La llegada del AVE y los retrasos de La Sagrera han convertido a la estación de Sants en la más importante de la ciudad. Concebida como una estación pequeña, los crecimientos registrados en la afluencia de pasajeros, tanto de alta velocidad como de Rodalies y metro, la han acabado colapsando. El Ayuntamiento de Barcelona y Adif han firmado un protocolo de actuación para empezar a encarar la transformación de Sants, haciendo crecer la estación hacia la Plaça dels Països Catalans.
En una primera fase de actuación, aún sin calendario, se prevé ampliar el vestíbulo de la estación de Sants en 40 metros lineales. Se extenderá hasta la misma plaza, eliminando los dos carriles exteriores que actualmente usan los buses y los taxis para dejar a viajeros en la estación, y los coches particulares para acercar a familiares y amigos. En un principio, todos estos trayectos se reubicarán en un aparcamiento subterráneo que hay en la estación, en el lado mar, procurando que el acceso sea fácil e intuitivo, tanto para los usuarios que quieran llegar desde el interior como los que quieran hacerlo con vehículos desde la calle. Asimismo, la ampliación del vestíbulo permitirá reordenar los accesos y mejorar los flujos de viajeros, con el objetivo de dejar atrás las aglomeraciones en los andenes.
La transformación de Sants que ahora arranca también buscará redefinir la Plaça dels Països Catalans, respetando su sentido original, pero haciéndola más agradable y cómoda. En la presentación del acuerdo de colaboración entre ambas administraciones, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha señalado que se incorporarán elementos de vegetación para poder sentarse y descansar en la plaza, además de crear espacios donde poder jugar. “Será el avance de lo que queremos que sea La Sagrera”, ha añadido. La voluntad es que la estación de Sants deje de ser un no-lugar y se genere un espacio de convivencia adaptado al cambio de modelo de ciudad que está impulsando el consistorio, que quiere convertir a toda Barcelona en una gran supermanzana.
Una vez se supere esta primera fase, la transformación de Sants continuará con la eliminación de la estación de autobuses que hay en el lado montaña, en la calle Viriat. La idea que tiene el consistorio es mantener una parada en la estación de Sants, en la calle Tarragona, pero que el grosor de buses acaben su trayecto en Plaza España, donde imagina desde hace tiempo un gran intercambiador. Sin la estación de autobuses, este espacio servirá para ganar superficie verde en la zona, conectando el Eixample con el Parque de la Espanya Industrial mediante un corredor verde.
Las obras empezarán en 2022
Para hacer realidad los primeros cambios, se tiene que definir el anteproyecto de esta reforma de ampliación y mejora de la estación de Sants, que se espera que esté terminado antes de verano y que incluirá una estimación de los plazos, las fases y los costes. También se tienen que desarrollar los proyectos de construcción del nuevo vestíbulo y la actualización de la plaza, que tendrían que estar de cara a finales de año, con el objetivo de empezar las obras en 2022. Estos trámites se irán desarrollando a la vez que lo hacen los procesos participativos y de información con los vecinos, que empezarán esta misma semana.
Según Sanz, los costes de estas primeras actuaciones los tiene que asumir Adif, teniendo en cuenta que ha sido el responsable de las alteraciones que ha sufrido la Plaça dels Països Catalans, además de ser quien tiene las competencias para redefinir la estación. Sobre la segunda fase de las actuaciones, Sanz también cree que Adif tendrá que ser quién soporte buena parte de los costes.
Con el objetivo de garantizar la ejecución de estos objetivos, el Ayuntamiento de Barcelona y Adif crearán una oficina técnica que estudiará los aspectos técnicos, liderará los procesos participativos con los barceloneses, y colaborará con el equipo redactor de los proyectos.