Para la empresa familiar Special Chemicals, la clave del éxito está en la internacionalización y la innovación. Con una trayectoria de 25 años, la distribuidora de materias primas para cosmética y perfumería ha conseguido superar la pandemia y aumentar la facturación, precisamente, porque decidió innovar. “Siempre nos hemos centrado en el sector de la cosmética y la perfumería, pero al inicio de esta crisis tuvimos la suerte de encontrar una materia prima, el carbopol, que es esencial a la hora de dar textura a los geles hidroalcohólicos y lo distribuimos por todo el mundo”, explica el responsable comercial de la compañía, Martí Sarrate.
No solo exportaron este polímero, que permite incrementar la viscosidad de un líquido, sino que obtuvieron un permiso del Ministerio de Sanidad para vender virucidas, un ingrediente básico para desinfectar superficies. “En un momento en el que cerraron las peluquerías y los centros de estética, pudimos darle la vuelta a la facturación con esta oportunidad”, detalla el director general de Special Chemicals, Gerard Aymí.
De este modo, la facturación de Special Chemicals llegó hasta los diez millones de euros en 2020, un 33% más que hace un año, cuando la cifra se situó en los 7,5 millones. Con una plantilla de diez trabajadores, la compañía catalana tiene sus oficinas en Barcelona y dos almacenes, uno en la ZAL del Port de Barcelona y el otro en el Port de Tarragona.
Creada en 1994 por el perito químico Salvador Aymí, que se dedicó durante más de 20 años a la cosmética y la perfumería, Special Chemicals actualmente está dirigida por sus hijos, Gerard y Marta Aymí, que se han encargado de desarrollar su modelo exportador. Y es que, además de la innovación, la internacionalización es la otra pata de la estrategia empresarial de esta pyme. Hace diez años que Special Chemicals empezó a expandirse más allá de España, con Europa y América Latina como principales destinos.
“Importamos y exportamos materias primas a una treintena de países. Nuestro foco está en consolidar Corea del Sur e Indonesia, donde hay un mercado creciente”, señala Aymí. Pero también están presentes en otras zonas geográficas, como Estados Unidos, China, Irán, la India o Singapur. “Contamos con todo tipo de certificados de las materias, como el halal, el kosher, el de la producción ecológica y el vegano, lo que nos ha permitido llegar a más países y clientes”, añade la subdirectora de la empresa, Marta Aymí.