Il Trovatore Liceu
Guerra, amor y venganza se mezclan en Il trovatore, un clásico de Verdi que vuelve al Liceu a partir de este jueves. © Toni Bofill

‘Il trovatore’ llena el Liceu de trincheras de la mano de Àlex Ollé

El clásico de Verdi, representado casi 290 veces en el teatro barcelonés, traslada el trío amoroso de Manrico, Leonora y el Conte di Luna a la Primera Guerra Mundial, donde la venganza de Azucena disimula sus errores entre el caos de las batallas

A pesar de ser una de las óperas más representadas y queridas de Giuseppe Verdi, Il trovatore (1853) plantea conflictos poco creíbles a ojos de hoy, demasiado irracionales, como cuando una de sus protagonistas, Azucena, se equivoca en su venganza y acaba matando a su hijo recién nacido. “Es un culebrón”, resume el director de escena Àlex Ollé, quien tuvo que imaginar cómo hacer más verosímil una trama imposible pensada en pleno Romanticismo, cuando la épica y las pasiones desatadas encontraban un público ferviente.

La guerra, ya presente en la obra original, se alzó como la única posible respuesta, sosteniendo situaciones límite entre el caos, el odio y la muerte, imposibilitando la reflexión que haría flaquear algunas acciones. Y reforzando los conflictos que mueven a los cuatro personajes principales, perseguidos por un triángulo amoroso entre Manrico, Leonora y el Conte di Luna, aún más perdidos con la venganza constante de Azucena y las heridas que va abriendo.

Una vez escogido el hilo argumental, había que concretarlo. La obra está ambientada originalmente en el siglo XV, en el Aragón y la Vizcaya medieval, a través de un conflicto bélico entre hermanos, aún más visceral e injusto, con dos bandos que son más cercanos de lo que piensan y que no se dan cuenta hasta que fatídicamente lo descubren. Para Ollé, la Edad Media no podía despertar ningún interés al espectador actual, demasiado ajena y oscura. Siendo consciente de que la ópera, además, “genera distancia”, y siguiendo su estilo, optó por actualizar la historia y situarla en la Primera Guerra Mundial. Lo hizo porque podía así jugar con “una apariencia anacrónica y, a la vez, futurista”, mezclando la caballería y los sables con las máscaras de gas, lo que acrecentaba aún más la sensación de proximidad.

Il Trovatore Liceu
Il trovatore de Verdi se situará esta vez en la Primera Guerra Mundial. © Toni Bofill

La puesta en escena ideada por Ollé para el clásico de Verdi fue concebida para la Dutch National Opera de Ámsterdam (2014) y la Ópera National de París (2016). Después de viajar a Roma y repetir en París, la propuesta llega al Liceu, donde la obra ya se ha representado casi 290 veces. La última, hace poco, en 2020, con Gustavo Dudamel dirigiendo el Coro y la Sinfónica del teatro barcelonés. Il trovatore planteado por Ollé se podrá ver desde este jueves hasta el martes 8 de noviembre. El público menor de 35 años fue el primero en verlo el miércoles, en una de las sesiones de la nueva iniciativa cultural Vibe35.

El melodrama de Verdi será la única ocasión de ver a Ollé en acción este año, después de subirse al escenario de la Rambla en la temporada pasada con Norma y Pelléas et Mélisande, y hace dos con La Bohème. La próxima producción del artista barcelonés no llegará hasta el curso 2024-2025, con Lady Macbeth. La espera valdrá la pena porque será el primer estreno de estos años en los que Ollé se ha convertido en artista residente y asesor artístico del gran teatro de Barcelona.

Trincheras en un escenario cambiante

Con Il trovatore, el Liceu se ve invadido por las trincheras de la Primera Guerra Mundial bajo la batuta del maestro Riccardo Frizza. Una escenografía minimalista, a la vez que espectacular, de Alfons Flores permite transformar el escenario en pocos segundos con una veintena de cajas que suben y bajan a lo largo de los cuatro actos que configuran la obra, con capacidad para perfilar los diferentes espacios, desde un campamento militar y un cementerio hasta un convento y un palacio. En algún momento, recuerda al Monumento al Holocausto de Berlín, una analogía que lleva la obra a la Segunda Guerra Mundial, escenario descartado por Ollé para la producción, puesto que quiso evitar el símil entre los gitanos que protagonizan el libreto de Verdi y los judíos.

 Il Trovatore Liceu
La escenografía de Alfons Flores permite transformar el escenario en pocos segundos. © Toni Bofill

La iluminación de Urs Schönebaum completa un planteamiento en la que la acción sucede casi siempre de noche, con la oscuridad y el fuego creando atmósferas tensas. La puesta en escena llega a su máxima expresión en momentos como cuando Leonora está a punto de ingresar en el convento pero aparece Manrico y el tiempo se para. El teatro se convierte en un cuadro viviente de mil expresiones, con las monjas acompañadas por máscaras de gas y los soldados de ambos bandos alzando sus armas.

Todo esto, con un reparto formado por la soprano madrileña Saioa Hernández (Leonora), con faringitis los días previos al estreno de este jueves, en el que se espera que pueda cantar; el tenor italiano Vittorio Grigolo (Manrico), que debuta en el Liceu representando al personaje más carismático y con más oportunidades de dejar sin hipo al público; la mezzosoprano rusa Ksenia Dudnikova (Azucena), la protagonista más escurridiza, pero también la más apreciada; y el barítono andaluz Juan Jesús Rodríguez (Conte di Luna), interpretando, junto con Leonora, las tramas menos realistas. A lo largo de las representaciones, se alternarán los papeles con Hibla Gerzmava, Yonghoon Lee, Judit Kutasi y Àngel Òdena, respectivamente. Sin olvidar al impresionante coro dirigido por Pablo Assante, con momentos hipnóticos como el protagonizado por el campamento de gitanos y su “¿Quién embellece los días del gitano?”, o por el ejército antes de entrar a una batalla más.

Il Trovatore Liceu
El campamento gitano, una de las escenas en las que el coro luce más. © Toni Bofill
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