La incubadora de empresas tecnológicas sportech que el Ayuntamiento de Barcelona ha proyectado en el Estadi Olímpic Lluís Companys ultima su puesta a punto. Las obras para habilitar el espacio, con una superficie total de 1.100 metros cuadrados, empezaron en verano y se prevé que el equipamiento esté listo de cara a la primavera de 2023. Tendrá capacidad para acoger hasta 14 startups, todas ellas relacionadas con el sector del deporte, la innovación y la tecnología. Esta iniciativa será la primera pieza del Barcelona Sports Hub que está impulsando el consistorio para convertir a la ciudad en un referente internacional en este sector emergente y que tendrá su sede en el Palacio Municipal de Deportes.
Con un presupuesto de 2,8 millones de euros, los trabajos en el Estadi Olímpic servirán para adaptar una antigua área de oficinas situada en la fachada sur. Habrá un gran espacio de coworking y 14 módulos de trabajo interconectados, así como salas de reuniones y espacios de uso común para las empresas participantes. El acceso será independiente al estadio y contará con un párking. Justo delante de las antiguas oficinas, se habilitarán 400 metros cuadrados en el exterior, donde las compañías dispondrán de una zona verde para organizar encuentros y actividades de cocreación al aire libre.
B:SM, impulsora de la iniciativa en colaboración con Barcelona Activa y el Institut Barcelona Esports, iniciará este mes un concurso para adjudicar la gestión y la dinamización del espacio. La empresa que resulte escogida será la encargada de atraer a las empresas emergentes que participarán en la incubadora, así como gestionará el día a día y promocionará el espacio para buscar inversión y talento.
Las startups participantes tendrán a su disposición programas de acompañamiento y aceleración. La incubadora también servirá para desarrollar pruebas de concepto, tanto en las mismas instalaciones como en el resto de equipamientos de la Anilla Olímpica, y ofrecerá cursos de formación abiertos al público general o al sector.
La incubadora sportech buscará devolver el brillo a una infraestructura olímpica que se ha ido apagando con el paso del tiempo. El icono de la Barcelona de 1992 no ha acabado de encontrar nunca su papel en la ciudad, sobre todo, después de que el Espanyol dejara de jugar ahí y fracasara el intento de revitalizarlo mediante un parque temático deportivo. Más allá de la Festa dels Súpers y conciertos, el Estadi Olímpic acostumbra a estar vacío. Ahora, la incubadora y la llegada del Barça de cara a la temporada 2023/24 marcarán una nueva etapa.
Un nuevo modelo de gobernanza para Montjuïc
El deslucimiento que se produce en el Estadi Olímpic no se inscribe exclusivamente a este equipamiento, sino que se manifiesta en otros espacios de Montjuïc, así como en la montaña en sí, tal y como han expuesto este viernes actores que conviven en esta zona, como el Museu Nacional d’Art de Catalunya, la Fundación Joan Miró, el Castillo de Montjuïc y el Institut Barcelona Esports.
La sesión, organizada por Foment del Treball y la Barcelona School of Tourism, Hospitality and Gastronomy (CETT), ha insistido en la necesidad de “convertir a Montjuïc en parte de la ciudad”, según ha defendido el director del Museu Nacional d’Art de Catalunya, Pepe Serra. “Le damos la espalda como se la dimos a la playa”, ha lamentado la presidenta de la Fundación Miró, Sara Puig. Serra espera que la modernización del recinto ferial de Plaza Espanya, así como la ampliación del mismo Museu Nacional d’Art de Catalunya, sea un “detonante” para acabar de integrar la montaña en la vida de la capital catalana.
Para ello, la presidenta de la Fundación Miró ha reclamado “hacer fácil” el camino hacia los diferentes museos e instalaciones que hay en Montjuïc. Puig también ha pedido invertir en estrategias “de sentido común” como la iluminación, la seguridad y la señalización de las vías. Asimismo, el presidente de Advanced Leisure Services, gestora del Castillo de Montjuïc, ha apostado por desarrollar un modelo de gobernanza específico para la montaña y los diferentes actores, con el que tener en cuenta las características concretas del espacio, mayoritariamente natural, y los diferentes intereses en juego, tanto de los equipamientos presentes como de los vecinos y los turistas.
