Bruno Colomer, enólogo de Codorníu,
Bruno Colomer, enólogo de Codorníu, con Sergio Fuster, consejero delegado del grupo Raventós Codorníu. @Ferran Nadéu.

Codorníu vuelve a los beneficios, logra un récord de ventas y ya es una marca 100% ecológica

El consejero delegado de Raventós Codorníu, Sergio Fuster, asegura que el grupo no ha recibido ninguna oferta de compra y que Carlyle no prevé desinvertir en el corto plazo. Considera que el sector del cava "vive un momento único" y "goza de muy buena salud", lo que le permite ganar cuota de mercado al prosecco italiano y al champán.

El 100% de las botellas de cava que elabora Codorníu ya son ecológicas. La marca decana del sector ha logrado un año antes de lo previsto certificar toda su producción, lo que supone culminar un proceso iniciado hace una década que ha permitido al grupo Raventós Codorníu erigirse como el mayor productor del mundo de cava ecológico, con unas ventas de once millones de botellas y una cuota de mercado mundial del 35%. Este hito se ha alcanzado en un momento especialmente dulce para la empresa controlada por Carlyle, ya que en su último ejercicio fiscal, cerrado el pasado mes de junio, Raventós Codorníu ha obtenido la mayor facturación de la década y la mayor rentabilidad de su historia, según ha avanzado este martes el consejero delegado del grupo, Sergio Fuster.

Según Fuster, entre julio de 2022 y junio de 2023, Raventós Codorníu ha alcanzado unas ventas de 227 millones de euros, cifra que supone un crecimiento del 4% respecto al ejercicio anterior (un 3% en número de botellas comercializadas) y que se sitúa un 20% por encima de las cifras prepandemia. Para encontrar un volumen de ingresos superior, hay que remontarse, según Fuster, a 20 o 25 años atrás, cuando Codorníu marcó un récord de 235 millones. Mucho más acentuado ha sido el incremento de la rentabilidad, ya que el ebitda del grupo ha mejorado un 16%, hasta superar los 33 millones; el alza respecto a los resultados prepandemia es del 30%.

Fuster no ha querido avanzar la cifra de beneficio neto del ejercicio, porque primero debe ser validada por la junta general de accionistas, prevista para diciembre. Sin embargo, ha destacado que será una cifra “muy positiva” y “claramente en territorio verde”, en referencia a que se han dejado atrás los números rojos cosechados en los ejercicios anteriores. La vuelta a los beneficios supone una gran noticia para la compañía vinícola, que no ganaba dinero desde el ejercicio 2017-2018. Durante los años de la pandemia, en 2020 y 2021, la empresa perdió 11 millones y 8 millones, respectivamente, y en 2022 cerró cerca del punto de equilibrio, con un resultado negativo de 200.000 euros. “Estamos muy satisfechos de la evolución de los resultados; nuestro foco está puesto en el valor, el prestigio, la calidad y las gamas altas, una estrategia que nos está dando grandes resultados, manteniéndonos en el camino del crecimiento y ganando cuota a nivel nacional e internacional”, ha destacado el consejero delegado.

Fuster sobre Carlyle: “Las aguas están tranquilas”

Fuster ha desmentido también los rumores de mercado que afirman que el fondo Carlyle podría estar evaluando la venta del grupo vinícola. “No ha habido ninguna oferta de compra”, ha señalado rotundo, tras apuntar que Raventós Codorníu se encuentra en pleno ciclo de generación de valor, por lo que ahora “no se plantea ninguna operación de desinversión a corto plazo”. “Nos quedan unos cuantos años de ciclo alcista; veo difícil pensar ahora en una salida a corto plazo”, ha abundado, tras constatar que este tipo de rumores “son aduladores”, ya que demuestran que hay interés en la compañía. “Las aguas están muy tranquilas, el foco lo tenemos puesto en el plan estratégico y en la generación de valor”, ha insistido. Carlyle posee el 64% de las acciones del grupo Raventós Codorníu y el 36% restante continua en manos de distintos socios y ramas de la familia fundadora.

El consejero delegado ha asegurado que, de forma permanente, la compañía analiza oportunidades de compra, y ha considerado especialmente favorable la situación que vive el sector del cava, empujado por el hecho de que “los vinos espumosos están de moda en el mundo”. “El cava goza de muy buena salud. El sector vive un momento único y está recuperando cuota de mercado al prosecco y al champán los dos últimos años”, ha asegurado. Según Fuster, este ciclo alcista coincide, además, con el hecho de que, actualmente, “se está bebiendo el mejor cava de la historia” por el esfuerzo que todos los productores han realizado para elevar la calidad. En su opinión, la escasez que afecta a los productores de champán propicia “una coyuntura única para el cava”, por lo que se ha mostrado optimista de cara a la campaña de Navidad.