Jueves de finales de septiembre. Son las diez de la mañana y la nave central de la Basílica de la Sagrada Familia está llena hasta los topes. Los turistas han vuelto en masa al tempo gaudiniano ansiosos por admirar no solo sus espectaculares torres, sino la impresionante arquitectura interior y el maravilloso juego de luces derivado de sus vitrales. Es imposible quedarse indiferente tras la visita, por lo que la Sagrada Familia se reafirma día tras día como un potente imán turístico que genera decenas de millones de euros y, en consecuencia, acerca cada vez más la fecha de finalización de las obras: todo indica que ya sólo quedan diez años para la culminación del proyecto.
En enero, coincidiendo con los últimos coletazos más agudos de la pandemia, la Sagrada Familia recibía alrededor de 2.000 turistas al día. Esta cifra se ha ido incrementando a lo largo del año, superándose las 15.000 personas diarias en los meses de julio y agosto, por lo que la previsión es cerrar 2022 con 3,4 millones de visitantes, lo que supone recuperar el 72% de los niveles prepandemia. En términos de ingresos, la recuperación será mayor, ya que el templo prevé facturar este año 87 millones de euros, el 85% de la cantidad ingresada en 2019. Hay que tener en cuenta que 2019 fue un año récord para la Sagrada Familia, al alcanzarse las cifras más altas de la historia tanto en número de visitantes como de ingresos cosechados: 4,7 millones de personas y 102 millones de euros.
Según el director general de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Xavier Martínez, el objetivo del templo es recuperar al 100% las cifras pre-covid en 2023 en volumen de ingresos, ya que se estima repetir una recaudación de 102 millones. Sin embargo, la previsión de visitantes es más conservadora. Se han propuesto alcanzar los 4 millones de personas, lo que supondría quedarse al 85% del récord de 2019. En este sentido, si la afluencia de público finalmente fuera superior, el próximo año la basílica podría batir su récord de facturación y acelerar el ritmo de inversión de las obras.
Hay que tener en cuenta que todos los ingresos de la Sagrada Familia dependen de los turistas, concretamente el 97% se generan con la venta de entradas y el otro 3% de otras fuentes como la tienda de souvenirs. En consecuencia, el bache provocado por la crisis sanitaria —que redujo a cero la recaudación y erosionó las reservas de la Junta Constructora— obligó a detener las obras y, aunque se retomaron a comienzos de 2021, todavía se está lejos de alcanzar los volúmenes de ejecución previos a la pandemia. Así, en 2022 se invertirán 24 millones en las obras, un 39% respecto a la cantidad destinada en 2019. Para 2023, el presupuesto, avanza Martínez, crecerá hasta los 45 millones, el 74% de la ejecución pre-covid.
Con este ritmo inversor, ¿cuándo se prevé que finalicen las obras de la Sagrada Familia? “No podemos determinar una fecha concreta de finalización de las obras hasta 2024”, asegura Martínez, que calcula que en ese ejercicio tendrán más visibilidad para atreverse a marcar ese día histórico en rojo en el calendario. Si no surgen nuevos imprevistos, la culminación del proyecto constructivo se sitúa en aproximadamente el año 30, en una horquilla entre 2028 y 2032.
En diciembre de 2021, la Sagrada Familia inauguró la torre de la Virgen María, un hito en el cronograma constructivo. La próxima gran meta es la coronación con una gran cruz de cristal de la torre central, la de Jesucristo, obra que se prevé que esté terminada en 2025 o, con mayor seguridad, en 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Antoni Gaudí. Antes, se terminarán las cuatro torres de los Evangelistas, que rodearán esta torre central y que, a modo de faros, iluminarán la cruz que lucirá en lo más alto del templo.
Dos de las cuatro torres de los Evangelistas, la de San Lucas y la de San Marcos, estarán ya terminadas en diciembre de este año, mientras que las otras dos, la de Mateo y Juan, se acabarán en 2023. Este jueves, el arquitecto jefe de la Sagrada Familia, Jordi Faulí, ha explicado cómo serán estas torres, las terceras más altas del complejo, con 135 metros de altura. Lo más llamativo es que estarán coronadas por cuatro tetramorfos alados de gran espectacularidad, obra del escultor Xavier Medina Campeny. Siguiendo la iconografía cristina, Marcos estará representado por un león, Lucas por un buey y Juan por un águila, mientras que el símbolo de Mateo es el de un ángel o de un hombre alado.
Según Faulí, cada figura del tetramorfo se ha esculpido en mármol blanco procedente de las mismas canteras con las que se construyeron las obras clásicas de Grecia y de Roma. El león de Marcos y el buey de Lucas agarran un gran libro del Evangelio abierto con sus iniciales y despliegan unas espectaculares alas de nueve metros fabricadas en hormigón blanco de alta resistencia. Este conjunto escultórico, situado a 135 metros en cada una de las cuatro torres, se sostiene sobre un icosaedro, una pieza poliédrica de 20 caras que albergará el foco para iluminar la torre central. “Los tetramorfos alados y el icosaedro crearán una aureola mística en torno a la torre de Jesucristo”, señala el arquitecto. Toda esta estructura superior de las torres de los Evangelistas se completa con un fuste fabricado con grandes bloques de piedra y decorado con un trencadís de color verde hecho con botellas de cava y donde también podrán leerse las palabras Amén y Aleluya.
Arranca la restauración de la fachada del Nacimiento
En paralelo a la construcción de las cinco torres centrales que se sumarán a la de la Virgen María –de la de Jesucristo se han levantado ya ocho de los doce niveles previstos— , la Sagrada Familia ha iniciado también este año las obras de la capilla de la Asunción y de los claustros anexos, junto a la calle Provença. Se trata de una capilla situada detrás del ábside, que será un tributo a la Virgen y que se prevé tener lista en 2025. Jordi Faulí ha anunciado también que en octubre se iniciarán los trabajos para restaurar la fachada del Nacimiento, la más antigua del templo y en la única que trabajó directamente el propio Gaudí. Se trata de la primera gran restauración que acomete la junta constructora, hasta ahora totalmente centrada en ejecutar nuevas obras. La idea es que esta actuación esté también finalizada en 2025.
Los 45 millones de euros que se invertirán en 2023 irán destinados a terminar las torres de San Juan y San Mateo, a avanzar en la torre de Jesucristo —hasta 144 metros—, a la capilla de la Asunción y a iniciar las cubiertas de la nave lateral. Otro proyecto destacado del próximo año será la construcción de los cimientos del Baptisterio, un edificio que está previsto construir en la confluencia de las calles Mallorca y Sardenya.
A la espera de que en diciembre se puedan ya ver terminadas las dos primeras torres de los Evangelistas, la Sagrada Familia, coincidiendo con las fiestas de La Mercè, ha organizado un año más una jornada de puertas abiertas para los días 23, 24 y 25 de septiembre. Más de 53.000 personas han participado en el sorteo para conseguir una de las 15.000 entradas disponibles para visitar el templo de forma gratuita.