Ha empezado la cuenta atrás para la tercera edición de la Barcelona Wine Week (BWW), que se celebrará del 6 al 8 de febrero en Fira de Barcelona. El presidente del salón, Javier Pagés, se muestra convencido de que, con esta edición, la feria se consolidará como “el referente de los vinos españoles de calidad” y como el mejor expositor que pueden tener las bodegas y denominaciones de origen españolas para proyectarse al mundo. Un buen indicador de las “buenas expectativas” que maneja la feria es que, este año, varias semanas antes, ya se ha colgado el cartel de completo: “Ya está todo lleno y hemos incrementado tanto la representatividad como el número de bodegas expositoras”, avanza Pagés en una entrevista con The New Barcelona Post.
“Las expectativas son muy positivas; realmente estamos alucinados, porque vemos que hay mucho interés por parte de los compradores internacionales que asistirán a la feria, y porque hemos incrementado el número de expositores y prevemos crecer también en visitantes”, asegura el también presidente del Consejo Regulador del Cava. Según Pagés, la Barcelona Wine Week reunirá a 828 bodegas expositoras —un 27% más— en el recinto ferial de Montjuïc, donde el salón ocupará una superficie de 10.000 metros cuadrados netos, incluidas las zonas destinadas a las actividades.
Pagés calcula que se alcanzarán los 20.000 visitantes profesionales, aunque insiste que más que el volumen lo importante es la calidad de los asistentes. En 2022, por la BWW pasaron cerca de 18.000 personas, pero hay que tener en cuenta que se celebró en el mes de abril, coincidiendo en fechas con el Salón Alimentaria, por lo que algunos visitantes pudieron ser compartidos con la gran feria del sector de la alimentación. En este sentido, llegar a 20.000 visitantes en una edición totalmente desvinculada de Alimentaria será un gran logro. Una de las prioridades de la BWW es celebrarse durante las primeras semanas del año, a poder ser a comienzos de febrero, para situarse en primera posición en el calendario ferial del sector del vino y no tener que competir con otros certámenes europeos de referencia.
Según el presidente del salón, la feria “ha incrementado este año su representatividad”, con 60 denominaciones de origen (DO) y 10 sellos de calidad —un 8% más—, aunque admite que todavía hay DO que no participan directamente y están ausentes algunas bodegas de referencia. “Vamos ganando adeptos y las bodegas que ya nos conocen repiten, pero siempre queda camino por recorrer. Hay unas cuantas bodegas que aún no están presentes en el salón, pero sería bueno para el conjunto del sector que también participaran, ya que ofreceríamos una imagen aún más robusta del vino de calidad español de cara al comprador exterior. Estoy convencido de que, poco a poco, irán viniendo los que faltan”, subraya Pagés.
De nuevo, la Barcelona Wine Week priorizará la asistencia de grandes compradores internacionales procedentes de los mercados clave para las bodegas participantes, fundamentalmente países europeos, Estados Unidos y algunos mercados de Asia y Latinoamérica. Se ha invitado a 500 compradores internacionales y a 1.800 nacionales, con los que los expositores ya han concertado más de 8.000 reuniones de negocio. En su opinión, el vino español “vive un buen momento”, aunque todavía tiene mucho potencial de mejora con relación al valor, es decir, en cuanto al precio de venta, muy vinculado a la imagen de marca que proyecta el país. “Francia e Italia pueden vender sus vinos en el mundo mucho más caros, porque los consumidores aceptan que esos vinos puedan ser más caros que los españoles. Tenemos que seguir trabajando en este aspecto e ir posicionando cada vez más productos en las franjas más altas del mercado para poder ir acortando distancias con estos países competidores. Es una cuestión de tiempo”, reflexiona.
Pagés asegura que uno de los mayores activos del vino español “es la riqueza de variedades y de los tipos de suelo que hay detrás de las distintas denominaciones de origen”, una riqueza que hay que potenciar y explicar al mundo. Precisamente, esta gran diversidad geológica y vitivinícola del país será la gran protagonista de esta edición de 2023, que se celebrará bajo el lema España, mosaico singular de suelos.
La sostenibilidad será de nuevo uno de los principales ejes de la BWW que, según Pagés, también estará marcada por el contexto geoeconómico global, que repercute en las exportaciones. “El último año ha sido un buen año, aunque no excepcional. Las ventas han sido superiores, pero el ejercicio se complicó por la guerra de Ucrania, el encarecimiento de los costes y las tensiones en la cadena de suministro, hasta el punto de que ha sido difícil incluso poder comprar botellas de vidrio. Hay incertidumbre y se ha notado especialmente el impacto económico en algunos países europeos donde exportamos. Además, nos ha afectado la inflación”, explica.
Programa de más de 50 actividades y ponencias en la Barcelona Wine Week
Las bodegas aprovecharán la BWW para presentar a los compradores y expertos del sector sus novedades vinícolas, con miles de catas a pie de stand que serán también un buen termómetro para detectar las últimas tendencias y debatir sobre los principales desafíos del sector. En este sentido, los visitantes podrán participar en un programa de más de 50 actividades y ponencias. Una de las áreas más destacadas será la barra de vinos Wine Tasting Journey – Soils of Spain, que, de la mano del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ofrecerá una cata autoguiada con 58 vinos en los que el suelo es un elemento de especial relevancia.
En el espacio BWWHub también acogerá conferencias y mesas redondas sobre sostenibilidad, innovación o la digitalización. Se analizarán temas como la gestión de suelos de viñedo ante el cambio climático, los beneficios del ecodiseño, nuevas vías de reutilización de botellas, la transformación digital de la viticultura, la protección de las viñas viejas del país o cómo comunicar mejor el vino español.
Habrá catas de una quincena de bodegueros de renombre que cultivan en suelos singulares como René Barbier, Álvaro Palacios y Miquel Torres. Otra cata destacada será Los 7 magníficos del Priorat, con siete de los mejores vinos de la zona. La DO Cava, por su parte, también organizará una cata con los cavas más representativos de las 14 bodegas que han obtenido el sello de elaborador integral. Estas bodegas, este año, se agruparán también en una misma zona en la feria. Finalmente, el espacio #BWWGastronomy Food & Wine Restaurant ofrecerá la posibilidad de disfrutar de los mejores platillos maridados con grandes vinos en desayunos, aperitivos, almuerzos a cargo de tres destacados restaurantes barceloneses: Bar Alegría (Tomas Abellan), Cecconi’s (Alessio Biangini) y Kao (Josep Maria Kao).