En el Parque Tecnológico de Barcelona Activa, en Nou Barris, se ha dado inicio al primer curso de programación que se impartirá en el nuevo campus 42 Barcelona. En un espacio de 1.622 metros cuadrados y una capacidad para 800 estudiantes, que tendrán 200 ordenadores disponibles, se ha puesto en marcha esta iniciativa de la Fundación Telefónica, con 3.000 solicitudes de inscripción.
El campus 42 Barcelona es una experiencia que responde a una fórmula de formación disruptiva en tecnologías de programación, porque los estudios que se realizan se imparten de forma gratuita y presencial, y las instalaciones están abiertas las 24 horas los siete días de la semana y el alumno puede acudir por una duración media de tres años. El curso ofrece oportunidades para estudiantes a los que no se les requieren conocimientos técnicos previos ni titulación de ningún tipo y quiere dar respuesta a la demanda de nuevos perfiles laborales tecnológicos, como la ciberseguridad, los datos masivos, la inteligencia artificial, la cadena de bloques o el Internet de las Cosas (IoT), entre otros.
Para los impulsores del proyecto, la iniciativa nace con la intención de ir ampliando la oferta actual, por lo que en los próximos cuatro años recibirá una inyección de 10 millones de euros que invertirán al 50% la Fundación Telefónica, por un lado, y el 50% restante la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, según explicó Luis Miguel Olivas, director de Empleabilidad e Innovación Educativa de la Fundación Telefónica.
La filosofía de la escuela francesa 42, sin profesores ni libros, ni tampoco titulaciones, con una metodología pionera basada en la gamificación y el aprendizaje, “es una nueva forma de educar”, explicó José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, durante el acto de inauguración del curso. Álvarez-Pallete defendió que se prepara también al estudiante en aptitudes y competencias transversales como esfuerzo, tolerancia a la frustración y capacidad de superación.
Por su parte, Sophie Viger, directora ejecutiva de la escuela 42, manifestó que comparten con Barcelona “el espíritu abierto a la innovación, la creación y la igualdad de oportunidades en la digitalización“. Viger añadió que se quiere contribuir a “formar a los mejores profesionales tecnológicos y también ayudar a las empresas y las empresas emergentes catalanas a avanzar en este apasionante camino que nos queda por recorrer”.
La escuela 42 se fundó en 2013 en París, cuando la industria de la tecnología informática se vio afectada por una gran carencia de programadores. Ahora se encuentra en países como Bélgica, Marruecos, Finlandia, Rusia, Brasil o Japón, hasta un total de 22 estados. En España, la Fundación Telefónica la ha establecido en Barcelona, después de iniciar sus cursos en Madrid en septiembre de 2019 y hace unos meses en el País Vasco y, próximamente, estará en Málaga y Alicante. De hecho, Barcelona es la 28 ciudad del mundo que tendrá un espacio para un campus 42.
La escuela francesa 42 comparte con Barcelona “el espíritu abierto a la innovación, la creación y la igualdad de oportunidades en la digitalización”
“La tecnología avanza tan rápido que todo queda obsoleto en unos estudios más reglamentarios”, explicó uno de los nuevos alumnos del Campus 42 Barcelona, Tristán, un estudiante universitario que ha elegido 42 Barcelona para completar su formación, durante la inauguración del curso. El acto contó con la presencia de Carmen Morenés, directora general de la Fundación Telefónica; el primer teniente de alcalde de Economia, Treball, Competitivitat i Hisenda de l’Ajuntament de Barcelona, Jaume Collboni; el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; y el director general de Impacte Territorial i Social del Coneixement del Departament de Recerca i Universitats de la Generalitat de Catalunya, Xavier Quinquillà.
Como nuevo alumno, Tristán añadió que la sustitución de los profesores por un método de autoevaluación y evaluación cruzada entre los propios alumnos “es muy enriquecedor”, y expresó su satisfacción por un aprendizaje que sigue una metodología innovadora basada en proyectos, que utiliza la ludificación y el aprendizaje entre iguales, en el que los estudiantes aprenden a su ritmo unos de otros.
Mònica, una licenciada en arquitectura que ha querido dar un giro a su carrera profesional, es también uno de los 140 aspirantes seleccionados entre todas las solicitudes, que están realizando la primera piscina, la prueba final de acceso definitivo al campus. Para ella, según concretó, ha sido básico la gratuidad del curso y una oferta en nuevas tecnologías que responde a sus prioridades.
El campus 42 Barcelona también es una oportunidad para David, un trabajador de TMB de 42 años interesado por la informática y estudiante de un grado superior de aplicación web que quiere realizar una inmersión en la programación.
De la primera remesa de 140 aspirantes a una plaza, el 20% son mujeres; el 55% son de Catalunya, la mayoría de Barcelona y sus alrededores, y la media de edad es de 32 años.
