Es una de las compañías estrella del sector. Una marca que prestigia a los aeropuertos donde opera. Llegó a Barcelona en 2017 y la pandemia le obligó a abandonar su operativa en El Prat. Ahora, tras cuatro años de ausencia, se ha hecho oficial su regreso: Cathay Pacific, la principal aerolínea de Hong Kong, vuelve a enlazar directamente la capital catalana con la región administrativa especial de Hong Kong, antigua colonia británica al sureste de China.
La recuperación del enlace será a partir del próximo 17 de junio, aunque la esperada noticia de la recuperación de esta línea se ha hecho oficial este mes mediante un comunicado de la propia compañía aérea. Cathay dio los primeros detalles de lo que será su operativa en El Prat, que será su segundo destino directo en la península ibérica, tras haber retomado ya su operación en Madrid-Barajas a finales de 2022.
De entrada, tres vuelos semanales
Inicialmente está previsto que se vuele tres veces por semana: los martes, los viernes y los domingos. El servicio lo cubrirán en Airbus A350-900, uno de los cuatro tipos de avión de largo radio de los que dispone la aerolínea de Hong Kong. Estos aviones pueden llevar a 280 pasajeros en cada vuelo en tres tipos de cabina: 38 butacas-suite en la clase business; 28 asientos de gran reclinación en Premium Economy, y 214 butacas convencionales en la clase económica.
Cathay Pacific será la cuarta compañía que opere regularmente con el A350-900 para volar a Barcelona. Asiana Airlines lo hace desde Seúl; Singapore Airlines, desde Singapur y Milán-Malpensa, y Qatar Airways, desde Doha, alternando este modelo con los Boeing 787. Este Airbus unirá las dos ciudades en 12 horas de vuelo en dirección a Asia, y en cerca de 14 horas cuando el vuelo sea hacia Europa.
La principal aerolínea del territorio
Cathay Pacific cumplirá oficialmente 80 años en 2026 y tiene unos orígenes reales que parecen sacados de unos responsables de storytelling de una agencia de publicidad: tras la segunda Guerra Mundial, dos antiguos aviadores de Estados Unidos y Australia, muy avezados en los vuelos sobre la cordillera del Himalaya, se reunieron en la barra de un hotel de Manila, Filipinas, para ponerse al día. Su reunión se convirtió en una tertulia con varios periodistas internacionales destacados en la ciudad y, como conversación o tormenta de ideas complementaria, apareció la oportunidad de negocio de volar en el sureste de Asia.
Roy Farrel y Sydney de Kantzow llevaron a cabo su proyecto con el apoyo de tres socios que reunieron el dinero suficiente para comprar un Douglas DC-3. Con este arrancaron un servicio de carga entre Sidney, Australia, y Shangai, China, aunque enseguida vieron que era mucho más rentable volar desde y hacia Hong Kong. Fue con ese giro estratégico, casi de aventura, cuando se planteó bautizar la empresa como Cathay, el nombre que se dio en los relatos de Marco Polo a la región asiática que comprendía los territorios situados en las cuencas de los ríos Yangtsé y Amarillo. El apellido Pacific se adoptó porque era deseo de los dos fundadores alcanzar Estados Unidos volando sobre ese océano.
La aventura de unos compañeros del mundo de la aviación se convirtió en negocio y, con la compañía ya en marcha, aparecieron inversores de peso con intención de hacer crecer y profesionalizar el negocio, como el Swire Group, que se convirtió en accionista mayoritario en 1948 y desde entonces lo sigue siendo. Hoy la aerolínea forma parte de un hólding que abarca desde embotelladoras de Coca-Cola para un mercado de mas de 700 millones de personas, compañías de navegación, reciclaje, financieras e inmobiliarias.
En la parte trasera de los fuselajes de toda la flota de Cathay Pacific, sobre la matrícula, van pintadas la bandera y nombre del grupo Swire, de la mano del que ha crecido todos estos años, pasando de los aviones de hélice a los reactores a principios de los 60, la incorporación del Boeing 747 a finales de los 70 y, a partir de ahí, se hizo una fuerte apuesta por su conversión en una compañía de ámbito prácticamente global, con el foco puesto en Europa y Norteamérica.
La empresa se bautizó como Cathay por el nombre que se dio en los relatos de Marco Polo a la región asiática, que comprendía los territorios situados en las cuencas de los ríos Yangtsé y Amarillo
Desde entonces, con la excepción de la pausa obligatoria de 2020 y de la que está intentando salir definitivamente en los últimos tiempos, la compañía no ha dejado de crecer, de ser pionera en algunos aspectos tecnológicos y de servicio a bordo, además de ganar premios y prestigio.
La red y la flota
Para 2024, la compañía tiene previsto recuperar cerca del 75% de la producción que tenia en tiempos prepandémicos. Actualmente, Cathay Pacific y sus filiales Dragon HK Express y Air Hong Kong, para los mercados chino, de bajo coste y carga pura, tienen una flota de 183 aparatos de medio y largo radio, con los que llegan a 80 destinos de todo el mundo… y Barcelona será una pieza más de este mapa de recuperación progresiva de su mapa de rutas.