La startup Impress ha iniciado la fabricación en la Zona Franca de Barcelona de las ortodoncias invisibles que usan los pacientes adultos del centenar de clínicas que posee en España, Portugal, Italia, Francia y Reino Unido, ya sea con centros propios o compartiendo espacios en otras clínicas dentales.
Las previsiones de Impress sitúan la producción anual a finales de 2022 en los dos millones de ortodoncias invisibles ante la demanda que están registrando sus centros ortodoncistas, con una media de 60 pacientes diarios. Sobre la facturación, la compañía no comparte previsiones hasta que no cierre 2021.
Esta health tech fundada en 2019 en Barcelona por los emprendedores rusos Vlamidir Lupenko, Khaled Kasem y Diliana Lupenko, ha invertido 10 millones de euros en una nave industrial de 1.500 metros cuadrados, en la calle Botànica, donde ha instalado impresoras 3D de avanzada tecnología de las firmas HP y Carbon. Progresivamente, dejará de importar los alineadores de Alemania, Suiza y Estados Unidos.
La factoría prevé ocupar hasta 130 personas, que se sumarán a los 600 empleados que tiene la compañía en las respectivas clínicas repartidas por Europa y en la sede central de Barcelona. En el centro de la ciudad, Impress dispone de un equipo de programadores de software, ingenieros industriales, expertos en analítica y en computación y aplicaciones que trabajan en la digitalización de todo el proceso, desde el análisis bucodental inicial al proceso de implantación y control de la ortodoncia.
La compañía argumenta que “ha democratizado el sector” para las ortodoncias de adultos que tienen la dentadura consolidada, según sus responsables, ya que el paciente adulto accede al tratamiento con precios más ajustados y eliminando las visitas quincenales a su dentista o ortodoncista. En la actualidad, el cliente que acude a los centros de ortodoncia de Impress es un adulto de entre 24 a 40 años que quiere mejorar el aspecto de su sonrisa o corregir problemas de oclusión, entre otros, “aunque también recibe, si es preciso, los tratamientos previos en caso que su dentadura presente algún tipo de anomalía”, explican.
El paciente hace una primera visita presencial en la clínica, donde se le hace una completa revisión bucal y se atiende a sus necesidades, para recibir al cabo de una semana una prescripción del tratamiento más adecuado y disponer en su domicilio de los alineadores invisibles que deberá usar. Son procesos que tienen una duración variada, según cada caso, y que reducen a la mitad —a unos 2.200 euros— el coste de una ortodoncia tradicional, según explica Marcel Queralt, chief product officer de Impress. Durante el tratamiento, el usuario recibe las indicaciones necesarias y las revisiones que se consideran precisas para hacer un seguimiento online y offline que asegure su éxito.
Para los más jóvenes, la marca acaba de abrir la primera clínica especializada en adolescentes Teens, a los que ofrece una alternativa a la tradicional ortodoncia de Brakets, en un espacio anexo a la flagship clinic de Impress, inaugurada en 2019 en la Calle Roger de Llúria. En este caso, sí se realiza un seguimiento presencial periódico en la clínica, para confirmar que el tratamiento está funcionando correctamente y que el adolescente está siguiendo las pautas indicadas por el equipo de profesionales médicos, siempre ortodoncistas e higienistas.
En menos de dos años Impress ha tratado más de 22.000 sonrisas y cuenta ya con presencia en más de 75 ciudades europeas. En los próximos meses, la compañía prevé incrementar el número de centros de atención en Francia y Reino Unido, países en los que ha entrado este año.