La Torre de Jesucristo, la más alta del templo de la Sagrada Familia, estará rematada a 176 metros por una cruz de cuatro brazos de 17 metros de altura y de 13,50 metros de ancho y estará recubierta de cerámica esmaltada y vidrio, según ha explicado Jordi Faulí, el arquitecto director de las obras. En medio habrá una representación del Cordero de Dios y las leyendas Amén, Aleluya. Esta cruz de cristal reflejará la luz solar durante el día y de noche proyectará una luz sutil gracias a unos focos.
Faulí también concretó que será un espacio abierto a los visitantes y por lo tanto un mirador privilegiado sobre Barcelona al convertirse en el punto panorámico más alto, pasando por delante de otros emblemáticos edificios con vistas a la ciudad como el Hotel Arts o la torre Mapfre, que tienen una altura de 154 metros, o también la torre Glòries, el hotel Meliá Sky o el edificio Colón que, construido en 1970, fue el primer rascacielos de más de 100 metros de Barcelona.
Las obras de la Torre de Jesucristo no tienen, hoy por hoy, fecha de inicio, pero lo que sí se está ultimando es la primera de las seis torres centrales que tendrá el templo: la Torre de la Virgen, la segunda más alta del conjunto de la Basílica, de 138 metros de altura. Una vez culminada, lucirá una estrella de doce puntas que está previsto que se ilumine el próximo 8 de diciembre, con una celebración para toda la ciudadanía.
Los visitantes tendrán acceso al mirador que se habilitará en el interior de la cruz para disfrutar de unas privilegiadas vistas sobre Barcelona
La construcción de esta torre ha acaparado todos los esfuerzos de la Junta Constructora de la Sagrada Familia durante este 2021, como ha explicado en rueda de prensa su director, Xavier Martínez. Los obligados cierres de la Basílica para el público visitante han disminuido considerablemente los recursos económicos para sacar adelante las obras dentro del calendario previsto, que se había marcado el objetivo de finalizar la obra en 2026. Según la junta, hasta 2024 no podrán determinar la nueva fecha de finalización y piden “cautela” ante las dificultades económicas que atraviesa el templo.
Después de reabrir sus puertas el 1 de mayo de este año —había cerrado en septiembre de 2020— el templo ya ha recibido la visita de 359.000 personas, una cifra significativa pero muy inferior a la habitual. De hecho, representa un 24,5% de todos los visitantes que tuvo en 2019.
Xavier Martínez asegura que “si la situación evoluciona favorablemente, la previsión de visitantes para 2022 es de un 30% o 40% de los que tuvimos en 2019“. La Junta Constructora, a lo largo de su historia, “ha pasado por momentos muy complicados, pero siempre siguió haciendo realidad el proyecto de Gaudí” y, por ello, “esta vez no será una excepción”.
El descenso de turistas se ha traducido en una drástica caída de los ingresos, de los cerca de 100 millones de 2019 a los casi 35 millones que se prevé para 2022. La venta de entradas para conocer la obra de Antoni Gaudí es una fuente fundamental de financiación, pero también lo han sido los donativos. Es por este motivo, y dado el contexto actual, que la junta reactiva la campaña internacional T’acabarem, para fomentar las donaciones de las personas que quieran formar parte del último impulso al conjunto del templo de Gaudí y con la que se prevé recaudar entre 200.000 euros y 250.000 euros hasta finales de año.