Los actores vinculados al ámbito del mecenazgo están de enhorabuena. El Consejo de Ministros ha aprobado a través de un real decreto ley la reforma de la normativa, actualizando la norma disponible hasta el momento, de 2002. La ley recupera el texto ya aprobado en abril en el Congreso. Los grupos parlamentarios validaron la propuesta, pero se anunció el avance electoral a pocos días de que el Senado validara la norma. Así, su tramitación quedó paralizada, hasta ahora.
La nueva norma entrará en vigor el 1 de enero, y representará un avance significativo para el mecenazgo y todo lo que implica. Posteriormente, deberá pasar por el Congreso. La ley quedará previsiblemente validada, ya que se trata del mismo texto que ya fue aprobado por la Cámara en la pasada legislatura.
La reforma de la ley, que amplía las deducciones fiscales para las donaciones, da respuesta a una reivindicación histórica de múltiples actores vinculados al mecenazgo. “Queda camino por recorrer, pero hoy es un día de celebración, en el que se ha roto una barrera de inmovilidad legislativa que llevábamos 21 años pidiendo cambiar”, ha destacado la directora de la Fundació Catalunya Cultura, Maite Esteve.
Este cambio legislativo “reconoce la necesidad de adaptar la ley al siglo XXI”, ya que incorpora elementos que hasta ahora no contemplaba la norma, como el micromecenazgo, las plataformas y el mecenazgo tecnológico. Para todos estos ámbitos, la ley reformada aumenta deducciones. En concreto, amplía la deducción del 80% para particulares de los primeros 150 euros hasta los 250. A partir de esta cifra, el porcentaje pasa del 35% al 40% de deducción. En el caso de personas jurídicas como empresas, las deducciones en el impuesto de sociedades también pasan del 35% al 40%.
La reforma, aprobada por “sorpresa”, pretende también dar estabilidad a esta contribución privada a iniciativas que beneficien a la sociedad. Con este objetivo, reduce de cuatro a tres los años necesarios para obtener una deducción mayor al hacer donaciones a una misma entidad, con un 5% adicional para particulares, y un 10% para las empresas. “Es un incentivo muy importante para que las empresas participen de las entidades”, ha resaltado Esteve.
Los cambios en la norma no se quedan aquí. A partir de su entrada en vigor, recibir regalos o recompensas —equilibradas y con un límite— no implicará que una donación quede invalidada como tal. Esteve recuerda que, hasta ahora, una entidad no podía entregar a un mecenas ningún tipo de regalo. Unas simples entradas a un concierto de la propia entidad invalidaban la donación, al considerarse una contraprestación. Ahora se admitirán estas recompensas, con un límite del 15% del valor de la donación y con un máximo de 25.000 euros. Además, la cesión del uso de bienes muebles e inmuebles pasa a considerarse donación físicamente deducible.
La norma reformada contempla, además, el mecenazgo a través de servicios. Como explica Esteve, “profesionales como abogados y gestores podían prestar sus servicios gratuitamente a entidades como colaboración; haciendo de mecenas, no con dinero, pero sí con servicios”. A partir de esta reforma, estas colaboraciones quedarán contempladas y podrán también deducirse.
“Mirada positiva” sobre el mecenazgo
Así, la reforma de la ley representa un gran paso en un camino todavía incompleto. La Fundació Catalunya Cultura, que apostaba por unas deducciones más elevadas, pide mejoras que clarifiquen determinados aspectos, pero sobre todo trabajar en una dirección: cambiar la “mirada oscura” que tiene la sociedad hacia el mecenazgo.
“Necesitamos políticas públicas que expliquen que todos podemos poner nuestro granito de arena, y que el mecenazgo nos ayuda a todos, y no sólo a unos”. Y es que, como ha remarcado Esteve, el mecenazgo puede dirigirse a cualquier sector que genere un bien para la sociedad. Lo es la cultura y el arte, habitualmente asociados a los mecenas, pero también iniciativas sociales y científicas. Por ello, Esteve hace un llamamiento a promover una “mirada positiva” hacia un mecenazgo que contribuye al avance y progreso de la sociedad.
La reforma de la ley amplía la deducción del 80% para particulares de los primeros 150 euros hasta los 250
También ha ensalzado la importancia de esta aprobación, “después de diversos intentos fallidos”, la presidenta de la Coordinadora Catalana de Fundacions (CCF), Eugènia Bieto, Considera que la reforma de la normativa incentiva el compromiso de la sociedad civil con la filantropía, algo que “contribuirá a incrementar los recursos de las fundaciones y otras entidades del tercer sector”.
La reivindicación para actualizar la normativa de 2002 partía también del ámbito empresarial. Desde la patronal Cecot, su asesor financiero y fiscal Enric Rius ha coincidido en subrayar que esta aprobación supone un “paso hacia adelante importante para incentivar y empoderar a la sociedad”. Además, ha destacado que la experiencia de mayores deducciones en otros países demuestra que el retorno supera una eventual caída de ingresos por parte del Estado.
Y es que el compromiso con la sociedad de las personas, tanto físicas como jurídicas, genera un factor multiplicador positivo. Rius es también miembro activo del Consejo del Mecenazgo de la Fundació Catalunya Cultura, que nació en 2014 precisamente con la renovación del marco legal y fiscal del mecenazgo en su punto de mira. Por este motivo, la entidad lidera la Plataforma pel Mecentage, que engloba a más de 180 entidades del ámbito cultural, social y de investigación.
Los cambios en la normativa tendrán un gran alcance, dado el número de entidades y de personas que colaboran con éstas. De hecho, el 39% de la población de más de 18 años colaboró en 2022 con alguna entidad, y se estima que el sector fundacional en España generó más de 27.000 millones de euros de valor añadido en 2020, además de 550.000 puestos de trabajo. Un amplio impacto de un sector que se verá beneficiado por esta reforma de la normativa históricamente reivindicada por múltiples sectores.