Los hermanos Luis, Rafael y Antonio Castañer.

Castañer vuelve a abrir una tienda propia en Barcelona

La marca familiar de alpargatas de lujo creció un 25% en 2022, con unas ventas de 24 millones de euros y más de 450.000 pares comercializados. Recientemente, la firma ha inaugurado también una boutique temporal en Milán y prevé establecerse en Nueva York y recuperar terreno en el mercado asiático.

Castañer vuelve a disponer de una tienda propia en el centro de Barcelona. La emblemática marca catalana de alpargatas de lujo acaba de inaugurar una boutique en la calle Valencia 268, entre Paseo de Gràcia y Rambla Catalunya, después de que en 2020, durante la pandemia, cerrara la tienda que poseía en la calle Rosselló, bajo la enseña Cristina Castañer.

Con esta apertura, la empresa propiedad de los hermanos Cristina, Luis, Rafael, Antonio y Lorenzo Castañer vuelve a tener presencia directa a pie de calle en la capital catalana, icónica para la firma al ser la ciudad donde abrieron su primera tienda en 1994. En Barcelona, Castañer también gestiona dos córners en los centros de El Corte Inglés de Plaça Catalunya y Diagonal y está presente en distintas tiendas multimarca.

La boutique de la calle Valencia estrena un nuevo concepto de interiorismo que busca resaltar el carácter mediterráneo de la marca. Esta inauguración eleva a 34 el número de puntos de venta de gestión directa del grupo con sede en Banyoles (Girona), cifra que incluye nueve córners en El Corte Inglés y establecimientos en ciudades como Madrid, París, Miami, Barranquilla (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana), Santiago de Chile o en la isla caribeña de Aruba. Algunos de estos puntos de venta son franquiciados o se han abierto de la mano de socios locales.

Este mismo mes de marzo, Castañer ha inaugurado también una tienda temporal en Milán, en el Corso Vittorio Emanuele II, muy cerca del Duomo. Italia es desde comienzos de los años 70 el principal mercado de Castañer, que logró ganarse un puesto destacado dentro del mundo de la moda gracias a un encargo que les realizó el diseñador Yves Saint Laurent y que supieron resolver con nota: diseñar la primera alpargata con cuña. El exitoso encuentro con Saint Laurent marcó un antes y un después en la trayectoria y posicionamiento de la empresa, ya que sus populares alpargatas se convirtieron en un calzado sofisticado e imprescindible en todas las pasarelas internacionales y en un objeto de deseo que lucían celebrities en todo el mundo.

“Fuimos pioneros en convertir un producto básico como las alpargatas que utilizaban los payeses en un producto de moda que saltó del campo a las pasarelas”, rememora Luis Castañer, tras recordar que ese par de zapatos diseñados para Saint Laurent es una de las piezas que forman parte de la colección permanente del MoMa de Nueva York.

Esta fuerte asociación con el mundo de la moda y los artículos de lujo es la que permite que la empresa exporte año tras año el 70% de su producción, que alcanza los 450.000 pares de alpargatas al año. En 2022, Castañer experimentó un crecimiento del 25%, con unas ventas de 24 millones de euros, frente a los 19 millones de 2021. La firma avanzó especialmente en el mercado nacional, con un alza del 34%, frente al incremento del 20% logrado en el exterior. Con más de 250 modelos —el 40% son básicos y el resto colecciones de temporada—, los zapatos Castañer tienen un precio de entre 110 y 295 euros. Las colecciones de mujer absorben más del 90% de las ventas.

boutique Castañer Barcelona calle Valencia
La nueva boutique de Castañer en Barcelona estrena un nuevo diseño de estilo mediterráneo.

Además de Italia, sus principales clientes son Estados Unidos y Francia. En paralelo, a esta presencia en ocho países con distribución propia, Castañer suma una red de más de mil puntos de venta multimarca y dispone de una tienda online que genera más de un 10% de su facturación. Una parte muy importante del negocio corresponde a la producción de alpargatas de diseño para marcas de lujo de terceros.

