Ante el auge de la demanda por las bicicletas gravel, modalidad que permite combinar rutas por asfalto y montaña, el empresario Oscar Alcaraz ha apostado por abrir Gravel Planet Store, la primera tienda especializada en bicicletas gravel de la ciudad. Con el apoyo del ciclista y multicampeón de la Vuelta Ciclista a Espanya y de varias Titan Desert, Roberto Heras, el establecimiento cuenta con una superficie de 1.300 metros cuadrados, repartidos en tres plantas, en las que se combina zona de exposición, servicios de reparación y mantenimiento y almacén.
La tienda, ubicada en la calle Consell de Cent, trabaja para tener una oferta formada por 50 modelos, teniendo en stock 200 unidades e incluyendo las diferentes tallas, de una decena de marcas de bicicletas gravel, entre ellas Bianchi, Cervelo, Ridley, Cinelli y Factor, para lo que hay que sortear aún los problemas de suministro que están registrando los fabricantes. Los precios varían desde los 1.500 euros hasta los 12.000 euros, dependiendo de los materiales de los que están hechos las bicicletas, desde fibra de carbono, acero o aluminio hasta titanio y madera.
Para poner en marcha la tienda, se han invertido más de dos millones de euros y se han creado seis puestos de trabajo. Alcaraz prevé una facturación de cinco millones de euros este año, con la venta de unas 2.000 bicis a un precio aproximado de 3.000 euros. La tienda se quiere convertir en la referencia para toda España, con el objetivo de contribuir a acelerar la penetración en el mercado de esta modalidad de bicis, por lo que a los compradores de otras partes del país se les facilitará el desplazamiento y el alojamiento en Barcelona cuando vayan a comprar una.
Gravel Planet Store no es la primera vez que Alcaraz invierte en el mundo ciclista. En 2012, empezó a comercializar las bicicletas plegables de la marca Brompton. La tienda Folding Bikes House se ha convertido en una de las principales de la ciudad que distribuye esta marca, vendiendo cerca de la mitad de las que se venden en todo el país, con una facturación anual de dos millones de euros y una cartera de 7.000 clientes. Antes ubicada en la calle Diputación, este establecimiento se ha desplazado al lado del de las bicicletas gravel. Entre ambas tiendas, compartiendo algunos servicios, como el taller, se suma una plantilla de 12 puestos de trabajo directos y 5 indirectos.