Enric Gracia, de 36 años e informático de profesión, empezó a pensar en Inspira Fitness en 2017. Entonces, trabajaba para una compañía del sector de los cosméticos. Tenía un buen trabajo, unos buenos horarios, pero estaba saturado del sector tecnológico y del volumen de trabajo. Así que empezó a pensar seriamente en sacar adelante un proyecto personal que hacía tiempo que le rondaba por la cabeza. Su hobby siempre ha sido el deporte. De hecho, además de informática, también estudió entrenamiento personal y dietética. Se sentía preparado para hacer que Inspira, el centro deportivo con el que soñaba, empezara a andar.
Después de dos años de trabajo, él y otro socio tejieron un business plan con el que consiguieron 190.000 euros de entidades financieras. Esto más los 90.000 euros que aportaron de capital propio, acabaron sumando 280.000 euros para arrancar el negocio. El mes febrero de 2019 nació Inspira Fitness en el barrio de Les Corts. Hoy, Gracia es el socio mayoritario.
La idea de montar un gimnasio que también fuera un coworking para entrenadores surgió con la creciente popularidad del fitness en el mundo de las redes sociales. Gracia se fijó en el hecho de que el número de profesionales que compartían sus rutinas en Internet no paraba de crecer y pensaba: “¿Dónde va toda esta gente a grabar los entrenamientos? ¿En la calle, en el parque, lo hacen de manera clandestina?”. Él, que había frecuentado durante muchos años los gimnasios del área metropolitana y tenía una red de contactos importante en el sector, detectó que los entrenadores no tenían un lugar fijo donde trabajar. En un gimnasio normal, explica, no es posible que un profesional que no forma parte de la plantilla del centro entrene sus clientes en las instalaciones. Así que, una vez más, un emprendedor hizo de un problema una solución y montó un coworking de entrenadores personales.
Gracia se fijó en el hecho de que el número de profesionales que compartían sus rutinas en Internet no paraba de crecer y pensaba: ¿Dónde va toda esta gente a grabar los entrenamientos?
Inspira Fitness se ha establecido en Barcelona, y más concretamente en les Corts, porque era un nicho de mercado importante y, al proponer un modelo tan nuevo y sin explotar, en la capital catalana es “donde se podría ver si funciona o no”. De momento, están comprobando que el modelo funciona: Gracia recibe un montón de solicitudes de entrenadores al día. Y cuando esto pasa, lo primero que hacen es hacerlos rellenar un formulario para asegurarse que cumplen con unos determinados requisitos. En primer lugar, la inscripción en el ROPEC (el Registro Oficial de Profesionales del Deporte de Catalunya) o bien estar colegiado. También tiene que estar dado de alta como autónomo y tener el seguro de responsabilidad civil, que tramita el mismo centro. Una vez se confirma que el entrenador cumple con todos los requisitos, se le hace una entrevista para conocerlo y, si la pasa, se lo da de alta como entrenador Inspira.
El entrenador para hacer uso de las instalaciones tiene que pagar una cuota mensual, cuyo precio varía según el volumen de clientes que tenga. Esta cuota recibe el nombre de canon y lo que hace es proporcionar a los clientes de los entrenadores un tipo de tickets con los cuales pueden acceder al recinto, denominados accesos. Un acceso no equivale solo a un entrenamiento: “Es un alquiler del espacio, cada vez que entras al gimnasio, aunque sea para tener una entrevista con tu entrenador en un despacho, gastas un acceso”, detalla Gracia.
Además de este modelo de coworking, Inspira Fitness también funciona como un gimnasio normal. Tienen socios que pagan sus cuotas para usar las equipaciones y, si así lo quieren, pueden contratar los servicios de un entrenador personal. La especialidad de la casa. Cuando un socio se da de alta, se le hace una welcome session, que es un entrenamiento de prueba con un entrenador personal. Paralelamente a esto, también le ofrecen asesoramiento nutricional y servicio de fisioterapia (se cobra aparte). Y para los que tengan contratado el servicio de entrenamiento personal, disponen de revisiones cada mes, donde se mide, se pesa y se mira el porcentaje de grasa de cada cliente, entre otros. La tarifa trimestral cuesta 99,90 euros; la mensual, 36,90 euros, y la anual, 410 euros. El precio de la matrícula es gratuito.
A Inspira acuden bastantes clientes de gimnasios low cost, cansados de la saturación y el ambiente con los que se encuentran. En el centro de Gracia, lo dice él mismo, “buscan tranquilidad”. También explica que les costó mucho arrancar, más teniendo en cuenta que después de un año de abrir, se encontraron de frente la crisis del coronavirus, que les obligó a colgar el cartel de cerrado bastante tiempo. Gracia cuenta que están “a medio gas”, después de que la mitad de socios se marchase pero los entrenadores se quedasen.
A Inspira acuden bastantes clientes de gimnasios low cost, cansados de la saturación y el ambiente con los que se encuentran
Hoy, en pleno mes de agosto —temporada baja en el sector—, tienen 16 entrenadores autónomos y uno en plantilla. En total, contando el personal de administración y todos los profesionales involucrados, de una manera u otra, en Inspira tienen un equipo formado por 21 trabajadores. De rendimiento, explica Gracia, “estamos al 40-50% del que podríamos tener. Tenemos mucho más potencial para sacar del que hemos estado mostrando hasta ahora”. Sin embargo, aun con la pandemia, facturaron unos 100.600 euros en 2020. Un crecimiento del 45% respeto a 2019, que cerraron con una facturación de más de 69.000 euros. Y este 2021 tienen la previsión de acabar con 160.000 euros. “Si llegáramos a este objetivo, me plantearía incorporar algún entrenador más en plantilla”, avanza, esperanzado.
En un futuro, al consejero delegado de Inspira Fitness le gustaría expandir la idea y abrir un segundo centro en otra zona de Barcelona. Asimismo, a finales de mayo de este año, lanzaron su propia app. Un espacio digital donde los clientes del centro pueden encontrar rutinas, retos, dietas, la agenda de los entrenadores para reservar hora y una comunidad al más puro estilo Instagram. Ah, y un apartado de tienda de productos de suplementación deportiva, donde se puede encontrar desde proteína en polvo hasta algún quemador.
Gracia, que ha tenido que crecer a pasos de gigante en el mundo del emprendimiento, está satisfecho con el camino que ha recorrido hasta ahora: “Yo soy súper autodidacta. No tengo conocimientos empresariales. Creo que para montar una empresa no tienes que ser empresario, no tienes que haber estudiado ADE. Si así fuera, no habría empresas. Lo que tienes que tener es la idea. Lo otro, lo vas aprendiendo”. Futuros emprendedores: apuntaos el consejo.