En menos de dos meses y medio, Puig se ha colado entre las empresas que forman parte del Ibex 35. Mucho antes de lo previsto, el grupo de perfumería y moda ha visto confirmada su apuesta por debutar en el parqué con su rápida entrada en el selectivo. Este lunes se ha colocado en el número 15, por detrás de Repsol y por delante de Banco Sabadell, con una capitalización por encima de los 15.000 millones de euros. La multinacional se estrenó a principios de mayo a un precio de 24,50 euros por acción y llegó subir el pasado 12 de junio hasta los 27,60 euros, su valor máximo.
Puig Brands, la sociedad que cotiza en el mercado continuo de las Bolsas de Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia, fue seleccionada hace unas semanas para unirse al principal índice bursátil español en sustitución de Meliá Hotels, quien no cumplía desde hacía tiempo con los requisitos para formar parte. Desde diciembre de 2022 el Ibex 35 no había tocado su composición, cuando entró Unicaja y Logista, en sustitución de Siemens Gamesa y PharmaMar.
El debut en los mercados de la propietaria de marcas como Rabanne, Nina Ricci, Jean Paul Gaultier o Carolina Herrera suma un nuevo hito después de convertirse en la mayor salida a nivel europeo este año y la más alta en la bolsa española después de Aena en 2015. Además, puso fin a la larga sequía de operaciones que había vivido la Bolsa de Barcelona. La última operación similar de salto al mercado continuo, aunque de un volumen muy inferior, fue Fluidra en 2007. Se aleja la posibilidad de que Europastry siga la estela de Puig, después de que el grupo de panadería y masas congeladas de la familia Gallés haya pospuesto sus planes para salir a bolsa.
Con su salida a bolsa, Puig tiene previsto obtener nuevos recursos para financiar su plan de crecimiento, además de refinanciar algunas de las grandes adquisiciones que el grupo ha efectuado en los últimos años como Byredo y la marca de maquillaje Charlotte Tilbury. Su objetivo es consolidar al grupo catalán entre las principales empresas mundiales del sector de la belleza, cosmética y moda como L’Oréal, Louis Vuitton o Estée Lauder.
La empresa con sede en la plaza Europa de L’Hospitalet de Llobregat registró en 2023 una cifra récord de ventas de más de 4.300 millones de euros, un 19% más respecto a 2022. El beneficio neto se elevó hasta los 465 millones de euros (+16%). Fundada en Barcelona en 1914, Puig opera en tres segmentos de negocio dentro del mercado de la belleza: las fragancias y moda, con ingresos de 3.115 millones de euros en 2023, el maquillaje (773 millones) y el cuidado de la piel (431 millones).
En esta nueva etapa de crecimiento, la compañía, con una cartera de 17 marcas y presencia en 32 países, contempla la compra selectiva de nuevas firmas y reforzar su posición en el sector de la belleza prémium. También trabajará para incrementar su cuota de mercado en Europa y América y en las categorías de fragancias y maquillaje, y se reforzará también en Asia-Pacífico y en las categorías de dermocosmética y cuidado de la piel.
Con su salida a bolsa, la compañía barcelonesa prevé la compra selectiva de nuevas firmas y reforzar su posición en el sector de la belleza prémium
Todo ello sin perder el control de una compañía familiar con 110 años de historia. En ese sentido, los Puig han salido a bolsa manteniendo el 71,7% del accionariado y el 92,5% de los derechos políticos o de voto. Para ello, las distintas ramas de la familia Puig sólo se han desprendido del 25% del capital de la compañía y las acciones que han puesto a la venta para ser adquiridas por los inversores no tienen los mismos derechos que las acciones que posee la familia.
La multinacional ha pasado a tener acciones de clase A, reservadas para la familia, con todos los derechos económicos y políticos; y acciones de clase B, las únicas que cotizan, con los mismos derechos económicos, pero con los derechos políticos limitados. Esto se traduce en que, a cada acción de clase A le corresponderán 5 votos, mientras que, las acciones de clase B solo tendrán un voto, por lo que los nuevos accionistas apenas controlarán el 5% de los derechos políticos a la hora de adoptar decisiones empresariales. Eso sí, tendrán derecho a quedarse con el 25% de los dividendos.
Tras su estreno en bolsa, CriteriaCaixa ha pasado a ser uno de sus accionistas. El hólding de La Caixa se ha hecho con una participación superior al 3% tras una inversión de 425 millones de euros. Una compra enmarcada en un ambicioso plan para aumentar su presencia en compañías españolas estratégicas e incrementar hasta los 700 millones de euros el dividendo anual que abona a la Fundación La Caixa —accionista único de Criteria—. No es la única operación que ha hecho en los últimos meses CriteriaCaixa, presidida por Isidro Fainé y con Ángel Simón como consejero delegado, entrando también en el capital de ACS o Colonial.