Costa Firenze de Costa cruises
El nuevo barco de Costa Cruises llegó a Barcelona por primera vez el viernes, 17 de septiembre. ©Costa Crociere

Costa Cruises dobla su apuesta por Barcelona

La filial italiana de Carnival Corporation estrena el Costa Firenze en el puerto de la capital catalana. Será el segundo de sus buques que realizará embarques y desembarques semanales.

El viernes pasado, la línea de amarre del puerto de la ciudad presentaba un aspecto prácticamente normal: mercantes de todo tipo en los muelles especializados, ferris de pasaje y carga realizando sus líneas habituales y las estaciones marítimas de turismo casi al completo. En el World Trade Center, un visitante singular: The World, el barco que parece un crucero, aunque es en realidad una residencia flotante que viaja permanentemente por todo el mundo y, en el muelle adosado, cuatro de las cinco terminales abiertas y atendiendo a cruceros.

Buques de las compañías MSC Crociere, Aida Kreuzfahrten y Costa Cruises ocupaban cientos de metros del muelle, dando una sensación pre 2020 largamente esperada en el puerto. Al final del muelle, junto a la terminal Helix, la novedad del día era el Costa Firenze, el novísimo buque de Costa realizando su primera escala en Barcelona.

Protocolo para embarcar

Aunque la normalidad está volviendo, la extensión de la vacunación es cada semana un poco más amplia y con ella regresan los barcos, por el momento las compañías de cruceros siguen con su protocolo anticovid tanto para pasajeros como para quienes visiten los buques: una prueba de antígenos en la misma terminal y una PCR realizada como máximo dos días antes de embarcar en el caso de Costa. Con resultados negativos en ambas, hay luz verde para subir.

A bordo del Costa Firenze, Rafael Fernández-Álava, director de márketing y comunicación de Costa Cruceros estaba visiblemente contento: “Es un gusto ver la gente tranquila a bordo, disfrutando de la terraza, tomando el sol y volviendo a navegar con nosotros”, indicaba, mientras mostraba el novísimo barco a un grupo de invitados con motivo de la primera escala de un buque que empezó a operar a finales de julio con viajes que tocaban exclusivamente puertos italianos y de Malta y ahora la naviera ha decidido desviar a Barcelona para que realice escalas semanales todos los viernes.

“Con este barco doblamos nuestra presencia en Barcelona. Teníamos muchas ganas de incrementar escalas aquí y ahora hemos posicionado los dos barcos más modernos de nuestra flota: este y el Costa Smeralda, el primero de nuestra compañía que está alimentado con Gas Natural Licuado”, apunta Fernández-Álava, directivo del sector marítimo desde 2013 tras pasar por los sectores de la alimentación (fue uno de los pioneros de la venta online) y tener previamente una larga trayectoria en el mundo de la distribución de bebidas alcohólicas como director de márketing de Diageo, una de las megacorporaciones del sector.

“Es un gusto ver la gente tranquila a bordo, disfrutando de la terraza, tomando el sol y volviendo a navegar con nosotros”, defiende Rafael Fernández-Álava, director de márketing y comunicación de Costa Cruceros

El Costa Firenze es el cuarto barco de la naviera que ha vuelto a navegar tras el Costa Smeralda, el Costa Luminosa y el Costa Deliziosa. Ha sido un largo proceso poner toda la maquinaria en marcha tras el reinicio gradual de las operaciones por parte de la compañía en el que, al margen de los protocolos sanitarios, los buques van limitados en su aforo llevando aproximadamente un 50% de su capacidad máxima, una cifra que irá aumentándose en los próximos meses en paralelo a la mejora de las cifras de la pandemia, confiando en que 2022 sea el año en que la operativa vuelva a la normalidad y también un año en que el centenario de la empresa estará cada vez más cerca.

Popa Costa Firenze
Detalle de una terraza en la popa del Costa Firenze, zona reservada solo para adultos. © JOF

Del aceite a los barcos

La historia de la naviera como tal se remonta a 1924, aunque su relación con la navegación nace mucho antes gracias a un aceite de oliva de gran calidad. Era 1854 y Giacomo Costa fundó una sociedad para producirlo en Cerdeña y posteriormente llevarlo hasta la península italiana a través del puerto de Génova, en la Liguria. Para eso tenía que alquilar espacio en las bodegas de algunos barcos y en ocasiones los fletaba al completo. De este modo, el aceite sardo (Dante) del señor Costa, empezó a hacerse conocido en Italia y en el extranjero, pues la emigración, nostálgica siempre en lo gastronómico, abrió un nuevo mercado: la exportación de productos alimenticios a países con importantes colonias italianas, llegando incluso a Australia.