El 100% de las alpargatas de Castañer se fabrican en España, en una planta que la familia posee en Calatayud (Aragón), en otra fábrica ubicada en su sede central de Banyoles —donde se producen sus famosas suelas de yute— y en talleres especializados de la zona de Elda, en Alicante. “El proceso sigue siendo muy artesano, parte del cosido se realiza a mano y en Banyoles tenemos las mismas máquinas con las que nuestro abuelo, Luis Castañer, y su primo, Tomas Serra, iniciaron el negocio en 1927”, explican Luis, Rafael y Antonio Castañer en una conversación con The New Barcelona Post.

Son los tres hermanos de la tercera generación que están involucrados en el día a día del negocio, responsabilizándose de las áreas de producción, diseño y finanzas, respectivamente. El grupo cuenta también con un director general, Daniel Vancells, que se incorporó al cargo en 2019 procedente de KPMG. Por otro lado, su hermana Cristina está volcada en MyBestys by Cristina Castañer, un proyecto empresarial propio de bolsos sostenibles que están también a la venta en la nueva tienda de la calle Valencia.

Castañer tienda Barcelona
La tienda se encuentra en la calle Valencia, junto al Paseo de Gràcia.

“Técnicamente somos la tercera generación, pero tenemos documentos que acreditan que somos descendientes directos de un artesano que en Banyoles ya producía alpargatas en 1776”, explican, para reforzar uno de los elementos clave de Castañé, el heritage, es decir, la tradición, el saber hacer y el oficio que ha ido pasando de padres a hijos. “No hemos perdido nunca la esencia de ese maestro espardenyer, tenemos una gran cultura de producto bien hecho, de alta calidad, que nos permite diferenciarnos en el mercado”, destacan.

Junto a la tradición y a la artesanía, la firma juega otras dos cartas para conquistar el mercado: el uso de materiales sostenibles y 100% naturales como el yute —que importan de Pakistán—, la piel o la rafia; y el carácter mediterráneo de la marca, que refuerzan con los conceptos made in Spain y made in Europe, que funcionan especialmente en mercados como el asiático.  “El consumidor busca cada vez productos más auténticos, una tendencia que nos favorece”, destacan.

La firma mantiene también muy viva su conexión con el mundo de la moda y lanza periódicamente colecciones cápsula donde la marca Castañer se asocia con la de grandes diseñadores internacionales. Así, hace un mes se lanzó una colección con Diane Von Furstenberg, explica Rafael, que apunta que Castañer ha trabajado también conjuntamente con Manolo Blahnik, Missoni, Paul Smith y Joseph Altuzarra.

Castañer tiene ahora 34 tiendas de gestión propia.

Uno de los objetivos estratégicos de la empresa es impulsar sus ventas en Asia, un mercado que ha sufrido y que ahora quieren recuperar con la apertura de nuevas boutiques, aunque será más bien a medio plazo, ya que primero deben encontrar al socio ideal en cada país. En este sentido, Castañer quiere focalizarse en Japón —donde tuvo tienda en el pasado—, Hong Kong, Singapur y Australia. “El mercado chino lo dejaremos para más adelante, es muy complicado”, admiten.

Otro de sus retos es abrir una tienda en Nueva York, proyecto que les gustaría que viera la luz en 2024. “Queremos llevar a cabo un crecimiento ordenado, cuidando al máximo nuestra red de distribución”, advierten, en el sentido de que no quieren ir con prisa.

Próxima firma de un protocolo familiar

Los tres hermanos Castañer aseguran que la empresa no está buscando ni necesita socios financieros y tampoco piensan, para nada, en vender el negocio, a pesar de que ofertas no les han faltado. “Nunca hemos querido vender, no está en nuestros planes”, asegura Antonio. “Más que una empresa familiar, nos gusta decir que somos una familia empresaria”, remata Luis.

Esta cultura la han también inculcado en la cuarta generación, integrada por once primos, aunque, por ahora, ninguno de ellos trabaja en la compañía. Precisamente, para regular el acceso de las nuevas generaciones y fijar unas normas que contribuyan a mitigar la complejidad que se deriva del crecimiento de la familia, los Castañer ultiman la redacción de un protocolo familiar que prevén firmar antes del verano.