El futuro sostenible de las ciudades no es únicamente un tema medioambiental, también es económico y social. ©Vicente Zambrano
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La ciudad de los 15 minutos

Los urbanistas y consultores Richard Florida y Greg Clark apuestan por el modelo popularizado por la alcaldesa Anne Hidalgo como futuro sostenible de las metrópolis

En esta rentré tras las vacaciones me he encontrado con dos artículos sobre el futuro de las grandes ciudades y las áreas metropolitanas, una de mis temáticas favoritas. Ambos protagonizados por dos de los grandes especialistas y consultores en la materia: el norteamericano Richard Florida y el británico Greg Clark. Sus artículos parten de sujetos distintos, pero acaban convergiendo en el futuro sostenible de las ciudades desde el punto de vista no solo medioambiental, sino también económico y social. En cualquier caso, ambos aportan reflexiones que debemos tener muy en cuenta.

El artículo de Florida se titula Why downtown won’t die. Publicado en Bloomberg.com, el urbanista analiza el futuro de los centros urbanos norteamericanos, conocidos como downtown, que difieren del concepto europeo, normalmente asociado a los centros históricos. En Estados Unidos, los downtown son los núcleos urbanos, no siempre históricos, donde se desarrolla la mayor parte de la actividad económica por su concentración de oferta comercial y de oficinas. Son en realidad distritos de negocios cuya vida transcurre físicamente separada de los barrios residenciales.

Según Florida, existe la percepción de que el fenómeno del teletrabajo está poniendo en crisis estos distritos económicos porque una de sus consecuencias será el cierre de muchas de las oficinas y actividades que viven de ellas, como la restauración y otros tipos de comercios. No obstante, este consultor cree que los downtown van a superar esta crisis como vienen haciendo desde hace décadas, porque, apunta, son “la creación humana con mayor capacidad de adaptación y resiliencia”, a pesar de que el propio alcalde de Nueva York, Eric Adams, haya afirmado que ha llegado el fin de los distritos de negocios.

Para contradecir a Adams y a otros especialistas, Florida echa mano de datos recogidos en las grandes ciudades norteamericanas, que indican que la pérdida de actividad a causa del teletrabajo se va a compensar con un cambio de uso en los downtown. Y es que, apunta, se está produciendo un fenómeno en el que cada vez más gente, sobre todo jóvenes, están trasladando su residencia a estos centros. Según Florida, los downtown norteamericanos se van a convertir en lo más parecido a la ciudad de los 15 minutos, concepto popularizado por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que promueve que, a un cuarto de hora a pie o en bicicleta, los habitantes de una ciudad deben poder acceder a la mayoría de sus necesidades esenciales, incluido el puesto de trabajo.

Este modelo de la ciudad de los 15 minutos ha reclutado buen número de partidarios, al considerar que es el más sostenible y permite disminuir considerablemente el parque de vehículos y la contaminación que generan. Florida recuerda que, en 1958, la también urbanista norteamericana Jane Jacobs —autora del histórico libro Muerte y vida de las grandes ciudades y fallecida en 2006— publicó el artículo Downtown is for people, en el que predijo que el futuro de los centros urbanos estaba en la diversidad de usos y no en su especialización como distritos económicos.

El artículo protagonizado por Clark es una entrevista en La Vanguardia. En ella, el urbanista británico se centra en el futuro de las áreas metropolitanas y en concreto en la de Barcelona, de la que lamenta la falta de esfuerzo para un consenso político que le permita crecer. Para ello, considera imprescindible un gran pacto metropolitano porque si cada municipio actúa por su cuenta, como hasta ahora, no se conseguirá.

El futuro de los centros urbanos estaba en la diversidad de usos y no en su especialización como distritos económicos, según Jane Jacobs

Clark se refiere también a la ciudad de los 15 minutos y su papel en el futuro de las ciudades. Considera que este modelo solo funcionará si se implanta en el marco de una metrópolis, en el que el ciudadano tenga acceso a los servicios básicos (biblioteca, médico, escuela, deporte), pero puntualiza que las ciudades de 45 minutos son las que ofrecen universidades y médicos especializados, aeropuerto, puerto y red ferroviaria. Y sentencia: “Las ciudades de 15 minutos no son una alternativa a la metrópolis. Sin metrópolis tienes una ciudad de 15 minutos para ricos y una de 45 minutos para pobres y no hay interacción”.

Las áreas y regiones metropolitanas son los grandes motores económicos, pero a menudo, como apunta Clark, es la falta de una estrategia conjunta supramunicipal que impide desplegar todo su potencial. Asimismo, la gran asignatura a la que se enfrentan estos gigantes urbanos es la lucha contra el cambio climático a través de la descarbonización de la actividad económica. Y ahí es donde entran en juego iniciativas como la ciudad de los 15 minutos. Es este un modelo que se podrá aplicar con voluntad política en ciudades de morfología europea. Más difícil será en el modelo de ciudad extensa que abunda en Estados Unidos, en la que el coche es necesario hasta para ir a comprar el pan. Pero es interesante que urbanistas como Florida piensen en este modelo en la próxima transformación que predice para los downtown.

Puede que la ciudad de los 15 minutos sea el futuro de las grandes ciudades, pero como en el caso de las áreas metropolitanas, solo prosperará con voluntad y consenso políticos.

Expertos urbanistas abordan la llamada ciudad de los 15 minutos, con pros y contras. ©Vicente Zambrano