Milán fue el año 2015, con motivo de la celebración de la Exposición Internacional, la primera ciudad en ser la Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. Dos años después ese rol lo ejerció Valencia y ahora llega el turno de Barcelona, que ha dado ya el pistoletazo de salida de un proyecto que se quiere que tenga repercusión en todo el ámbito metropolitano.
La capitalidad mundial tiene por objetivo proyectar Barcelona al mundo como uno de los grandes polos globales de impulso a las políticas para la alimentación sostenible y acceso a los alimentos saludables. Según el Ayuntamiento, se trata de hacer un salto de escala para avanzar en la concienciación ciudadana sobre la necesidad de introducir una dieta más saludable que permita evitar problemas como la obesidad infantil.
Se quiere también garantizar que toda la población tenga acceso a este tipo de alimentación e introducir un cambio en el modelo alimentario y de distribución para combatir el cambio climático. Se calcula que el sistema de producción agroalimentario es responsable de entre el 21% y el 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La capitalidad también buscará generar nuevas oportunidades económicas con un impulso al comercio de proximidad y los productores locales de alimentos. Así, se potenciarán las compras en los comercios de barrio y mercados municipales y se fomentará el consumo de alimentos de agricultores locales, con una apuesta por la alimentación ecológica y por la promoción o retorno de la agricultura urbana y la protección de la periurbana.
La Capital Mundial de la Alimentación Sostenible desplegará más de 90 proyectos y prepara un programa de eventos que se realizarán durante todo el año. La iniciativa culminará con la celebración del 7º Foro Global del Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán en otoño de 2021. Se prevé que más de 200 ciudades del mundo participen en la cumbre de Barcelona con el objetivo de reivindicar el papel estratégico que tienen las ciudades en el desarrollo de sistemas alimentarios que sean más sostenibles y permitan actuar contra el hambre y la malnutrición.
Barcelona cuenta con muchos activos para ejercer esta capitalidad, ya que el sector de la alimentación es uno de los que tiene más peso en la estructura económica de Catalunya, con importantes empresas tanto locales como internacionales. La capital catalana es también un referente por su red de 39 mercados municipales y por ser uno de los mejores exponentes de la dieta mediterránea, con una potente oferta gastronómica de reconocimiento internacional. Mercabarna es uno de los otros grandes activos de la ciudad y hace unas semanas estrenó el primer mercado mayorista de España centrado en la comercialización de alimentos ecológicos.