La provincia de Barcelona cuenta con 335 urbanizaciones con déficits urbanísticos repartidas en 115 municipios, la mayor parte dentro del ámbito de la región metropolitana, según un censo de estos núcleos residenciales de baja densidad, realizado por la Diputación. Son la mitad del total de urbanizaciones que desde los años 60 del pasado siglo han emergido en la demarcación. Son la versión catalana del fenómeno surgido en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Un modelo de vida conocido como el american way of life, que la exposición Suburbia, la construcción del sueño americano retrata en el CCCB y que podrá visitarse hasta el próximo 8 de septiembre.
La muestra hace un recorrido por la historia americana de estas concentraciones de casas unifamiliares con jardín habitadas por familias blancas felices que comparten barbacoas los fines de semana y que tanto han explotado el cine y la televisión. Según relata la exposición, En Estados Unidos, este fenómeno se disparó tras el regreso de los soldados que habían combatido en Europa y el Pacífico con ganas de formar una familia que no encontraban sitio en las superpobladas ciudades. Gracias a los ventajosos créditos facilitados por el estado y a la adaptación de la producción en cadena al sector inmobiliario, 11 millones de familias residentes en estas viviendas unifamiliares protagonizaron el baby boom estadounidense.
El sueño americano se expandió y encandiló a medio mundo, incluida España, aunque las características sociales de las urbanizaciones han sido aquí distintas de las americanas. En España, el nacimiento de estos conjuntos residenciales de casa unifamiliar comenzó en la era del 600 y el desarrollismo, cuando los ciudadanos pudieron ganar autonomía con sus primeros coches, lo que les permitía desplazarse los fines de semana al terreno en el que edificarían su torre, su segunda residencia. Esta es una diferencia fundamental con el modelo americano, en el que las casas unifamiliares eran las primeras residencias.
La exposición recuerda el impacto que tuvo en Barcelona la presencia en 1955 de Estados Unidos en la Feria de Muestras. En el exterior del pabellón norteamericano se montó una casa unifamiliar prefabricada con su parcela de césped y un coche en el garaje. Era una muestra del conocido modelo Levitt de vivienda. Toma su nombre del constructor William Levitt, que se convirtió en el gran magnate de la fabricación en cadena de los suburbios residenciales. Su empresa, Levitt & Sons, se la conocía como la General Motors del sector inmobiliario. En su momento de mayor producción, podía construir una casa cada 15 minutos.
Al cabo de un tiempo de la explosión suburbial, como lo denomina la muestra, el american way of life entró en crisis, cuando las minorías raciales irrumpieron en estas zonas residenciales de baja densidad, que dejaron de ser en exclusiva para los blancos. De alguna manera, se democratizó este modelo de vida, al que fueron accediendo todas las clases sociales, no solo las más pudientes. Eso sí, con viviendas de menor calidad. Sin embargo, a pesar de todos los miedos, el modelo no ha dejado de expandirse. Hoy, según datos mostrados en la exposición, 8 de cada 10 norteamericanos viven dispersados en una vivienda unifamiliar, que en total representan el 75% de las zonas residenciales.
En Catalunya, el fenómeno de las urbanizaciones ha pasado por diversas fases. Hasta los años 80, muchas de ellas se construyeron mediante parcelaciones ilegales y, consecuentemente, sin servicios. A partir de 1980, tras las primeras elecciones municipales democráticas, se inició un proceso de regulación de las urbanizaciones. Se limitó la parcelación pero no se revirtió la clasificación del suelo, por lo que se consolidaron las existentes.
Ese es el motivo por el que la Diputación de Barcelona detectó 335 con diversas deficiencias urbanísticas, pero también de servicios y accesos. En las urbanizaciones no existe el comercio de proximidad, hay inseguridad y la atención médica tiene un gran coste por la falta de centros de salud. La falta de un gobierno metropolitano con competencias agrava la situación porque las urbanizaciones sufren también un problema de gobernanza.
La falta de un gobierno metropolitano con competencias agrava la situación porque las urbanizaciones sufren también un problema de gobernanza
En julio den 2022, un incendio forestal de grandes dimensiones en la población de Pont de Vilumara i Rocafort afectó a una de estas urbanizaciones, la River Park. Una treintena de casas fueron destruidas o afectadas por el fuego. La situación de este núcleo residencial, en una pendiente, facilitó la rápida propagación del fuego, que consumió 1.700 hectáreas en esta zona del Bages. Del sueño americano a la trampa de las urbanizaciones.