BMAT
Las oficinas centrales de BMAT están en el barrio de Les Corts de Barcelona.

BMAT, la tecnológica barcelonesa que vela mundialmente por los derechos de autor musicales

La firma, especializada en monitorización musical, proporciona a diario 27.000 millones de identificaciones de piezas musicales a entidades de gestión colectiva, editores, sellos discográficos, emisoras y plataformas digitales para que paguen los correspondientes derechos de autor; lo que equivale a unos 1.777 millones de euros al año

Desde el barrio de Les Corts de Barcelona, ​​en un antiguo local industrial de 800 metros cuadrados, la tecnológica BMAT trabaja para 4.746 empresas en todo el mundo que, gracias a su sistema operativo, controlan las reproducciones de piezas musicales en las televisiones, las emisoras de radio, las discotecas o salas de fiesta, y en las plataformas digitales, entre otros, para poder abonar los correspondientes derechos de autoría a los creadores y a los propietarios musicales.

La compañía, creada en 2005 como una spin-off de la Universitat Pompeu Fabra, es en estos momentos uno de los principales operadores de monitorización musical, cuya base de datos contiene 120 millones de piezas musicales registradas y que permite la identificación diaria de 27.000 millones de reproducciones. Este proceso de rastreo que elaboran para entidades de gestión colectiva de derechos de autor, editores, sellos discográficos, emisoras y plataformas digitales, principalmente, reporta cada año unos 1.777 millones de euros (2.000 millones de dólares) a los creadores y propietarios musicales.

La plataforma de BMAT, mediante algoritmos, realiza una gestión “cuidadosa, eficiente y transparente de los derechos de autor”, explica el director de operaciones Jaume Vintró. “El objetivo es hacer del mundo de la música un sitio más eficiente gracias a la tecnología; más justo, para que cobre todo el mundo; y más transparente”, dice.

La labor de las 190 personas de más de 30 nacionalidades que trabajan en BMAT —90 de las cuales en Barcelona— permite monitorizar cada día las piezas musicales que suenan en más de 6.500 canales, entre las televisiones (1.488) y las emisoras de radio (5.092), en los cinco continentes.

El negocio de la compañía, que prevé cerrar 2021 con unos ingresos en torno a los 15 millones de euros (un 25% superior a 2020), ha crecido incorporando nuevos servicios, en función de los cambios en el sector y la industria musical. “A partir de 2010, la masificación del uso de Internet hizo crecer exponencialmente el volumen de reproducciones y nos adaptamos”, explica.

En este sentido, manifiesta que si en 2010 se dieron cuenta de que debía monitorizarse plataformas como Youtube, actualmente y a raíz de la pandemia ha surgido el boom de la música a través de las redes sociales, como un nuevo nicho de mercado. “En principio, que la música se escuche por un nuevo canal no nos afecta, hasta que las gestoras de derechos o los sellos discográficos no cierran un acuerdo global para controlar las reproducciones”, añade.

La compañía, liderada actualmente por tres de sus iniciales cofundadores Álex Loscos, Salvador Gurrera y Pedro Cano, ha mantenido crecimientos de entre el 20% y el 30% anual y el año de la pandemia no fue una excepción. El pasado año el aumento del consumo de contenidos audiovisuales desde casa compensó la falta de conciertos y el cierre de discotecas y salas de fiestas.

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Las oficinas de Barcelona emplean a 90 personas, del total de 190 trabajadores. ©Rafael Yela

BMAT también ha crecido inorgánicamente desde su fundación. La última operación fue la adquisición, por medio millón de euros, de la estadounidense Manage Ad Music, con sede en Washington, que era cliente de BMAT y con la que ahora se procederá a una integración vertical. Esta incorporación incrementa la penetración de la empresa catalana en el mayor mercado del mundo en cuanto a derechos musicales y aporta unos conocimientos “que hasta ahora no teníamos en una especialidad por la que queremos apostar”. La estadounidense actúa a modo de auditor del sector, acreditando que el creador o propietario musical ha recibido correctamente el pago de sus derechos de autor.

Esta compra fue precedida por otra adquisición en Japón, en 2020. En este caso, la firma absorbida DG se dedicaba a rastrear las reproducciones en las televisiones japonesas para proporcionar los datos a las gestoras de derechos del país nipón y, por tanto, para BMAT ha sido una forma segura de ampliar mercado. BMAT invirtió 1,6 millones de euros.

BMAT ha adquirido la compañía estadounidense Manage Ad Music, por medio millón de euros

En esta constante tarea de adaptarse a las necesidades del mercado, Vintró explica que uno de los últimos desarrollos que han creado sirve para gestionar aún de forma más eficiente el pago de los derechos de autor a raíz del incremento del volumen de compra-venta de derechos que se está registrando internacionalmente. “Hemos creado una base de datos en la que intentamos encajar y tener al día las diferentes informaciones que nos llegan de la industria discográfica sobre quién es el responsable del tratamiento de los derechos autor de un mismo creador en diferentes países”, concreta.

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BMAT se creó en 2005 como una spin-off de la UPF. ©Rafael Yela

Cada vez hay más interés en comprar derechos de autor, explica recordando casos como el de Shakira que ha vendido los derechos de más de un centenar de canciones –incluidos grandes éxitos— a la compañía británica Hipgnosis Songs Funds, una empresa encargada de manejar canciones e invertir en propiedad intelectual musical. “Porque otra de las lecciones que nos ha traído la pandemia ha sido que hay ciertos derechos musicales muy resistentes a las crisis. Por ejemplo, Beatles o Rolling Stones siempre suenan, y entonces la industria ha descubierto que es un valor muy seguro y de ahí que estén invirtiendo en comprar los derechos de autor”, concluye Vintró.

La firma monitoriza cada día las piezas musicales que suenan en más de 6.500 canales, entre televisiones y emisoras de radio

Una muestra de cómo evolucionaron los derechos de autor durante la pandemia son los datos de las recaudaciones globales mundiales de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC): en 2020, la recaudación mundial de derechos para los creadores musicales, audiovisuales, dramáticos, literarios y de artes visuales disminuyó un 9,9%, hasta los 9.320 millones de euros, representando una pérdida de más de 1.000 millones de euros.

En concreto, los ingresos de la TV y la radio, la mayor fuente de ingresos de los creadores, disminuyeron un 4,3%, hasta los 3.700 millones de euros. Pero los derechos digitales, impulsados ​​por el auge del consumo de streaming de audio y vídeo a nivel mundial, compensaron parte de la caída. Este segmento creció un 16,6% hasta los 2.400 millones de euros.