Bulevard Rosa
Instalación lumínica interactiva de White Rabbit-Off Museum.

Los pasillos del antiguo Bulevard Rosa reviven con el museo experiencial White Rabbit

Impulsado por la familia propietaria de la galería, propone hacer un recorrido por una Barcelona habitualmente ajena a los turistas a través de diez instalaciones de artistas vinculados a la ciudad, que van desde esculturas hasta salas inmersivas y realidad virtual

El entramado de galerías que albergaron el icónico Bulevard Rosa reabre su persiana reconvertido en una propuesta que aspira a explicar Barcelona y sus tradiciones a sus visitantes. Con el nombre White Rabbit-The Off Museum, el espacio quiere explicar esta Barcelona a través de diez instalaciones artísticas a lo largo de 1.200 metros cuadrados que hasta hace seis años estuvieron ocupados por boutiques de la emblemática galería comercial. 

Sustituyendo vestidos, complementos y bisutería por esculturas, salas inmersivas e instalaciones lumínicas, el espacio cambia de usos, pero no de impulsores. La familia Vives, propietaria del local en el que se ubicaba el Bulevard Rosa, está detrás del proyecto, que ha tenido a Quique Vives al frente. Nieto del promotor de las galerías comerciales en 1978, ha explicado a The New Barcelona Post que White Rabbit es el producto de dos años de trabajo en el seno de la familia. 

El germen del proyecto partió de una visita en familia a una experiencia inmersiva, tras la que constataron “la necesidad de hacer algo que promoviera la cultura y, a la vez, entretuviera”, sin ir a extremos de propuestas únicamente culturales o centradas “en el entretenimiento y con un contenido vacío”. Con esta idea en mente, la familia empezó a “buscar la balanza entre ambas cosas”, y Vives la encontró a través de la mirada de sus amigos extranjeros que visitaban la ciudad. Y es que todos ellos coincidían en señalar que la conocían mejor cuando la visitaban con él, ya que les daba la visión de un local de la Barcelona más auténtica: “White Rabbit quiere ofrecer una experiencia como la del amigo local que te revela los secretos de la ciudad”. 

Con este propósito, los hijos y nietos del fundador del Bulevard Rosa, junto a creativos de Summa Branding, fueron ideando el proyecto que ha desembocado en la nueva propuesta. Con un nombre que hace referencia al conejo que conduce a la Alicia de Lewis Carroll a un mundo mágico, lo han bautizado como off-museum porque “rompe con todo lo que es un museo”: las obras llaman a ser tocadas, los visitantes son invitados a bailar y, cómo no, pueden hacerse las imperdonables fotos en la era del selfie

Las oportunidades para fotografiar y fotografiarse durante el recorrido son constantes, como también las ocasiones para guardar el teléfono y prestar atención olvidando la pantalla. El recorrido empieza con una instalación que pretende trasladar al visitante a las fiestas de barrio, y continúa repasando tradiciones catalanas como los capgrossos, el ou com balla, los castellers, correfocs, la leyenda de Sant Jordi y Sant Joan, sin olvidar otras tradiciones más contemporáneas, como las fiestas nocturnas en salas barcelonesas. 

El modernismo y la Barcelona olímpica también se hacen un hueco en esta peculiar madriguera, que ocupa el espacio de la parte de las antiguas galerías que era propiedad de la familia. Así, no incluye porciones que ya son de pública concurrencia a través de tiendas y restaurantes, tanto en el lado de Paseo de Gràcia como en el de Rambla Catalunya, por la que también se podía acceder a la trama de boutiques de las galerías. 

Sala de White Rabbit que evoca las fiestas mayores de los barrios de Barcelona.

Para explicar esta Barcelona a los visitantes, el espacio se vale de múltiples formatos, que van desde esculturas, street-art y murales hasta un amplio abanico de tecnologías de arte digital, que incluyen realidad virtual, una sala inmersiva, una instalación lumínica, una discoteca silenciosa y una infinity room al estilo Yayoy Kusama. Todas ellas están firmadas por artistas vinculados a Barcelona, que incluyen La Fura dels Baus, Tvboy, Onionlab, Mina Hamada, Enric Planas, Carles Piera, Seeds XR, Vitamin Studio y Playmodes con la colaboración de Razzmatazz. 

La Fura dels Baus firma las intervenciones de la sala que rememora los Juegos Olímpicos.

La llamativa entrada al laberíntico recorrido, de un vibrante amarillo e hipnóticas luces de neón, capta la atención de los ríos de transeúntes que inundan Paseo de Gràcia. Algunos, miran; otros, se detienen; otros, intentan entrar. Pero tendrán que esperar hasta el próximo martes, cuando se reabrirá la puerta de las antigua galerías. Lo hará con precios que oscilarán entre los 13 y los 25 euros y con grupos de 15 personas, con visitas que podrán alargarse hasta cerca de una hora y media. Con esta propuesta, la familia Vives plantea alcanzar unos 100.000 visitantes en el primer año. Así lo explica su impulsor, que rememora a su abuelo y el “impacto” que generó en él. Esta reapertura del espacio, según Vives, representa un tributo a su legado. Un mismo espacio para dos propuestas distintas, pero ambas atravesadas por la misma voluntad: “promocionar Barcelona” más allá de la ciudad.