humana tienda vintage
La recién estrenada tienda de Humana, con prendas vintage, en Barcelona.

Humana busca en la ropa ‘vintage’ el valor añadido de la segunda mano

La red de tiendas de la Fundación Pueblo para Pueblo ha abierto un establecimiento para las prendas retro en el centro de Barcelona ante la creciente demanda entre los jóvenes que cambian sus hábitos de compra para contribuir a la sostenibilidad del planeta

La ropa de segunda mano es una de las puertas más accesibles para potenciar la moda sostenible y los jóvenes están haciendo bandera de esta opción. La preocupación de los centennials por el impacto de la industria en general, y el de la moda en particular, sobre el medio ambiente, les ha convertido en la generación que más ropa de segunda mano consume. Y esto tiene efectos directos en la transformación del propio sector de la moda de segunda mano y en las estrategias empresariales de la industria de la moda a nivel internacional.

Observando el tejido comercial que hay en Barcelona, ​​se comprueba cómo estas prioridades han llegado a las grandes urbes y cómo se ha incrementado la oferta de productos a los que se ha dado una segunda vida, con niveles de calidad y precio aceptables, ya sea con venta online o presencial.

Uno de estos protagonistas es la red de tiendas de Humana Fundación Pueblo en Pueblo que, arrastrada por la demanda de las nuevas generaciones —centennials, jóvenes nacidos entre 1990 y 2010, y millennials, de la década de los 80–, acaba de abrir en Barcelona una tienda con ropa vintage de segunda mano.

El establecimiento situado en el centro de la ciudad, en concreto en la Ronda Universitat, dispone de 500 metros cuadrados, de los cuales 210 metros cuadrados ya se han abierto al público con toda la ropa retro. La consultora inmobiliaria, Laborde Marcet, ha asesorado a Humana en la toma de decisión de esta ubicación estratégica porque considera que el centro de Barcelona se ha convertido en “un pequeño oasis para la moda de segunda mano” en arterias como las calles Tallers y Portaferrissa , detalla la directora de retail de Laborde Marcet, Ángela Sánchez.

El centro de Barcelona se ha convertido en un pequeño oasis para la moda de segunda mano, en arterias como las calles Tallers y Portaferrissa

El auge de la sostenibilidad y la elección de un punto estratégico “nos permite ampliar nuestro público objetivo, accediendo a clientes cada vez más jóvenes y concienciados con la protección del medio ambiente. Además, nos obliga a manejar otros códigos y herramientas para ofrecerle un servicio y unos artículos que satisfagan sus necesidades. Son jóvenes pero muy exigentes, así que nos obligan a avanzar e intentar ser mejores”, explica Rafael Mas, director de relaciones externas de Humana.

No sólo eso, puesto que el portavoz de Humana avanza que “las siguientes generaciones, como la Alfa, que será cien por cien digital, tendrán previsiblemente interiorizado el consumo de moda de segunda mano. Las reticencias serán, por tanto, cosa del pasado, y el re-sale o la moda pre-loved dominarán una parte cada vez más importante del mercado”. Lo corrobora con datos: el 35% de los clientes de la red de tiendas tiene entre 15 y 40 años, “un hecho impensable hace unos años” que refleja un creciente interés de la moda de segunda mano por parte del público joven.

Humana botiga vintage
Entrada al establecimiento situado en la Ronda Universitat, muy cerca de Plaça Catalunya.

Tras la apertura en Ronda Universitat, Humana quiere abrir otro punto de venta vintage en Barcelona, ​​en la zona de Francesc Cambó, calle donde ya tiene una tienda. “Sin duda, dado que las prendas vintage son de las que más demanda potencial acumulan, este tipo de puntos de venta complementan perfectamente nuestro modelo de tienda de familia, el más extendido en nuestra red”, dice Rafael Mas.

Establecida en Barcelona desde 1987, Humana cuenta con 45 tiendas en toda España. Actualmente trabaja con 21 puntos de venta en la capital catalana —con previsiones de abrir entre 2 y 3 más este 2022—, 22 tiendas en Madrid y otras dos en Sevilla y Granada. En 2021, los establecimientos Humana vendieron 5,8 millones de prendas y accesorios y registraron cerca de 2 millones de clientes.

El responsable de relaciones externas manifiesta que, como entidad sin ánimo de lucro, “la totalidad de los recursos que se generan se destinan a los programas de cooperación internacional al desarrollo en África, Latinoamérica y Asia y al apoyo local y la agricultura urbana en España”.

Humana roba vintage
La cadena tiene previsto entre dos y tres aperturas más este año en Barcelona.

Sistema de recogida

Dentro de este plan de expansión, Humana seguirá apostando por Barcelona y Madrid, “ciudades que todavía tienen gran potencial de crecimiento”, y donde dispone de “dos plantas de preparación para la reutilización de textil, en concreto en L’Ametlla del Vallès y en Leganés (Madrid). Rafael Mas manifiesta que esta estructura logística “fomenta la reutilización local y de proximidad”. También cuentan con centros de transferencia de textil en Santiago de Compostela, Llanera-Asturias, Valencia y Sevilla. La plantilla total de la asociación está formada por 600 trabajadores de más de 20 nacionalidades, de los cuales un 75% son mujeres —“con nuestra directora general, Elisabeth Molnar, al frente”, destaca Mas—.

Las instalaciones de la red logística gestionan el textil recogido a través de más de 5.000 contenedores repartidos por todo el territorio mediante los acuerdos establecidos con 1.500 ayuntamientos y entidades públicas y empresas.

El textil recuperado se somete a un proceso de preparación para la reutilización —eminentemente manual pero apoyado con medios semi-mecanizados— que permite que 9 de cada 10 prendas tengan una segunda vida, a través de su reutilización o reciclaje, según confirma el portavoz de la fundación.

Humana botiga vintage
Rafael Mas, director de relaciones externas de Humana, Fundación Pueblo para Pueblo.

Una tendencia internacional

El interés de los jóvenes por los productos de segunda mano es un fenómeno internacional ajeno al nivel de vida de las ciudades. Así lo muestra la última edición del informe anual de ThredUp, una compañía de California especializada en la venta de ropa de segunda mano, de lo que se desprende que este mercado se duplicará en cinco años.

Después de que el confinamiento por la pandemia haya acelerado el mercado de la ropa usada, se tienen datos que confirman que unos 33 millones de consumidores compraron ropa de segunda mano por primera vez durante el 2020. De éstos, siete de cada 10 consumidores se muestra dispuesto a adquirir más productos de esta tipología, destacando el interés especial de los que pertenecen a la Generación Z y los Millennials.