La nueva ley de mecenazgo aspira a representar una oportunidad para el global de fundaciones, entidades y actores del tercer sector, que han visto mejoradas las deducciones fiscales para las donaciones con la reforma de la normativa. Esta modificación, que entró en vigor el 1 de enero, implica una mejora para los donantes, y son las entidades las que deben aprovecharla para tratar de conseguir más recursos, como han sostenido los expertos que han participado en la jornada Las novedades de la reforma de la Ley de Mecenazgo. Ventajas para la empresa y oportunidades para la captación, organizada por la Fundació Catalunya Cultura.
“Somos las fundaciones las que tenemos que hacer un llamamiento a nuestras bases sociales. Este llamamiento activo y los cambios en el mecenazgo harán que haya una nueva inyección de recursos para el tercer sector”, según la presidenta de la junta directiva de la Asociación Española de Fundraising, Glòria Oliver. ¿Cómo lograrlo? Estando en contacto con sus bases y poniendo en valor la labor de las entidades, y recordando que estos cambios fiscales les permiten donar más, pero manteniendo el mismo impacto para sus bolsillos: “Si antes una persona donaba 15 euros al mes, a partir del 1 de enero puede donar 20 y le costará exactamente lo mismo”, debido a la ampliación de las deducciones fiscales. Lo mismo ocurre con las empresas: las que donaban 5.000 euros anuales, mantendrían el mismo coste si ahora pasaran a donar 6.000 euros.
La también gerente de la Fundació Pasqual Maragall ha animado a las entidades y fundaciones a comunicar estos cambios a la sociedad para dinamizar las donaciones, pero sin poner el foco sólo en el ámbito fiscal: “Tenemos un proyecto detrás, no somos máquinas de desgravar”. Recordando y haciendo suya la postura expresada por la presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundacions, Eugènia Bieto, en una entrevista con The New Barcelona Post, Oliver ha remarcado que “nadie dona dinero a una fundación sólo para desgravar”, y ha defendido que la sociedad es solidaria y consciente de que el mundo se puede transformar a través de las entidades sin ánimo de lucro: “Nos toca empujar, comunicar y hablar con nuestras bases sociales para que los cambios en el mecenazgo se conviertan en recursos que lleguen a nuestras causas”.
La normativa también incluye un cambio sustancial en cuanto a la posibilidad de recibir regalos o recompensas por donaciones, que hasta ahora no estaban admitidos
“Si con la ley anterior se ha conseguido una cuota media de 166 euros de cuatro millones de contribuyentes que ahora se deducen el IRPF en España, tenemos que hacer un llamamiento y subir por encima de los 250 euros” de media desgravados, ha defendido Oliver.
En la misma línea se ha expresado el economista y exdiputado en el Congreso Ferran Bel, que también ha participado en la jornada celebrada en el Col·legi d’Economistes de Catalunya. Bel, uno de los artífices de la nueva ley, ha fijado también como reto aumentar la cantidad de personas que realizan donaciones, y pasar de los cuatro millones actuales a nivel estatal a entre 4,5 millones y cinco millones: “Creemos que la reforma va en la buena dirección; si nos estancamos en los cuatro millones, tal vez tendremos que pensar en algún incentivo adicional”.
Las novedades que incorpora la ley incluyen esta ampliación de las deducciones fiscales, pero van más allá, como ha repasado Enric Rius. El asesor tributario y miembro del grupo de trabajo sobre la ley de la Fundació Catalunya Cultura ha recordado que la nueva normativa amplía la deducción del 80% para particulares de los primeros 150 euros hasta los 250. A partir de esta cifra, el porcentaje pasa del 35% al 40% de deducción. En el caso de personas jurídicas como empresas, las deducciones en el impuesto de sociedades también pasan del 35% al 40%. Además, la norma reduce de cuatro a tres años los necesarios para obtener mayores deducciones, con un 5% adicional para particulares, y un 10% para empresas.
La normativa renovada también incluye un cambio sustancial en cuanto a la posibilidad de recibir regalos o recompensas por donaciones, que hasta ahora no estaban admitidos e invalidaban las donaciones. A partir de la entrada en vigor de la ley, se admiten recompensas siempre y cuando no superen el 15% del valor de la donación, con un máximo de 25.000 euros, como ha recordado Rius en la jornada. La reforma de la normativa fue aprobada por el Consejo de Ministros en diciembre y fue convalidada por el Congreso en enero, recuperando el texto que la Cámara aprobó en abril pero que quedó paralizado por el adelanto electoral.
Su aprobación dio respuesta a una reivindicación histórica de múltiples actores vinculados al mecenazgo. Entre ellos, la Fundació Catalunya Cultura, que ha trabajado para disponer de esta nueva ley estatal, y sigue haciéndolo para que Catalunya cuente con una normativa propia en este ámbito, como ha destacado el abogado Miquel Àngel Vallès durante la jornada que ha impulsado la entidad.
La directora de la fundación, Maite Esteve, ha celebrado el paso hacia adelante que representa la modificación de la norma estatal, pero ha insistido en la necesidad de promover una ley catalana de mecenazgo. Y ha cerrado la jornada con un clamor a entidades, fundaciones y actores vinculados a este ámbito: “Haced apología del mecenazgo y explicad a todo el mundo qué significa”. Con un objetivo claro: romper estereotipos que dan al mecenazgo un cariz negativo, y ensalzarlo como una vía de apoyo a iniciativas vinculadas a ámbitos como el arte, la esfera social y la ciencia, que hacen del mecenazgo un elemento clave para el Estado de bienestar: “La gente no dona para desgravar, la gente dona por su sentimiento de responsabilidad hacia sus comunidades”.