Giacomo Costa falleció hace 105 años y, solo tras su muerte, la gestión de la empresa familiar pudo ser asumida al completo por tres hijos, Enrico, Eugenio y Federico, que siguieron fielmente el estilo del padre, aunque al cabo de diez años decidieron dar un paso adelante. Si hasta ese momento el transporte marítimo de sus productos dependía de terceros, a partir de 1924 se convirtieron en armadores comprando su primer buque: el vapor Ravenna, controlando así continente y contenido. Desde entonces y hasta la segunda guerra mundial, fueron incorporándose más barcos, hasta tener una flota con siete unidades de carga de las que solo una, el Langano, sobrevivió al conflicto armado.

Giacomo Costa falleció hace 105 años y solo tras su muerte, la gestión de la empresa familiar pudo ser asumida al completo por tres hijos: Enrico, Eugenio y Federico

Tras la guerra, la emigración tuvo de nuevo mucho peso en la evolución del negocio de la familia Costa. En esta nueva etapa el gran paso adelante costó 122.000 libras esterlinas. Fue el precio pactado por un buque de gran porte y segunda mano. Reformado y mejorado, este se dedicó al transporte de hasta 768 pasajeros en dos clases y con una característica nueva muy apreciada: estaba dotado de aire acondicionado. Se bautizó como Anna C. (durante décadas todos los buques llevaron nombres de miembros de la familia) y el 31 de marzo de 1948 estrenó la ruta de pasaje y carga entre Génova y Buenos Aires, realizando escala en Barcelona, en un viaje de 15 días.

Anna C
El Eugenio C., rebautizado luego como Eugenio Costa, fue uno de los orgullos de la naviera. Fue uno de los últimos transatlánticos que realizó líneas regulares entre Italia, Brasil y Argentina. ©Costa Crociere

Costa adquirió algunos buques usados más, hasta que a finales de los 50 apostó por encargar barcos nuevos directamente a los astilleros como el célebre Federico C. y también reconvirtió un buque de línea regular —el Franca C.— para dedicarlo en exclusiva al mercado de los cruceros, de ahí que desde su estreno se basara en el Caribe para realizar rutas turísticas entre Florida y las islas de la región.

Aun abriéndose a ese incipiente mercado de viajes de ocio, el grueso de los ingresos seguía estando en las líneas transatlánticas de pasaje y carga. Estas se realizaban tanto con barcos mixtos como puramente cargueros, además de las divisiones de aceites, textil e inmobiliaria. En un mundo en evolución, el transporte aéreo y la generalización de los aviones a reacción, junto a una notable reducción de tarifas para volar de Europa a América, hirieron de muerte a las líneas regulares de navegación. Estas quedaron sin sentido ante una competencia tan fuerte, asequible y sobre todo veloz.

Historia Costa
El Anna C. fue el primer buque de pasajeros de la familia Costa. Navegó entre 1989 y 1971. ©Porto di Genova

La reestructuración de los 70

La empresa tuvo que afrontar una profunda reestructuración en los 70. Eran tiempos en que, tanto en Italia como en el resto de Europa, muchos de los grandes armadores echaban el cierre por la inviabilidad de sus negocios, vendiendo sus barcos a bajo precio o desguazándolos. Los Costa crearon entonces un hólding, abriéndose por primera vez a nuevos accionistas y se centraron únicamente en el sector de los cruceros, pasando de ser la Línea Costa a Costa Crociere S.p.A. Se abandonaron los otros sectores e incluso se acabó vendiendo, con cierta melancolía, a la multinacional Unilever la compañía de aceite Dante tras casi 120 años en las manos de la familia. Era una nueva época y se apostó a fondo por los viajes de placer con la adquisición de buques y la fabricación de nuevos barcos hasta convertirse durante algunos años en la líder absoluta del mercado.

