Asegurar la conexión a Internet de todas las escuelas del mundo en 2030. Este es el ambicioso objetivo con el que Unicef y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU) lanzaron en 2019 la iniciativa Giga. El proyecto persigue esta potente meta desde la capital catalana, donde opera desde la antigua fábrica del Poblenou de Ca l’Alier. Las naves del otrora recinto fabril han cambiado la maquinaria textil por las instalaciones del Giga Tech Center, que desarrolla herramientas y soluciones tecnológicas para avanzar en esta conectividad.
Así, Giga ambiciona combatir una brecha digital que afecta especialmente a comunidades desfavorecidas. Lo hace en un contexto en el que estima que existen unos seis millones de escuelas en el mundo, y que la mitad de ellas carece de conexión a Internet. Aunando la experiencia de Unicef en el ámbito educativo y la de la UIT en telecomunicaciones reglamentación, la iniciativa ha mejorado la conectividad de 13.400 escuelas desde 2019. Más de 6,7 millones de estudiantes se han beneficiado de esta mejora de la conectividad, en una labor que Giga desempeña actualmente en 34 países.
Ahora, la iniciativa pretende ensanchar esta cifra y elevarla a 44 países durante este 2024. Así lo explica Alex Wong, que codirige Giga por parte de la UIT, mientras que Chris Fabian lo hace por parte de Unicef. Wong lo avanzó en la jornada Giga Day, que el proyecto organizó en Ca l’Alier con referentes del ecosistema tecnológico y de innovación local, junto a representantes de países en los que trabaja la iniciativa. Más de 120 personas participaron en la jornada, que abrió la consellera Meritxell Serret, el comisionado del Ayuntamiento de Barcelona Pau Solanilla, y el subdirector general de organismos internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, Juan Villar.
El coste para conectar una escuela oscila entre los 10.000 y los 15.000 dólares, en función de la tecnología que se debe utilizar en cada caso
Y entre las nuevas escuelas de los nuevos países que Giga quiere conectar, el proyecto prioriza precisamente aquellas más difícilmente conectables, en zonas rurales o recónditas. “Son las prioritarias; de hecho, por eso llegamos nosotros. Las que son fáciles de conectar se conectarán, aunque no estemos”, destaca la directora de tecnología de Giga, Naroa Zurutuza. La conexión de nuevas escuelas a Internet se realiza con distintas tecnologías, en función de las necesidades y posibilidades. Estas tecnologías determinan el coste de cada conexión, que oscila entre los 10.000 y 15.000 dólares, explica Zurutuza a The New Barcelona Post.
Para poder materializar estas conexiones, el proyecto cuenta con el apoyo de empresas privadas y también de administraciones, entre las que figuran el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat, y el Gobierno. Las finanzas del proyecto, así como el ámbito de contratación, se coordinan desde su sede en Ginebra, que facilita su coordinación con el resto de agencias de la ONU, cuya sede europea se ubica en la ciudad suiza.
Y, ¿qué ocurre en una escuela después de que Giga la conecte al resto del mundo mediante su acceso a Internet? Unicef y los respectivos gobiernos cogen el relevo y proveen de dispositivos, formación y contenidos a las escuelas. Y es que la agencia de la ONU por los derechos de la infancia “tiene un equipo inmenso del ámbito de la educación, con materiales y contenido”, según la directora tecnológica de Giga.
Ante las perspectivas de crecimiento de la iniciativa, el tech center de Barcelona prevé intensificar su actividad, desarrollando nuevos productos tecnológicos y otros proyectos, con la colaboración de universidades, centros de investigación y empresas del entorno. Así, el centro tecnológico mundial de Giga aspira a convertirse en un impulsor de la innovación, tanto para el propio proyecto de Giga como para el ecosistema tecnológico barcelonés.
Para ello, el centro tecnológico radicado en Barcelona prevé también ampliar su plantilla, y pasar de la decena de trabajadores actuales a 20. Entre sus perfiles, figuran científicos e ingenieros de datos centrados en desarrollar estas soluciones tecnológicas de código abierto para ayudar a gobiernos de todo el mundo a conectar sus escuelas a Internet.
El centro tecnológico radicado en Barcelona prevé también ampliar su plantilla, y pasar de la decena de trabajadores actuales a 20
Además de desarrollar estas soluciones y herramientas, el centro de Giga de Barcelona elabora también el mapeo mundial de escuelas. Se trata de una ardua tarea que lleva a cabo con la colaboración de los gobiernos, aprovechando también la presencia de Unicef en los países en los que trabaja. “Trabajamos con los gobiernos para obtener la información, y después lo combinamos con modelos de Inteligencia Artificial para calibrar y completar los datos”, ha explicado Zurutuza.
Además, Giga aspira a proporcionar datos sobre la conectividad de las escuelas en tiempo real. Lo hace mediante una aplicación que instala en ordenadores de los colegios, que mide la calidad del servicio de Internet, y que actualmente ha instalado ya en 10.000 centros. Con el mismo objetivo, el proyecto está empezando a trabajar con operadores de Internet con el fin de que les proporcionen información, algo que abordaron conjuntamente en el marco del Mobile World Congress (MWC), celebrado la pasada semana en la capital catalana.
El centro tecnológico de Giga servirá también como aparador del trabajo del proyecto, a través de visitas de delegaciones de distintos países. Los primeros serán Brasil, Botswana, Bosnia y Herzegovina y Sierra Leona. Con delegaciones compuestas por perfiles técnicos y políticos, se desplazarán a Barcelona para conocer tanto la labor de Giga como el ecosistema de innovación y tecnología de la capital catalana. Serán los primeros de los muchos que se desplazarán a Barcelona con el objetivo de conocer de primera mano cómo avanza este proyecto hacia su ambicioso objetivo: lograr la conexión escolar universal en el ya no tan lejano 2030.