Jane Smiley (Los Ángeles, 1949) teje desde las primeras páginas de Heredarás la tierra (Sexto Piso) una realidad muy estadounidense que parece desde aquí demasiado lejana. La escritora se sitúa en una granja de un condado llamado Zebulon, en Iowa, con su propia idiosincrasia, como que cada uno vale según los acres y las deudas que tiene. Poco a poco, Smiley se va sumergiendo en la historia de la familia de Larry Cook, un terrateniente que domina rígidamente sus tierras y también a sus tres hijas, ya mayores y hasta casadas, pero siempre al servicio de las órdenes del patriarca. La trama va arrinconando a los integrantes del clan, y al lector, con pérdidas, maltratos y abusos que tensionan el ambiente, hasta lo hacen irrespirable, para que todo salte por los aires cuando los traumas se desvelan.
Heredarás la tierra es una novela dura y oscura, muy compleja, pero desarrollada con una voz que consigue acercar las historias de sus personajes, especialmente la de Ginny, una protagonista que no lo desea y que se acaba convirtiendo en la mejor narradora. “Es ese tipo de persona que no suele expresar sus opiniones, pero, como pasa con mucha gente, es sensible y atenta con los demás. Además, es muy consciente de todo lo que le pasa a su cuerpo y mente. Esto es lo que la hace una buena narradora, observa mucho a los demás, pero también a sí misma, por lo que sabe decir a los lectores qué siente cuando experimenta todo lo que vive”, explica Smiley.
No obstante, la gran presencia omnipresente en la novela es Larry Cook, ya senil, pero haciendo y deshaciendo a su antojo para sentir que aún tiene el poder sobre sus tres hijas y el mundo que cree que le pertenece. A pesar de que la novela se escribió hace más de 30 años, sus líneas todavía resuenan demasiado hoy. “Aún hay muchos Larry Cooks. Son hombres que quieren salirse con la suya y que no quieren rebajarse ni cambiar por nada. También hay otros hombres, como la mayoría de mis amigos y todos mis maridos, que son decentes, considerados y atentos. En el mundo en el que vivimos siempre está este concurso entre la gente que quiere salirse con la suya y los que quieren ayudar”, sostiene la escritora, siempre risueña y bromista, también con su vida personal. “Y, para la historia de la humanidad, 30 años no son nada. Los hábitos de maltratar a los otros tienen una historia dilatada. Lo mejor que podemos hacer es continuar intentándolo y esperar que las cosas salgan bien”, agrega.
Jane Smiley quiso con Heredarás la tierra reinterpretar la tragedia El rey Lear, sin pensar demasiado en si estaba escribiendo un alegato feminista o no. “No puedo decir que mi obra fuera avanzada a su tiempo, solo quería reescribir la obra de Shakespeare y darle voz a ellas”, cuenta. Lo hizo después de haber leído varias veces al dramaturgo y preguntarse qué pensaban las hijas del rey Lear, Gonerilda, Regania y Cordelia, convertidas aquí en Ginny, Rose y Caroline: “Siempre me había preguntado qué dirían si pudieran hablar”.
Y se las ingenió para resolver ese enigma, a pesar de que le costó imaginar una familia en la que “se están peleando constantemente y se preocupan más por la propiedad que por ellos mismos”. “Vengo de una familia en la que se distribuye el dinero de manera equitativa y lo que te dan es lo que tienes, todo el mundo está contento”, remarca, sin dejar de añadir que a ella no le ha gustado Succession.
Sexto Piso, editorial fundada en México que eligió Barcelona para su aterrizaje en España y luego se trasladó a Madrid, ha decidido recuperar Heredarás la tierra, descatalogada desde hacía tiempo. Tusquets la había publicado en los noventa, poco después de ganar el Premio Pulitzer de Narrativa. Pese a ello, y que Jane Smiley es considerada una de las mejores escritoras estadounidenses vivas, la novela se perdió. Sexto Piso también ha publicado de la autora La edad del desconsuelo, La mejor voluntad y Un amor cualquiera. El próximo libro que Smiley sacará será su biografía alternativa, imaginando que hubiera pasado si hubiera sido música y no escritora.