El Port Vell de Barcelona vivirá una profunda transformación en el corto plazo, proceso que ha estrenado una primera parte este lunes, con la inauguración de siete islas climáticas que tienen que hacer más agradable y menos calurosa la estancia en más de 3.000 metros cuadrados. Después de este aperitivo, los barceloneses verán cómo se derriba el antiguo cine Imax durante este año, a la espera de que el Liceu acabe de analizar la viabilidad técnica y económica de ubicar en el espacio que quede libre su segunda sede. Según señala el presidente del Port de Barcelona, Damià Calvet, todo apunta a que el balance resultará positivo y se acabará de aprobar en el mes de abril, después de que el proyecto ya superara una primera fase de análisis y consiguiera el aval de las dos administraciones implicadas, Port y Ayuntamiento de Barcelona.
Otro derribo que también se producirá en esta zona del frente marítimo será el de los también antiguos cines Maremagnum, que dará paso a crear un espacio público más amplio que el actual, que se encuentra ceñido a la Plaza de la Odissea, remarca Calvet. Si el derribo del Imax depende íntegramente del Port de Barcelona y solo está a la espera de poner en marcha el proceso de licitación, este segundo derribo está vinculado a que arranque la reforma que acometerá el centro comercial para ser más abierto.
Todo esto se acompañará de la reurbanización del Moll Espanya, que enlazará con la nueva Via Laietana que impulsará el Ayuntamiento. La nueva Lonja de Pescadores también será una de las piezas de esta transformación. Con el proyecto ya acabado y a punto de ser licitado, Calvet ha indicado que este espacio también se espera que empiece obras este 2021, hacia finales de año.
Mientras no llegan este conjunto de cambios, el Port de Barcelona ya ha puesto en marcha las nuevas islas climáticas, que reman en la misma dirección, la de hacer un Port Vell más amable y conectado con la ciudad. Con una inversión de 300.000 euros, la actuación ha consistido en la creación de nuevos espacios de encuentro, descanso y juego con confort climático. Están ubicados en el moll de la Fusta y en el moll de la Barceloneta, junto al Paseo Joan de Borbó.
Para hacerlo, se ha incorporado más vegetación y asientos y tumbonas de madera. También se han generado nuevas sombras y se han incorporado dispositivos que irán lanzando agua para refrescar el ambiente, teniendo en cuenta que esta zona es una de las más calurosas de la ciudad.
“Hemos pensado cada centímetro cuadrado para ponerlo al servicio de la acción climática”, subraya Calvet. Los nuevos bancos y plantas, todas ellas provenientes de regiones del Mediterráneo, con un bajo consumo hídrico y resistentes a la salinidad, se complementan con un pavimento de bajo índice térmico, capaz de disminuir la temperatura ambiente hasta cuatro grados.
SCOB Arquitectura i Paisatge, integrado por Sergi Carulla y Oscar Blasco, ha sido el encargado de diseñar estas islas climáticas, un proyecto que se ha alargado durante los últimos dos años. El despacho ya había trabajado en el Port de Barcelona, encargándose del proyecto de reforma y ampliación del edificio de la Marina Port Vell. También se dedican a diseñar mobiliario urbano, como el que se incluyó en Marina Port Vell, y skateparks, como el de Nou Barris y el de la Mar Bella.