Las expectativas que ha generado el estreno del Integrated Systems Europe (ISE) han estado a la altura de la realidad. La feria audiovisual más grande del mundo ha aterrizado esta semana en la capital catalana después de mucho tiempo aguardándola, teniendo en cuenta que su llegada se anunció en 2018 y luego la pandemia retrasó su gran desembarco, permitiendo solo una pequeña prueba piloto el verano pasado. A pesar de la larga espera, la primera edición ha dado la talla. Tanto que, al primer intento, ya se ha situado como uno de los congresos internacionales más importantes que se celebran en la ciudad, con la aspiración de ir reduciendo la distancia que le separa con el gran protagonista ferial, el Mobile World Congress (MWC).
Demostrando que las ferias han vuelto a ser lo que eran, recuperando el bullicio y dejando atrás las mascarillas, los test de antígenos y las distancias, el ISE ha conseguido atraer a unos 43.700 asistentes de 151 países en su primer año en Fira Gran Via. La cifra es levemente inferior a las previsiones que manejaba la organización al inicio del congreso, cuando las situó en los 50.000 inscritos, pero hay que señalar que este tipo de eventos aún sufre los efectos de la crisis de la covid y se ve afectado por la ausencia de las empresas asiáticas, especialmente las chinas, así como el veto a las rusas por la guerra en Ucrania.
Con todo, la feria ha reunido a más de 800 estands, entre los que había las principales marcas del sector audiovisual, como Sony, Sennheiser, Panasonic, Cisco, Google Meets, Zoom, Chrome, Lenovo, Samsung, Microsoft, Logitech, Canon, Epson, LG, Sharp o Intel. También ha habido espacio para empresas locales, que han tenido la oportunidad de jugar en casa, así como para multinacionales que se han establecido en Barcelona con la llegada del ISE, como la alemana Lang o la china Infiled. No ha faltado nadie y, como indican desde la organización, los expositores han estado más concurridos de lo esperado y se han producido “muchos contactos comerciales fructíferos”.
Pantallas, cromas, cámaras, focos, altavoces o micrófonos han invadido los pasillos de Fira en L’Hospitalet de Llobregat desde el martes hasta este viernes, coincidiendo con el IOT Solutions, alianza que se mantendrá en los próximos años. Pero el ISE también se ha dejado notar en la ciudad, con el objetivo de dar a conocer la industria a los que no se pasean por recintos feriales, con un mapping en la Casa Batlló hecho por el artista Refik Anadol —y que se ha subastado por 1,38 millones de euros— y otro en Plaza Espanya.
“Mientras todos nos recuperamos del impacto de la pandemia, es maravilloso estar aquí en Barcelona en lo que se siente como un ISE normal en su nuevo hogar”, ha valorado el director ejecutivo de la feria, Mike Blackman. El ISE abandonó su anterior ubicación, Ámsterdam, después de 16 años porque se le había quedado pequeña y buscaba una sede en la que poder crecer. Con esta primera muestra de fuerza, el congreso verá si sigue en una senda de crecimiento en la próxima edición, que recuperará sus fechas habituales, a principios de año y con unas temperaturas menos estivales. “Esperamos aprovechar este éxito para regresar el 31 de enero del próximo año para otro ISE energizante, emocionante e inspirador, aquí, en Fira Gran Via”, añade Blackman. Tienen contrato con la institución ferial hasta 2024, pero todo apunta que esta es una relación que va para largo.