La concentración del sector

Con el cambio de siglo, hubo muchos movimientos de concentración en un sector que quedó polarizado entre tres grandes corporaciones y algunas compañías independientes: los grandes nombres son Carnival, Royal Caribbean y NCL, bajo las que cuelgan las mayores navieras de pasaje del mundo, sin olvidar en este grupo a una empresa familiar, MSC, que ahora tiene dos divisiones de cruceros.

Con el cambio de siglo, hubo muchos movimientos de concentración en un sector que quedó polarizado entre tres grandes corporaciones: Carnival, Royal Caribbean y NCL

La familia Costa vendió el paquete de acciones mayoritario a Carnival Corporation, integrándose en esta estructura junto a ocho navieras, manteniendo nombre, gestión y sede en la ciudad de Génova, aunque hace unos años parte de sus atribuciones se trasladaron a Alemania, pues se pretende centralizar el control de Costa y su filial Aida Cruises (una naviera especializada en el mercado germanoparlante) en Hamburgo.

El grupo Costa, que incluye también una ramificación en el mercado asiático, tiene 27.000 empleados, presencia directa en 40 países, 20 oficinas y gestiona 68.000 camas en 26 barcos: los 13 que llevan la característica y clásica C azul sobre fondo amarillo y los 13 de Aida Kreuzfahrten.

Terminal Helix
Costa Cruises, filial de Carnival Corporation, es uno de los principales clientes del Puerto de Barcelona por número de escalas. © JOF

Un barco para China

En la segunda década de este siglo, China se vio como un mercado prometedor, con un crecimiento exponencial de la demanda y algunas navieras decidieron diseñar barcos específicos para pasajeros de esta nacionalidad. El Costa Firenze fue uno de estos y puede verse a simple vista: a bordo toda la cartelería está escrita tanto en ingles o italiano como en chino y los espacios están diseñados en función de ese mercado. Dos ejemplos: la zona de tiendas es mucho mayor que en barcos centrados en pasaje europeo o estadounidense y el casino es mucho mayor que en buques similares.

Según Rafael Fernández-Álava, con cada nuevo barco “se aprenden lecciones que luego se perfeccionan y mejoran en el buque que se que incorpora a continuación” y esto ha sido lo que se ha hecho con el novísimo Costa Firenze, donde hay más espacios exteriores y sobre todo la mayor variedad gastronómica de toda la flota: con 13 restaurantes, varios de ellos temáticos, incluidos dos de especialidades chinas y un japonés además de un teppanyaki, varios italianos, una vinoteca y un steak house junto a  ocho bares.

Costa Firenze
El comedor principal del Costa Firenze. Este buque es el de mayor oferta gastronómica de la flota: tiene 13 restaurantes y ocho bares. © JOF

Visitante semanal

Hasta el próximo invierno, el barco más moderno de Costa Cruises seguirá visitando Barcelona todos los viernes, mientras que el Costa Smeralda lo hará los lunes. Luego, y durante el invierno de 2021-22, el Firenze se posicionará en Dubai para realizar cruceros de una semana de duración visitando puertos de Emiratos Árabes Unidos, Catar y Omán, con escalas en Abu Dhabi, Doha, Mascate y una parada de varios días en Dubái, con paquetes específicos para las visitas a la Expo Dubái 2020, pues Costa Cruceros es el patrocinador principal del Pabellón de Italia en este evento. Una vez terminado el barco regresará al mediterráneo occidental para retomar el viaje semanal que realiza actualmente.

Hasta el próximo invierno, el barco más moderno de Costa Cruises seguirá visitando Barcelona todos los viernes, mientras que el Costa Smeralda lo hará los lunes. Luego, y durante el invierno de 2021-22, el Firenze se posicionará en Dubai.

Por el momento, el Puerto de Barcelona ha ganado un nuevo visitante semanal y sigue creciendo para recuperar su liderazgo en el Mediterráneo, pues hasta 2019 era el cuarto más importante del mundo, solo superado por tres de Florida: Miami, Fort Lauderdale y Port Canaveral, tres de las grandes bases de las navieras que viajan por el Caribe. En Europa, la capital catalana compite por el liderazgo europeo con Civitavecchia, el puerto comercial de Roma y otra de las casas principales para Costa.

Cubierta Costa Firenze
Parte del solárium del nuevo buque de Costa durante su primera visita al Puerto de Barcelona. © JOF