La marca de ropa y accesorios deportivos para el aire libre Buff está inmersa en un plan de crecimiento que pasa por potenciar la sostenibilidad y por producir el 100% de sus artículos en la fábrica de Igualada (Barcelona). Con un importante incremento de la demanda y muchos problemas con el transporte internacional, la estrategia de Original Buff incluye también intensificar el uso de tecnologías digitales para reducir los plazos de entrega de los pedidos a los clientes de Europa y Estados Unidos.
Estos son los motivos que determinan el traslado de Asia a Igualada de la confección de las gorras Buff, que suponen el 10% de la producción total, para conseguir que a finales de 2023 todos los artículos textiles de la marca se fabriquen en Catalunya. Actualmente confecciona ropa deportiva para la práctica de diferentes disciplinas y accesorios como tubulares, pasamontañas, cintas para la cabeza o gorras con y sin visera.
Para la fabricación local de las gorras, Original Buff ha invertido 1,4 millones de euros en la construcción de una nave industrial de 1.500 metros cuadrados —repartidos en tres plantas— y otros 200.000 euros en maquinaria. La inversión asciende a cinco millones de euros si se suman las mejoras en digitalización con la incorporación del sistema lean a toda la instalación fabril. La relocalización implica, también, la contratación de 70 personas este año y otras 70 en 2023, que se sumarán a los 108 empleados destinados a las líneas de confección. La plantilla total de Original Buff es de 350 personas que trabajan en los 13.000 metros cuadrados, entre la fábrica y las oficinas que posee en Igualada.
Original Buff es conocida popularmente por sus tapabocas tubulares fabricados sin costuras, hasta el punto de que la marca ha derivado en un nombre genérico para esta prenda. La compañía y el buff fueron obra de Joan Rojas, un amante del motociclismo que ideó el tapabocas para uso personal y lo industrializó en 1992.
Actualmente, 30 años después, la empresa sigue en manos de la familia Rojas Vives, pero tiene su estructura directiva profesionalizada y una gama de productos más amplia. Los últimos datos facilitados por la compañía correspondientes al ejercicio fiscal de 2020 (cerrado a 31 de marzo de 2021) fijan la facturación en 85 millones de euros, un 63% más que en el año fiscal anterior.
El consejero delegado de Buff, David Camps, expresó que la intención es que parte de los trabajadores provengan del centro de formación que la empresa ha abierto en Igualada. La empresa ya ha contratado este año a cuatro jóvenes –del total de 14 matriculados– que compaginan el trabajo con la enseñanza que reciben en este centro.
Almudena Cara, responsable de personal de Original Buff, corrobora que “está resultando una ardua tarea asegurar el relevo generacional y ampliar la plantilla, dado que las nuevas generaciones no se sienten atraídas por este sector tan maduro y todavía no tienen la formación necesaria para relevar a nuestro equipo de profesionales”. Cara destaca que las personas que se incorporen confeccionarán con tejidos diversos (lycra, poliéster, polar…) y con máquina plana y overlock, o recubridora o flatlock.
La Escuela de Confección Buff es un proyecto dirigido a personas en paro que arrancó durante el primer trimestre de este año y que tiene por objetivo cubrir la carencia de profesionales confeccionistas que tiene el sector textil y que está estrechamente ligada a los procesos de deslocalización de muchos fabricantes, según confirman fuentes del sector. Se quiere promover el relevo generacional en el oficio de la confección y asegurar la continuidad de esta profesión en la comarca y en el conjunto de Catalunya donde el tejido industrial textil todavía tiene mucha presencia.
La Escuela de Confección Buff ha contado con el apoyo de la Fundación textil FITEX y del Ayuntamiento de Igualada. La sede de la escuela está en el Igualada Fashion Lab, un hub de innovación y creatividad inaugurado el pasado mes de noviembre en unas instalaciones de más de 700 metros cuadrados en la antigua fábrica Vives Vidal.