Seat robot
La industria de la automoción es una de las que tiene más robots instalados.

El sector de la robótica recupera su impulso en Catalunya

La robótica, de la mano del proceso de transformación hacia la industria 4.0, vuelve a estar en el centro del desarrollo del sector servicios y de la industria. El éxito de esta nueva fase de crecimiento pasa por fomentar las alianzas empresariales.

El sector de la robótica está recuperando su impulso en Catalunya, después de dos años de cierto parón, no sólo por la inactividad industrial que comportó la covid-19 sino porque 2019 también fue un ejercicio complejo por las tensiones comerciales geopolíticas y una leve ralentización de la economía mundial. Con todo, el futuro a corto plazo prevé la reanudación de la actividad en el sector de la robótica, según Carles Soler, miembro del Grup de Treball de Robòtica de la Comissió Indústria 4.0 d’Enginyers Industrials de Catalunya.

Hay que diferenciar no obstante por ámbitos. En Catalunya, la robótica industrial ha tenido un comportamiento plano a lo largo de 2020, sin mucha afectación por la pandemia, explica Soler, y argumenta que esta actividad venía precedida de un ciclo muy expansivo. “En los seis años precedentes, 2012-2018, el sector de la robótica industrial prácticamente triplicó su volumen, creció un 265%”, según los datos de la Federación Internacional de Robótica (IFR), y en 2019 tuvo un tropiezo importante, con caídas del 12% en todo el mundo y del 28% en España —en buena parte por la recesión registrada en el sector de la automoción, una pieza clave dentro de la expansión de la robótica en España y Catalunya—.

En el ámbito de los servicios, el comportamiento ha sido muy dispar. El año 2020 ha sido favorable para aquellas actividades que han tenido oportunidades a raíz de la crisis sanitaria, tales como los segmentos de la intralogística o los vinculados a la salud. Soler explica que la intralogística, la logística móvil —como el desarrollo del coche autónomo— son áreas de aplicación robótica que “han venido para quedarse”. “Se han acelerado tendencias que ya se apuntaban y que la situación pandémica ha potenciado”, de hecho, en intralogística —robots que optimizan el funcionamiento de los almacenes— se prevé que en los dos próximos años “se doble el número de robots instalados de 80.000 unidades a 160.000 unidades”, añade Soler.

Sin embargo, otras áreas con un importante peso en Catalunya, como puede ser la robótica educativa, han sufrido en el último año un parón significativo por el descenso de la actividad en los centros educativos debido al impacto de las medidas preventivas para la covid-19.

Las empresas deben fomentar las alianzas de cooperación para ganar tamaño y afrontar nuevos proyectos de la industria 4.0

No obstante, para potenciar el sector en Catalunya “se necesitan más alianzas industriales y empresariales”, concreta este ingeniero en telecomunicaciones y director a Casiopea Robotics y presidente de Fundación educaBOT. Para Soler, “todas las aplicaciones de la transformación digital, es decir, el camino hacia la industria 4.0, precisan de unas capacidades de empresa que en Catalunya, con un tejido básicamente de pymes, no tenemos”. “Las organizaciones deben colaborar entre ellas y con otras entidades expertas en tecnología, ya sea con alianzas o con la externalización de servicios de conocimiento, porque cuánta más capacidad tienes más proyectos puedes abordar, ya que estamos hablando de iniciativas que requieren de un cierto nivel de inversiones”, dice y concluye: “Tener un tejido industrial de una cierta dimensión garantiza la implantación del 4.0“.

En Catalunya, los últimos datos referidos al sector de la robótica corresponden a un informe de Acció y hacen referencia a 2019. “Son válidos, no ha habido demasiados cambios”, manifiesta Soler, al tiempo que valora el peso de las grandes empresas filiales de multinacionales que están establecidas en el territorio. Esto hace que Catalunya destaque dentro del conjunto de España porque hay mucha industria, pero “ni Catalunya ni Barcelona son un hub de referencia en el sector”.

Según Acció, se puede hablar de un sector donde el 89% son pymes y el 17,69% son startups; de manera que del 44% de las empresas del ecosistema tienen una facturación anual superior al millón de euros; en total, 147 empresas trabajan en robótica. De éstas, un 28,5% corresponde a las industrias auxiliares (servicios, ingeniería o fabricantes de componentes); fabricantes de robots (15,6%); integradoras (33,3%) y empresas dedicadas a la formación (22,4%).

Se trata de una industria que tiende a la internacionalización, pues más de un tercio, el 36%, son exportadoras. El conjunto del sector tenía en 2019 una facturación anual de 460 millones de euros y generaba cerca de 2.000 puestos de trabajo.

Seat robots
Seat ha instalado robots móviles en la fábrica de Martorell. ©SEAT

Dentro de las tendencias de futuro del sector en su conjunto, la inteligencia artificial es, junto con la implementación de la robótica a través de sistemas plug and play y programación intuitiva y la robótica sostenible, uno de los ejes de futuro. Carles Soler es muy claro a este respecto: “La inteligencia artificial será la herramienta que eliminará puestos de trabajo, no la robótica”. En este sentido, defiende su particular tesis de que “se equivocan los que piensan que los puestos de trabajo que desaparecerán por la implantación de robots se convertirán en otros empleos de mayor valor añadido; la robótica elimina puestos de trabajo”. Sin embargo, Soler argumenta que a lo largo de la Historia ha habido otros “cambios radicales de los sistemas de producción y hemos sido capaces de adaptarnos con cierta facilidad y de reinventarnos para garantizar el futuro”, por tanto, también “lo haremos con la industria 4.0”.

Reconocimiento al exoesqueleto de ABLE

Enginyers Industrials de Catalunya acaba de celebrar la Nit de la Robòtica 2021, un encuentro del sector que este año ha podido ser de nuevo presencial. En esta séptima edición, ha premiado como Proyecto del año el Exoesqueleto robótico ABLE, primer producto de la empresa ABLE Human Motion, que surgió del Laboratori d’Enginyeria Biomecànica de la Universitat Politècnica de Catalunya, con el objetivo de crear los exoesqueletos robóticos más ligeros y accesibles del mercado. ABLE es un exoesqueleto robótico que permite a personas con paraplejia levantarse o caminar de forma autónoma.

ABLE es un exoesqueleto robótico que permite a las personas con paraplegia levantarse o andar de forma autónoma

La Comissió d’Indústria 4.0 valoró ABLE por su diseño compacto y ligero, por los algoritmos inteligentes que optimizan los patrones de marcha y por la reducción significativa en coste respecto a las soluciones actuales. Esta tecnología permite la mejora de la eficiencia de los procesos de rehabilitación convencionales y que muchas personas que ven su movilidad e independencia reducidas por una discapacidad puedan usarla para su día a día.

Exoesquelet ABLE
El exoesqueleto ABLE, en una paciente. ©IQS Tech Factory
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