrado, pero que conlleva una necesaria implicación del ayuntamiento que lo acoja, pues, entre otras cuestiones, habrá que gestionar el espacio público donde se monten las alfombras de flores y garantizar su seguridad para que no sean objeto de actos vandálicos. Según Carme Polo, coordinadora de la candidatura y de las actividades que tendrán lugar en el marco del proyecto Flower Carpets Arts, en el congreso está previsto que participen representaciones tan exóticas como de Japón y la India, y hasta artesanos tibetanos que realizarán demostraciones de mandalas.

En cualquier caso, estamos hablando de una nueva oportunidad de la marca Barcelona para darse a conocer al mundo, en este caso gracias a la tradición efímera de las alfombras florales, pero que está a las puertas de convertirse en un merecido arte patrimonio de la humanidad.

Presentacion catifaires
La sala capitular de la catedral de Barcelona se quedó pequeña ante el anuncio de la candidatura de los catifaires a patrimonio inmaterial de la humanidad. © theNBP