Marc Puig, presidente y consejero delegado de Puig.

Puig oficializa su salida a Bolsa y prevé captar más de 2.500 millones

La familia fundadora mantendrá el control absoluto del grupo de moda, fragancias, maquillaje y cosmética, que en 2023 alcanzó una facturación de 4.300 millones de euros. Con una valoración de más de 10.000 millones, el debut en el parqué se espera para comienzos de mayo y los fondos que se obtengan se destinarán a refinanciar las compras de Charlotte Tilbury y Byredo y a acometer nuevas adquisiciones.

Si se cumplen todos los plazos previstos, Barcelona contará con una nueva compañía cotizada dentro de un mes. A comienzos de mayo se prevé que salga a Bolsa el grupo de perfumería y moda Puig, que captará con esta operación un mínimo de 2.500 millones de euros, aunque en función del precio de salida de las acciones que acabe fijándose, la colocación podría alcanzar los 3.000 millones de euros. La operación no se dirige a los consumidores de la marca o a los pequeños inversores, está reservada exclusivamente a grandes fondos e inversores cualificados de todo el mundo, que deberán manifestar su intención de comprar acciones a los dos bancos coordinadores y colocadores de la oferta: Goldman Sachs y JP Morgan.

Para el presidente y consejero delegado de Puig, Marc Puig, la decisión de salir a Bolsa supone “un paso decisivo en los 110 años de historia” de la compañía y permitirá al grupo “competir mejor en el mercado internacional de la belleza”. “Creemos que convertirnos en una compañía cotizada alineará nuestra estructura corporativa con la de las mejores compañías familiares del sector de la belleza premium a escala mundial; nos ayudará a atraer y retener talento y respaldará la estrategia de crecimiento de nuestro portafolio y nuestras marcas”, ha explicado el también consejero delegado y miembro de la tercera generación de la multinacional con sede en la Plaza Europa de L’Hospitalet. Entre el catálogo de marcas de Puig, que en 2023 facturó 4.304 millones de euros —un 19% más— destacan Carolina Herrera, Paco Rabanne, Jean Paul Gaultier, Uriage, Charlotte Tilbury y Byredo.

A pesar de que cotice en el parqué, Puig seguirá siendo una empresa familiar, ya que la familia fundadora mantendrá el control absoluto del grupo por un doble motivo. Por un lado, las distintas ramas de la familia Puig sólo se desprenderán del 25% del capital de la compañía y, por otro, las acciones que pondrán a la venta para que sean adquiridas por los inversores no tendrán los mismos derechos que las acciones que posee la familia. Esto es posible porque Puig tendrá a partir de ahora acciones de clase A —las que tienen todos los derechos económicos y políticos (reservadas para la familia)— y acciones de serie B, que tienen los mismos derechos económicos, pero tienen limitados los derechos políticos. Sólo cotizarán las acciones B. Así, a cada acción de clase A le corresponderán 5 votos, mientras que las acciones de clase B solo tendrán un voto, por lo que los nuevos accionistas apenas controlarán el 5% de los derechos políticos a la hora de adoptar decisiones. Por el contrario, sí que tendrán derecho a quedarse con el 25% de los dividendos.

Marc Puig: “Convertirnos en una compañía cotizada alineará nuestra estructura corporativa con la de las mejores compañías familiares del sector de la belleza premium a escala mundial y nos ayudará a atraer y retener talento”

Según Marc Puig, ser una empresa familiar implica una gran ventaja que ha sido clave en el éxito de Puig:  “pensar a largo plazo”. “Tener una familia en el núcleo de una compañía fomenta este enfoque, porque las familias tienden a  preocuparse en igual medida por el horizonte temporal de la próxima generación como por el próximo  trimestre”, ha señalado. Sin embargo, justifica el salto a la Bolsa porque “al mismo tiempo, es importante que toda empresa familiar cuente con los controles y  equilibrios adecuados, especialmente durante las transiciones generacionales”. “Creemos que el  equilibrio de ser una compañía familiar que al mismo tiempo está sujeta a la responsabilidad del mercado nos permitirá competir mejor” y hacer frente “a la próxima fase de desarrollo de Puig”, ha reflexionado este lunes el presidente del grupo.

