[dropcap letter=”E”]
n 1980 Caprabo trasladó su sede central a un nuevo edificio en la calle Ciències de L’Hospitalet de Llobregat, en una zona emergente pero todavía poco desarrollada. Esas instalaciones, que con los años se ampliaron cuatro veces, estaban por aquel entonces rodeadas de solares vacíos y campos de cultivo, un paisaje que nada tiene que ver con el actual, donde ya no queda un palmo por construir tras la configuración de un potente polo económico en el entorno de la Plaça Europa.
El inmueble de Ciències, que ha sido el hogar de la cadena catalana de supermercados durante 40 años, quedará en desuso a partir de esta semana, ya que los 350 trabajadores de los servicios centrales trabajarán a partir del lunes 28 de septiembre en las nuevas oficinas que la compañía ha construido en la ZAL del Puerto de Barcelona, en el término municipal de El Prat de Llobregat. Caprabo ya estrenó su nuevo centro logístico de la ZAL en julio, pero ahora ha efectuado el traslado de los servicios corporativos, que se han ubicado en unas modernas oficinas de 3.400 metros cuadrados con forma de U y adaptadas a las nuevas medidas sanitarias para hacer frente a la Covid-19.
Con el traslado del área corporativa, en Ciències ya no se desarrolla ninguna actividad, ya que la logística de productos frescos se trasladó en verano a la ZAL y la de productos no perecederos se ha concentrado en la plataforma logística que la cadena tiene en Abrera. Cuando se inauguró en 1980 daba servicio a sólo 20 tiendas, una realidad muy distinta a la actual, con una red de más de 300 supermercados, aunque Caprabo llegó a tener más de 500 puntos de venta.
Al viejo almacén de L’Hospitalet, sin embargo, le aguarda un nuevo futuro. El inmueble es propiedad de Caboel, la inmobiliaria de las familias Botet, Elías y Carbó, expropietarias de la cadena. Son conscientes de que está ubicado en una zona estratégica para cualquier actividad logística, por lo que preparan un importante proyecto de rehabilitación, aunque la iniciativa se encuentra todavía en fase de definición y puede demorarse como consecuencia de la pandemia.
Para Caprabo, el traslado a la ZAL Port supone dar un fuerte impulso a un plan integral de transformación que pretende mejorar la eficiencia de la cadena, incrementar su rentabilidad y desplegar un nuevo modelo de tienda que se adapte mejor a las necesidades actuales de los consumidores. Eroski, el grupo vasco de distribución propietario de la compañía desde 2007, inició hace unos meses el proceso de búsqueda de un socio financiero para apuntalar este plan de transformación de Caprabo, lo que puede implicar la entrada de un nuevo socio en la cadena.
El traslado de la sede a la ZAL supone un hito histórico para Caprabo en un momento de importante transformación
Para Asier Bustinza, director de logística de Caprabo, el traslado de la sede a la ZAL “supone un hito histórico” que llega en un momento de “importante transformación” para la cadena catalana, que el pasado año celebró su 60 aniversario. La mudanza a la zona portuaria permitirá incrementar la competitividad y reducir los costes de las operaciones logísticas, ya que el complejo aglutina en un único emplazamiento toda la gestión de los productos frescos, un área estratégica para todas las cadenas de distribución. La puesta en marcha del almacén de la ZAL culminará lo largo del mes de octubre, cuando empezará a operar también en las nuevas instalaciones el supermercado online Capraboacasa, que dispondrá de tecnología de última generación que le permitirá mejorar su servicio y ofrecer nuevas opciones a sus clientes. El almacén dispone de una superficie total de 24.000 metros cuadrados.
Con una red de más de 300 supermercados, Caprabo emplea a unas 6.000 personas y su club de fidelización suma más de un millón de clientes. En paralelo a la progresiva implantación de nuevo modelo de tienda, la empresa está inmersa en un plan de crecimiento a través de franquicias. La empresa facturó 790 millones de euros en 2019, un 13% menos tras haber concentrado su negocio en Catalunya y Andorra, con un total de 29 tiendas menos (10% de la red).
Inversión de 20 millones de euros
La plataforma logística y la nueva sede corporativa de Caprabo en la ZAL Port es propiedad de Cilsa, empresa que ha ejecutado una inversión de 20 millones de euros para construir el complejo a la medida de las necesidades de la cadena. Cilsa pertenece en un 51,5% a la Autoritat Portuària de Barcelona (APB) y a la compañía cotizada Merlin Properties (48,5%), liderada por Ismael Clemente y participada por Manuel Lao, expropietario de Cirsa.
Edificio de la ZAL lucirá el certificado Leed Gold, que se entrega a los edificios que han primado la sostenibilidad medioambiental en la construcción. Destacan las medidas de eficiencia y ahorro energético introducidas y el sistema de aprovechamiento de residuos. Concretamente, Caprabo prevé ahorrar en un 50% el consumo de agua y se generará electricidad equivalente al 5% del consumo anual de la nave gracias a la instalación de una placas solares de 60 KW. También se ha instalado un sistema de aprovechamiento del calor residual de las cámaras frigoríficas y equipos para reciclar el 90% de los residuos.