La covid-19 ha sido clave para constatar la necesidad de la vigilancia para avanzarse a una inminente epidemia y luchar contra los virus y otros microorganismos como bacterias, hongos o parásitos. Pero los técnicos no disponían de las herramientas necesarias para hacer frente a esta actividad, al mismo tiempo que tenían otras obligaciones como la detección de enfermedades en sus pacientes. Hasta ahora.
El Hospital Vall d’Hebron ha transformado un laboratorio de microbiología, que consistía en la suma de pequeños espacios de trabajo, en un área diáfana integrada por una plataforma robótica, donde se intenta abordar todo el diagnóstico de las infecciones bacterianas con la mayor precisión y en el menor tiempo posible. Se trata de un hito que no solo ayuda al paciente a mejorar el tratamiento de su afección para incidir en su pronóstico, sino que también supone una aportación a la comunidad para determinar qué antibióticos utilizar de manera adecuada en cada caso.
Los responsables del proyecto han protocolizado cada tipo de muestra y cada tipo de paciente, de manera que el robot, mecánicamente, lee el código de barras de la prueba y detecta los medios de cultivo que se deben aplicar. Los procedimientos de la máquina tienen una duración de pocos minutos y es muy difícil observar con detenimiento su actividad, debido a la rapidez con la que opera.
Antiguamente, las muestras se almacenaban en unos armarios, cuya temperatura afectaba en el contenido de las pruebas. En la actualidad, disponen de unas incubadoras inteligentes que regulan las muestras a sus necesidades específicas en cuestión de horas, lo cual libera a los técnicos y facultativos de estas funciones y deja vía libre para concentrar sus esfuerzos en otro tipo de tareas, como por ejemplo la optimización de los tratamientos antibióticos, la participación en las comisiones del hospital, las consultorías, la investigación traslacional o la vigilancia microbiológica, que tiene un impacto directo sobre los pacientes y la comunidad.
No existe una explotación de estas características en todo el país. Vall d’Hebron ha sido escogido para este proyecto por su reconocimiento internacional y por sus dimensiones: es el complejo hospitalario más grande de Catalunya, acoge 1.200 camas y sus cultivos se realizan para toda la provincia de Barcelona, con más de 16 millones de determinaciones anuales.
Los responsables consideran que el centro sirve como escaparate para el resto de hospitales y aspiran a ser un referente en la implantación de esta tecnología. La adquisición de esta plataforma robótica ha supuesto una inversión de tres millones de euros, gracias a los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional), pero aún se necesitarán alrededor de seis meses para implementar del todo sus funciones.
El Vall d’Hebron es el complejo hospitalario más grande de Catalunya, acoge 1.200 camas y sus cultivos se realizan para toda la provincia de Barcelona, con más de 16 millones de determinaciones anuales
El proyecto se puso en marcha en 2019 y la primera máquina llegó en San Juan de 2021, después de un arduo trabajo de dimensionado y, posteriormente, una licitación pública. Hasta ahora, los responsables han estado trabajando en la configuración de los protocolos y la integración del sistema informático del laboratorio y del hospital. Actualmente, se encuentran inmersos en la integración de la inteligencia artificial, a partir del aprendizaje de la propia plataforma en las rutinas de los microbiólogos, con el fin de que algunos procesos se puedan desarrollar de forma automatizada sin la intervención de un equipo humano, a pesar de que siempre será supervisado por profesionales.