La sociedad que saldrá a cotizar en el mercado continuo de las Bolsas de Barcelona, Madrid, Bilbao y Valencia es Puig Brands SA. Actualmente, esta compañía es propiedad al 100% de Puig SL, que, a su vez, pertenece a Exea, el hólding patrimonial de la familia Puig. Según el diseño de la operación, el 25% de las acciones de Puig Brands que se pondrán a la venta tendrán dos orígenes. En primer lugar, la propia Puig Brands colocará en el mercado acciones de nueva creación, lo que se denomina técnicamente Oferta Pública de Suscripción (OPS). Con este tramo se pretenden captar aproximadamente 1.250 millones de euros. En paralelo, Puig SL venderá al mercado parte de las acciones que ahora posee de Puig Brands. Con este tramo, denominado Oferta Pública de Venta (OPV), se pretende obtener “un mayor importe” que con el anterior, es decir, más de 1.250 millones, por lo que la colocación superará los 2.500 millones y la valoración del grupo alcanzará entre los 10.000 millones y los 15.000 millones, lo que supondrá el mayor  salto al parqué por parte de una empresa española desde 2015, cuando empezó a cotizar Aena. Todo indica que, a finales de año, Puig podria incorporarse al Ibex 35.

Torres Puig Plaza Europa
En el centro, de color blanco, la sede corporativa de Puig, y, a la derecha, la nueva torre de oficinas del grupo en la Plaza Europa. @TheNBP

Tras meses de rumores y de informaciones en la prensa económica especializada, Puig ha oficializado este lunes su intención de salir a cotizar en las bolsas de valores españolas. Este anuncio previo (ITF, por sus siglas en inglés), pone en marcha el contador y toda la maquinaria para el debut bursátil. Ahora, el primer gran paso será la aprobación por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del denominado folleto, el documento oficial donde consta toda la información relacionada con la oferta pública de emisión y venta de acciones. Una vez el folleto esté aprobado y publicado se dará paso al denominado road show, es decir, a las presentaciones que se realizarán en distintas ciudades internacionales para explicar a los grandes inversores las bondades de la oferta. Según el poder de seducción que transmita la compañía, de las expectativas de mercado y del análisis de los estados financieros de Puig, los fondos solicitarán más o menos acciones a los bancos colocadores. En función de que haya más o menos demanda de acciones se determinará el precio de la oferta y, en consecuencia, el valor con el que el grupo catalán saldrá a cotizar a comienzos de mayo. La compañía podría proponer a los inversores destinar el 40% del beneficio anual al reparto de dividendos.

Refinanciación y compra de nuevas empresas

¿Y qué hará Puig con el mínimo de 2.500 millones que prevé captar en el mercado? Por un lado, estos fondos se destinarán a  refinanciar algunas de las grandes adquisiciones que el grupo ha efectuado en los últimos años y que le han permitido dar un fuerte salto de tamaño, hasta alcanzar una facturación que en 2023 rebasó los 4.000 millones de euros. Entre estas compras destacan Byredo y la marca de maquillaje Charlotte Tilbury. El dinero recaudado servirá también para financiar nuevas operaciones e “inversiones estratégicas futuras”, además de destinarse a gastos de capital. Al cierre de 2023, la deuda financiera neta del grupo (deuda total menos el dinero disponible en efectivo) se situaba en 1.196 millones.

Fundado en Barcelona en 1914, Puig opera en tres grandes segmentos de negocio dentro del mercado global de la belleza: las fragancias y moda (ingresos de 3.115 millones en 2023), maquillaje (773 millones) y cuidado de la piel (431 millones). En total, el pasado año el grupo facturó 4.304 millones, un 19% más, siendo la región EMEA (Europa, Oriente Medio y África), su mayor fuente de ingresos (54%), seguido de América (36%) y Asia-Pacífico (10%). En las tres regiones geográficas en el pasado año se registraron crecimientos a doble dígito. El ebitda del grupo creció un 20%, hasta 863 millones, y el beneficio neto avanzó un 16%, con unas ganancias de 465 millones. La ratio de deuda sobre ebitda es muy saludable al situarse por debajo de las 1,5 veces (se consideran aceptables ratios de deuda neta sobre ebitda inferiores a 3).

 Charlotte Tilbury tienda
Una de las tiendas de la marca de maquillaje Charlotte Tilbury en Londres. ©TheNBP

En el anuncio previo de colocación, Puig destaca que con la salida a Bolsa se atacará una nueva fase de crecimiento que contempla la compra selectiva de nuevas marcas para incorporarlas a su universo y “capturar el atractivo crecimiento del sector de la belleza premium“. Asimismo, la compañía trabajará para incrementar su cuota de mercado en Europa y América y en las categorías de fragancias y maquillaje, y se reforzará también en Asia-Pacífico y en las categorías de dermocosmética y cuidado de la piel.

Además de Goldman Sachs —que es quien ha asesorado a Puig en todo este proceso— y JP Morgan (joint global coordinators y joint bookrunners de la oferta) en la colocación bursátil también participarán Banco Santander, Bank of America, BNP Paribas y CaixaBank en la categoría de joint bookrunners. En paralelo, BBVA y Banco Sabadell serán co-lead managers. El asesoramiento legal corre a cargo de los despachos Linklaters, Cuatrecasas y Davis Polk & Wardell.