Vista aérea Parc Científic de Barcelona
Vista aérea del Parc Científic de Barcelona, ubicado en el Campus Diagonal.

El Parc Científic de Barcelona encara su ampliación tras llegar a la plena ocupación

El complejo busca socios para adecuar el último espacio que le queda pendiente por llenar de actividad. Se trata de unos 2.000 metros cuadrados que destinará a oficinas, con un coste estimado de seis millones de euros. En paralelo, se avanza en la construcción de un nuevo edificio que le permitirá sumar 10.000 metros cuadrados.

El Parc Científic de Barcelona (PCB) vive un momento dulce. En su 25 aniversario, se ha convertido en una de las infraestructuras clave para el ecosistema catalán de las ciencias de la vida, después de unos inicios en los que no se sabía mucho a qué se tenía que dedicar, teniendo en cuenta que fue el primero que se construyó en España y todo estaba por desarrollar, incluso el mismo sector, según recuerda su directora, Maria Terrades, en una entrevista con The New Barcelona Post. De por medio, ha habido una larga construcción del complejo, que empezó en 1998 y se alargó hasta 2011, dejando pendientes diferentes zonas de los siete edificios que lo configuran; a lo que se sumó una deuda que llegó a ser de 113 millones de euros y una crisis que no ayudó ni a devolverla ni a encontrar inquilinos.

En los últimos años, el parque ha visto cómo ha ido creciendo la demanda de espacios, lo que le permitió conseguir su primer ejercicio en positivo en 2017, con un resultado de 340.000 euros. Manteniendo la actividad con la pandemia, incluso viendo cómo el sector captaba el interés no solo de la sociedad, sino de inversores que nunca antes se habían fijado en él, la actividad se ha ido acelerando hasta llegar a un beneficio de 2,4 millones de euros en 2022. La buena evolución económica le ha permitido ir amortizando su deuda histórica, ahora en los 75 millones de euros, repartida a partes iguales entre el Ministerio de Ciencia y la Generalitat. Además, recientemente, ha podido refinanciarla.

La estabilidad financiera se acompaña del lleno absoluto que ha conseguido este 2023, dos años antes de lo previsto. Con una superficie total de 100.000 metros cuadrados, el PCB dispone de 60.000 m² útiles, destinando 33.000 m² a las empresas que acoge, repartidos en 22.000 m² para laboratorios y 11.000 m² para oficinas. Los 27.000 m² restantes se dedican a espacios compartidos por los diferentes inquilinos.

Maria Terrades
Maria Terrades, dirige el PCB desde el 2018. Anteriormente, había ocupado el cargo de directora gerente (2010-2014).

“Preveíamos acabar de llenar los espacios en 2025, pero lo hemos hecho en 2023. Lo tenemos todo contratado. No nos queda ni un centímetro libre de laboratorios. Estamos acabando algunas obras para que se instalen empresas de cara a este verano, pero el espacio está adjudicado. Ya no estamos recibiendo a nadie que busque laboratorios, ahora estamos focalizados en dar salida a las entidades instaladas que necesitan espacio para crecer”, explica Terrades.

El Parc Científic de Barcelona llevaba un tiempo detectando que los 33.000 metros cuadrados para clientes de los que dispone se le estaban quedando cortos, por lo que empezó a hablar con las administraciones y la Universitat de Barcelona (UB), su propietaria, sobre la necesidad de expandirse. “Barcelona se está consolidando como el eje de salud del sur de Europa y no podemos perder oportunidades. No es solo un problema del parque, sino que es una responsabilidad de las administraciones que no se nos escapen empresas que quieran instalarse o crecer aquí, y que no puedan hacerlo porque no hay espacio suficiente”, expone.

