Nimble Diagnostics ha desarrollado un sistema que permite monitorizar de manera no invasiva los estents, uno de los dispositivos médicos más utilizados en el mundo por su capacidad de restaurar el flujo correcto de la sangre u otros fluidos, pero, a su vez, difíciles de controlar una vez se han implantado. La compañía, spin-off del Institut de Recerca Germans Trias i Pujol (IGTP), la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha captado más de un millón de euros para avanzar en la validación de su tecnología, con la previsión de empezar a comercializarla a partir de 2025.
Los estents se utilizan para tratar enfermedades cardiovasculares y ayudan a prevenir el infarto de miocardio o a tratar los síntomas que perduran en el paciente. Son unos tubos metálicos que se implantan en las arterias y, una vez colocados, no se pueden extraer. El problema viene cuando se obstruyen o se dañan. Los síntomas no aparecen hasta que el estent ha perdido el 90% de su capacidad y ya es demasiado tarde para evitar complicaciones como el ictus, el infarto o incluso la muerte repentina. Actualmente, solo se puede comprobar su estado cuando el paciente se empieza a encontrar mal y, además, se tiene que hacer mediante una prueba invasiva, costosa y compleja, la angiografía, que consiste en introducir un catéter en la arteria para inspeccionar directamente el estent.
El dispositivo de Nimble Diagnostics permite comprobar el estado del estent y ver si hay obstrucciones con más tiempo de margen, cuando todavía no hay síntomas, con el objetivo de poder prevenir el deterioro de la salud del paciente mediante medicamentos o la implantación de un nuevo estent. La startup ha ideado un dispositivo médico que detecta la degradación mediante microondas que interaccionan con el material del estent, con un método sencillo y rápido. Después, con el uso de algoritmos que interpretan los datos, determinan con precisión el estado del estent y su grado de degradación.
La ronda que ha cerrado la empresa ha sido liderada por Grow Ventures, la nueva gestora barcelonesa de capital riesgo especializada en invertir en tecnologías profundas en fase temprana y en ayudar a los científicos a convertirse en empresarios. También ha contado con la participación de Namarel Ventures e Inveniam Group. Los recursos obtenidos permitirán acabar las pruebas preclínicas, con unos primeros resultados muy positivos, hacer los estudios de regulatoria, ampliar el equipo y llevar a cabo la primera prueba clínica, prevista en Can Ruti en 2024. Esta ha sido la primera ronda de financiación privada de Nimbe Diagnostics, que ya había captado medio millón de euros de inversión pública gracias a CaixaImpulse, FIS, la Marató y el Premi Societat Catalana.