El Palau Güell de Barcelona inaugura este viernes la exposición Cosint el cant, una muestra que aborda la relación de Victoria de los Ángeles con la moda y que se podrá visitar hasta el 21 de enero. En la exposición se pueden encontrar algunos de los trajes más icónicos que la soprano barcelonesa utilizó a lo largo de su carrera, tanto los que lucía en los recitales como los que utilizó para interpretar a personajes como Violetta, Manon, Mimí o Cio-Cio San, entre otros. La muestra también incorpora otros objetos personales de la artista, como su máquina de coser, con la que confeccionó varias de las piezas que se exhiben.
La exposición, organizada por la Fundación Victoria de los Ángeles en colaboración con el Centro de Documentación y Museo de las Artes Escénicas del Institut del Teatre y la Fundació del Gran Teatre del Liceu, cuenta con un total de diecisiete piezas de indumentaria escénica de la cantante. Estos vestidos permiten exponer el tiempo, el cambio de las modas, la riqueza y veracidad de la teatralidad operística del siglo XX, así como la diversidad de personajes a los que puso voz la artista, informa ACN.
En este sentido, tal y como ha explicado el curador y comisario del Año Victoria de los Ángeles, Marc Busquets, la exposición se estructura “en tres ámbitos” que coinciden con los tres espacios en los que se divide la sala de la buhardilla del Palau Güell. En el primero se expone ropa utilizada en actuaciones y actos sociales que se enmarca en la tendencia de cada momento. En la década de los cuarenta, Victoria de los Ángeles comienza a tener contacto con la moda del momento, una relación que se prolongará durante toda la vida y que la llevará a confeccionar algunos de sus vestidos, con un gusto innato en cuanto a volúmenes y colores.
El segundo espacio en el Palau Güell está dedicado al vestuario de escena que la cantante lució en óperas como La Traviata, La Bohème o Tannhäuser. En este espacio destaca la calidad de la confección y de los tejidos con sedas, brocados y blondas. Busquets recuerda que durante la década de los cincuenta y sesenta, las grandes sopranos “tenían vestuario propio para cada personaje que interpretaban” y que, en el caso de De los Ángeles, los conservó con mucho cuidado.
Por último, el tercer ámbito se enfoca al vestuario confeccionado por la propia artista, junto con diferentes objetos como una máquina de coser, los baúles de viaje con sus iniciales, mobiliario y decoración de influencia oriental como pufs de Japón y jarrones chinos Ming, así como collares y otras joyas que siempre le acompañaban.
En cuanto a los trajes más “icónicos”, Busquets destaca dos: el que utilizó cuando la invistieron doctora honoris causa en 1987, y el de su regreso al Liceu en 1992, un vestido que “sólo llevó en esa ocasión”.
Si bien el comisario considera que todos los modelos lucidos en las distintas óperas son “espectaculares”, apuesta por destacar especialmente el de la obra de Madama Butterfly, que cuenta con una sombrilla que tiene una historia detrás. “Parece que la habría recibido en la Scala de Milán directamente de una de las amantes de Puccini, que quedó encantada cuando la vio actuar”, sostiene.
El legado de Victoria de los Ángeles
Victoria de los Ángeles (1923-2005) fue una de las sopranos más importantes del siglo XX. Nacida en Barcelona, fue universalmente conocida y reconocida, siendo una embajadora de la cultura del país a través de las diferentes interpretaciones que ofreció en todo el mundo. En este sentido, actuó en los mejores teatros de ópera, como la Scala de Milán, en el Royal Opera House de Londres, el Teatro Colón de Buenos Aires o el Metropolitan Opera House de Nueva York.
“El legado de la soprano es innegable porque su forma de abordar la música era muy fiel al compositor, sin personalismos, y muchos artistas contemporáneos se han inspirado en este estilo”, ha recordado Busquets, “queremos que continúe muy presente y el centenario es una ocasión única para acercar al personaje a toda la ciudadanía”.