Maria Terrades: “Barcelona se está consolidando como el eje de salud del sur de Europa y no podemos perder oportunidades”

En primer lugar, el PCB tiene una pieza pendiente de desarrollar en los más de 100.000 metros cuadrados que ocupa en el campus Diagonal. Conocido como el edificio Cub, fue concebido originalmente como un auditorio para 400 personas, pero no se llegó a ejecutar y se quedó vacío por dentro, como una caja hueca, sin ventanas ni nada, solo con el suelo. Con la demanda creciente por parte de compañías, y teniendo en cuenta que el parque ya tiene tres auditorios, el edificio Cub se destinará finalmente a oficinas, construyendo tres plantas y sumando 1.900 metros cuadrados a la oferta del parque científico. No se ha podido destinar a laboratorios por sus características, pero sí que servirá para que algunas empresas que ahora ocupan con oficinas espacios que se pueden reconvertir en laboratorios se trasladen al nuevo edificio.

El Parc Científic de Barcelona tiene una pieza pendiente de desarrollar en los más de 100.000 metros cuadrados que ocupa en el campus Diagonal, un edificio vacío que iba a ser un auditorio pero se destinará a oficinas, sumando casi unos 2.000 metros cuadrados más

La dirección del parque está decidiendo ahora cómo lo van a hacer. A punto de acabar con los trámites urbanísticos, se prevé hacer una primera parte de las obras este mismo verano, echando a tierra el suelo actual en agosto, con el objetivo de no molestar a las entidades residentes durante el curso. Una vez hecho, el PCB tendrá que definir cómo se va a asumir la inversión de adecuar este edificio, que calculan que se sitúa en los seis millones de euros. Barajan buscar un socio inmobiliario o uno financiero, siendo estos los que ejecutarán las obras y luego recuperarán la inversión con los alquileres. La fórmula del socio financiero ya la han utilizado en el edificio Clúster II, donde uno invirtió un millón de euros para acondicionar 800 metros cuadrados, así como el Ayuntamiento de Barcelona colaboró en la transformación de espacios para acoger una aceleradora de startups.

Asimismo, algunas empresas que se han instalado en el Clúster II también han sido las encargadas de adecuar los espacios, como Quiagen, Infinitec, DeepUll o Algaktiv, otra fórmula que se contempla para el edificio Cub. En este caso, el PCB priorizará encontrar una única empresa que quisiera quedarse con las tres plantas —en el caso de un socio inmobiliario o financiero, se contempla destinar una planta por cliente—. Con todo, el objetivo es haber encontrado la financiación y haber lanzado la licitación este año, con la previsión de tener el espacio listo en 2026.

El Parc Científic de Barcelona busca un cliente o un socio inmobiliario o financiero para acometer la inversión de seis millones que permita habilitar el último espacio que tiene vacío

En paralelo, la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la UB han llegado a un acuerdo para ampliar el complejo científico, justo delante de las instalaciones actuales del PCB, con la mirada puesta en la futura llegada del Hospital Clínic para consolidar un campus Diagonal delicado a la salud. Para aportar más espacio al parque, se derribará la actual sede de la Escola de Noves Tecnologies Interactives (ENTI), dejando libre un solar donde se construirá un edificio de 10.000 metros cuadrados. “Quedará absolutamente integrado y no se tendrán que replicar infraestructuras que ya tenemos”, sostiene Terrades. En el nuevo bloque, se ubicarán grupos de investigación del ámbito de las ciencias de la salud de la UB y el Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC), actualmente instalado en el parque científico y que está registrando un fuerte crecimiento, especialmente después de su alianza para acoger una sede del Instituto Fraunhofer, la mayor organización de Europa dedicada a la investigación aplicada.

Las tres instituciones firmaron un protocolo no vinculante en marzo, a la espera de materializar un convenio cuando se forme el nuevo gobierno municipal. Lo que sí que ya se ha determinado es que el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl) será el promotor e inversor del proyecto, encargándose de construir el edificio y recuperando la inversión con los alquileres de los inquilinos, en línea con la fórmula que se busca para el edificio Cub. “Lo que no se hará es cometer errores del pasado con los que el parque se cargó de mucha deuda”, remarca la directora del PCB. La previsión es que el nuevo edificio esté operativo en 2028.

Parc Científic de Barcelona
El edificio más bajo —con una fachada de diferentes tonos marrones— es el conocido como Cub, que se prevé llenar de oficinas repartidas en tres plantas.