Gabarra de GNL del Port de Barcelona
La gabarra de suministro de GNL abasteciendo a un crucero en el Port de Barcelona.

El Port reduce un 10% las emisiones de NOx redoblando los barcos con gas natural licuado

Las embarcaciones propulsadas con GNL que han pasado por la infraestructura barcelonesa se han duplicado durante 2023, el año desde el que el puerto dispone de la única barcaza de suministro de este combustible fija en un enclave mediterráneo

Las alternativas de combustible menos contaminantes a las tradicionales van ganando terreno, también en el ámbito marítimo. El Puerto de Barcelona duplicó en 2023 tanto el volumen de gas natural licuado (GNL) suministrado a barcos, como las embarcaciones que pasaron por sus aguas y que utilizan este gas. En concreto, en 2023 suministró 143.000 metros cúbicos de este combustible, duplicando los 65.000 de 2021. 

Las cifras de 2022 no se tienen en cuenta al haber sido un año excepcional por el aumento de precios. La crisis energética a causa de la guerra de Ucrania llevó a que el suministro cayera a 26.000 metros cúbicos, ha detallado el presidente del Puerto, Lluís Salvadó. Lo ha explicado a bordo de una Golondrina, que ha navegado hasta ubicarse junto a un gran crucero mientras recibía GNL por parte de una pequeña embarcación. Se trata de una gabarra de suministro que opera desde el Port desde el año pasado y que está gestionada comercialmente por Shell. Suministra a los barcos con una capacidad de 5.000 metros cúbicos, que tardan una media de entre tres y cuatro horas en traspasarse por completo a las embarcaciones. El año pasado suministró 127.000 metros cúbicos, frente a los 16.000 abastecidos a embarcaciones desde camiones. 

En 2023 aumentaron también las embarcaciones que funcionan con GNL que pasaron por el puerto barcelonés. Con 618 escalas de estas embarcaciones, representaron el 7% del total de más de 8.780 que recalaron en la capital catalana. De estos, 200 repostaron en el puerto barcelonés, mientras que 400 lo hicieron en otros, especialmente en Marsella y otras ciudades del norte de Europa. Según Salvadó, estas 618 escalas con GNL permitieron dejar de emitir 400 toneladas de óxidos de nitrógeno, un 10% del total de emisiones de NOx que se genera en el puerto. 

La infraestructura opera como un hub del GNL del Mediterráneo, tanto por operar con gabarra propia como por disponer de planta de gasificación

La proporción de barcos que utilizan GNL aumenta sobre todo en ferrys y en cruceros. De hecho, el 20% de las escalas de cruceros en Barcelona utilizan GNL, cifra que se ubicó en el 12,5% en el caso de los ferrys. Estas son precisamente las embarcaciones que operan más cerca de la ciudad, así que la reducción de emisiones que llegan a los barceloneses es más relevante. Y la tendencia es seguir aumentando: en el caso de los cruceros, fueron 164 escalas en 2023; 61, en 2022, 30, en 2021, y 12 en 2020, más que doblando cada año la cifra del anterior. 

Pese a que ferrys y cruceros son los tipos de embarcaciones que más utilizan y demandan el GNL, el Puerto de Barcelona apuesta por impulsar el suministro a otras tipologías de barcos y servicios. En este sentido, en diciembre suministró a un car carrier, en la que fue la primera vez que abasteció de este combustible a un barco de transporte de coches. Fue de un operador japonés que, tras esta primera experiencia, está incorporando más barcos con GNL a su flota. Avanzar en esta línea permitirá al puerto “suministrar no sólo a cruceros y ferrys, sino también a otros tipos de embarcaciones”, como portacontenedores. Ante este aumento de la demanda, dos empresas se han interesado por suministrar desde gabarra en Barcelona, aunque no como puerto base. 

El Port de Barcelona empezó en 2017 a suministrar GNL, a través de camiones y con pequeñas embarcaciones. En 2019 empezó a hacerlo mediante gabarras que no estaban ubicadas de forma permanente en el puerto, y fue el año pasado cuando tuvo a disposición la gabarra fija. En este contexto, Salvadó ha defendido que la infraestructura opera como un hub del GNL del Mediterráneo, tanto por el hecho de operar con gabarra propia como por disponer de la planta de gasificación de GNL “más grande de Europa”. Todo en un contexto marcado ahora por la crisis en el Mar Rojo, que está provocando afectaciones a nivel internacional de las que Barcelona no queda exenta. Y es que el desvío de los barcos que circunnavegan África genera retrasos de entre 10 y 15 en el puerto de la capital catalana, según su presidente.

Producción de combustibles verdes

Salvadó ha recalcado que el GNL es un combustible de transición que permite adaptar la infraestructura y las embarcaciones al biogás que se prevé que estén disponibles en el futuro. En este sentido, el Port confía en dar durante este año “un paso para tener alguna concreción que siente las bases para el suministro de estos combustibles descarbonizados”. Ejemplo es el biometano, que permitirá utilizar las mismas infraestructuras, instalaciones y motores que el GNL siendo un combustible de emisiones neutras en carbono. 

Lluís Salvadó
El presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, ante el suministro de GNL a un crucero por parte de la gabarra del puerto.

El Port de Barcelona está estudiando precisamente la viabilidad de construir una planta de producción de biometano a partir de residuos dentro de sus instalaciones. Además, la infraestructura contempla a corto plazo construir una planta de producción de metanol verde con uso prioritario como combustible de cero emisiones para barcos. Para ello, el puerto prevé la reserva de espacios portuarios destinados a la producción de combustibles verdes y energías renovables. 

El Port estudia la viabilidad de construir una planta de producción de biometano en sus instalaciones

Estas medidas se enmarcan en la estrategia del Port para reducir su impacto ambiental, que incluye también medidas para electrificar los muelles y la instalación de placas fotovoltaicas. Estas iniciativas van acompañadas por un desplazamiento de la actividad portuaria hacia el sur para alejarla de Barcelona, como el traslado de la actividad crucerística al Moll Adossat, el más alejado de la ciudad. De hecho, en octubre zarpó el último crucero de la terminal Barcelona Nord, en las inmediaciones del World Trade Center y que se abrirá a la ciudadanía.